Aún duele
Emma
Permanecía acostada en el mismo lugar donde Alexander me dejó. El entorno a mi alrededor se había vuelto aún más denso y helado, como si el mundo se hubiera quedado sin luz, sin calor. La voz de Kira, resonaba como un murmullo distante y confuso, como un eco suave que pasaba entre las copas de los árboles.
Sin el consuelo de poder siquiera mover un dedo para escapar de aquella oscuridad que me envolvía y que cada vez me hundía más en un pozo que se hacía más profundo, reviviendo cada palabra, cada gesto, cada mirada que Alexander me había dedicado antes de marcharse.
Anhelaba con toda mi alma escapar de aquel pozo de desesperación, de aquella prisión sin barrotes físicos pero tan real como el vacío que sentía en mi interior. Deseaba con fervor encontrar una rendija de luz que me permitiera salir de aquel abismo emocional, pero mis fuerzas se desvanecen ante la magnitud de la tristeza que me embargaba.
De repente, percibí un suave pelaje que se recostó sobre mí, un calor reconfortante que penetraba en mi piel a pesar de no poder verlo.
-¿Qué te ha ocurrido?- Una voz melancólica resonó en mi mente, no era de Kira, sonaba como... -¿Gema?- murmuré confundida antes de sumergirme nuevamente en la oscuridad.
Creía saber que conocía muy bien el dolor, había atravesado innumerables adversidades dolorosas en apenas cinco años, pero la desgarradora sensación de vacío que dejó Alexander con sus palabras era algo desconocido para mí. Su rechazo fue la chispa que encendió la llama de mi desesperación, arrastrándome hacia este abismo donde apenas lograba respirar, luchando contra mi propia fragilidad, sumergida en una neblina de dolor, culpa y pesadillas que amenazaban con consumirme por completo.
Al abrir los ojos, mi mirada se topó con la familiar mancha de moho en el techo de madera. A pesar de conocerla bien, me tomó un momento darme cuenta de que estaba en mi habitación. Me invadió una sensación de angustia, era Kira quien se refugiaba en lo más profundo de mí. De repente, imágenes borrosas comenzaron a aflorar en mi mente, como recuerdos olvidados. Vi a Gema con con alguien más, llevándome a la cabaña. Ella me cuidó con ternura, como si fuera una muñeca frágil. Me bañó con suavidad y venía periódicamente a examinar mi estado.
Escuché pasos acercándose, cerré los ojos y esperé. La puerta se abrió con un suave crujido y, al instante, sentí dedos suaves acariciando mi cabello. Una voz cálida y reconfortante susurró, -Hola, Emma, te traje algo de comer- Reconocí la voz de Gema.
Abrí los ojos lentamente y me senté con cuidado, mirándola con gratitud. Le susurré un débil -Gracias- mi voz apenas audible.
-Tranquila, no te esfuerces. Te recuperarás poco a poco. Estuviste dos días en el bosque, y han pasado casi veinticuatro horas desde que Ethan y yo te trajimos aquí. Estabas febril y delirando.- me dijo con voz calmada y su mano acariciaba mi brazo con suavidad.
Ethan es amigo de Liz y Amy, también el hermano menor del actual Gamma, Iker.
-Le pedí que me ayudara a encontrarte, porque no podía rastrearte, ¿Quieres hablar de lo que pasó?- Su mirada era suave y comprensiva, buscando respuestas en mis ojos.
Negué con la cabeza, moviéndola de lado a lado, sin encontrar las palabras para explicar.
Gema asintió comprensiva.
Después, nos sumergimos en un silencio sepulcral. El único sonido que rompía la quietud era el golpeteo insistente de una gota de agua que caía desde el techo, resonando fuerte en el piso de madera, consecuencia de la implacable tormenta que azotaba fuera. Pero Gema cortó ese ruido molesto diciendo...
-Recuerdo cuando Nina, mi loba, despertó por primera vez. En ese momento, vivía con mis padres y Amy en una cabaña. Mis padres trabajaban en la gran casa de la manada, donde servían a Luna Misere. Allí, conocimos a tus padres y recuerdo que tu padre se mostró emocionado al descubrir que Nina era una loba guerrera-
Me quedé atónita con sus palabras. No solo me reveló que conocía a mis padres, sino que también era una guerrera. Preguntas brotaban en mi mente, pero me contuve, sin atreverme a interrumpir.
-Al principio, el cambio de Omega a guerrera fue un desafío significativo. En la camada de guerreros novatos, Samuel me intimidaba constantemente. Pero con el apoyo y guía de tu padre en el entrenamiento, logré superar mis miedos. En poco tiempo, desarrollé las habilidades para defenderme y, finalmente, vencer a Samuel.- Sonrió triunfalmente al recordarlo, pero su sonrisa se desvaneció rápidamente y su rostro se tornó serio.
Hizo una pausa antes de continuar. -Lo siento, Emma. A pesar del apoyo de tu padre, te ignoré cuando supe que estabas viva. La pérdida de mis padres en el ataque de los pícaros, que también le costó la vida al Alfa Alejandro, me dejó una herida profunda. En mi dolor, necesitaba culpar a alguien y, injustamente, te culpé a ti. Me convencí de que tu existencia había desestabilizado al Alfa Alejandro, empujándolo a actuar con locura e imprudencia. Ahora reconozco el error de mis pensamientos y mi forma de actuar. Lo siento de verdad-
Continuó hablando, sumida en sus pensamientos, como si no esperara una respuesta.
-Amy era una niña y solo contaba conmigo, una joven loba en entrenamiento que me esforzaba incansablemente desde el amanecer hasta el ocaso. Decidí renunciar a mi rango y convertirme en Omega nuevamente, hasta que Amy despertara a su propia loba. A partir de ahí, nos unimos a Kate y Liz, y más adelante, tú te sumaste al grupo, lo que me alegra enormemente. Pude conocerte y observar las marcas de tu sufrimiento en tu piel. Sin embargo, en las últimas semanas, especialmente cuando enfrentaste a Logan, vi tu auténtica fortaleza. Eres una chica fuerte, Emma. Superarás este momento difícil, y estaré aquí para apoyarte, si me lo permites.-
Recordé las palabras de mi madre "Sé fuerte".
Ella tenía razón. Desde el intento de escape, algo cambió en mí. Recuperé parte de la confianza y fuerza que había perdido durante mi encierro en la mazmorra. Aunque me daba miedo, me enfrenté a Alexander y a Logan con determinación. Asentí con la cabeza, esbozando una leve sonrisa y dije, -Gracias, Gema.-
Sonrió y se dirigió hacia la puerta. -Descansa, Kate encontró a alguien para cubrirte en el trabajo- dijo y con una sonrisa continuó -Comentó algo como 'en ese estado, arruinaría el apetito de todos'. Sabes cómo es Kate. Solo concéntrate en recuperar tus fuerzas, para que tú y tu loba estén bien.- Luego, salió de la habitación cerrando la puerta con cuidado.
Sentía a Kira en lo más profundo de mí, aún sanando. Me recosté, tratando de controlar los pensamientos dolorosos que me abrumaban, con las palabras de mi madre, "Sé fuerte".
Y lo seré.
Ahora tengo a Kira y no dejaré que nos lastimen más.
Los días transcurrieron y para mi sorpresa, la vida en la cabaña se volvió más agradable. Liz y Amy comenzaron a visitarme por las tardes, compartiendo historias de sus aventuras y travesuras antes de reunirse con Ethan y otros amigos. Aunque Kate seguía distante, noté un cambio sutil en su actitud hacia mí, como si Gema hubiera intervenido. Me gusta pensar que Gema era ahora una amiga cercana, me compartía momentos de su vida mientras yo compartía los míos. Nuestras conversaciones se prolongaban hasta altas horas de la noche, cuando el sueño nos vencía. Sin embargo, aún no le conté de aquella noche en el bosque, ella me aseguró que estaría lista para escucharme cuando yo estuviera preparada.
Poco a poco, el dolor insoportable fue tolerable, aunque la sombra de Alexander seguía presente, no hemos vuelto a verlo desde aquel día. Pero, su lobo aparece, algunas noches lo vemos desde la ventana correr cerca de la cabaña, aullando melancólicamente, como si estuviera llamando a Kira. En esos momentos, ella se esconde en lo más profundo de mí, buscando refugio. No quiere verlo, no quiere escucharlo. Y la entiendo perfectamente.
Aún duele.
(Si te gustó no te olvides de apoyarme con tu voto ⭐)
ESTÁS LEYENDO
La Loba Rechazada
WerewolfLa vida de Emma se desmorona tras un evento devastador que marca el comienzo de su tormento. A medida que enfrenta las adversidades, nuestra protagonista descubre su resiliencia y la capacidad de levantarse incluso en los momentos más oscuros. Cono...