Sentimientos encontrados
Alexander
Después del encuentro en el río, la imagen de Emma permanecía grabada en mi mente, su pequeño cuerpo tembloroso y magullado, solo cubierto por su ropa interior, me recordaba la debilidad que no podía tolerar.
Sin embargo Dago, aún rugía con furia, al recordar las huellas visibles del maltrato infligido por mi padre. Me preguntaba cómo ese pequeño cuerpo débil había logrado sobrevivir durante dos años sin sucumbir.
En realidad, nunca la culpé completamente por lo que pasó, ella era solo una niña, imprudente, pero eso no excusaba su falta de fortaleza, tampoco podía ignorar su responsabilidad en el asunto. Aunque consideraba que el verdadero culpable era mi padre y que su negligencia era inexcusable, ya que él era el alfa.
Lo recuerdo y tengo sentimientos encontrados.
Siguiendo con mis pensamientos, en el camino de regreso, busqué a Iker, quien se encarga de los grupos de trabajo. Me miró desconcertado cuando le pedí que me informara sobre los grupos de mujeres Omegas.
Con un suspiro de resignación, me entregó algunos informes, visiblemente molesto por tener que trabajar a esas horas.
Al revisar los informes, me llamó la atención el perfil de la cabaña 27, su descripción contenía algo destacable. Según el informe, la cabaña estaba habitada por cuatro mujeres: Kate, la líder del grupo, su hija Liz de 15 años, Amy de 12 años y Gemma de 18 años. Esta última destacaba por su lobo guerrero y su notable talento, a pesar de ser una novata.
La decisión de Gemma de convertirse en Omega para cuidar a su hermana tras la muerte de sus padres revelaba una fortaleza interior admirable, pero también una decisión precipitada.
Con el informe en mano, me dirigí hacia la casa de la vieja Amanda.
...
El tiempo fue transcurriendo sin descanso y la manada Auge de Luna restauró la grandeza. Junto a Marcos, Iker y mis guerreros, enfrentamos batallas feroces bajo la luna llena y mi nombre se convirtió en leyenda.
Mi popularidad, unida a la de Dago, el lobo más grande y fuerte que jamás se había visto, se extendió hasta las manadas más lejanas, donde éramos conocidos como invencibles y poderosos.
Sin embargo, Dago parecía tener una debilidad inexplicable. Cada noche, me llevaba al río, donde siempre encontrábamos a Emma, envuelta en una profunda calma. Él sentía una conexión misteriosa con ella, aunque no podía explicarlo.
Sabía que Dago quería protegerla, ya que estaba en un lugar desolado y peligroso. Por eso, permitía que nos quedáramos ahí, observándola. La veíamos nadando, en ocasiones desarrollando sus habilidades con entrenamientos intensos, demostrando la enseñanza de su padre. En momentos de calma, la veíamos leer, sumergida en sus pensamientos. Y en otras ocasiones, se concentraba en un mapa, estudiando rutas y planes, revelando sus intenciones.
Ella no sabía que la observábamos. Y si me veía en algún otro lugar, intentaba esconderse de mí por todos los medios. Eso me enfurecía, aunque no entendía el por qué. Cansado de su evasión, decidí llevar a Briana a la orilla del río una noche, sabiendo que Emma vendría.
Eso enfureció a Dago, quien no soportaba a Briana.
Muchas veces, tenía que irme del territorio, y cuando eso pasaba, dejaba a Miller patrullando el lugar. No solo era para cuidarla, sino también para vigilar que no se escapara. Sabía que a Dago se enfurecería si se enteraba de que Emma intentaba huir.
La última vez que me ausenté del territorio, estuve fuera durante dos meses. Estuve en la manada Black Moon, que estaba atravesando problemas internos y externos. El sucesor alfa se enfrentaba a muchos desafíos y pidió nuestro apoyo.
Al regresar, después de la cena, volvimos a ir al río, pero esta vez Emma no estaba como siempre. La encontré sentada en la orilla, junto a una mochila, y me di cuenta, de que hoy, era el día que tanto había planeado.
Dago se puso inquieto así que me acerque a ella.
-¿Porqué estás ahí sentada?- Pregunté, aunque ya sabía la respuesta.
Ella se sobresaltó, su pulso se empezó a acelerar, estaba nerviosa, tenía miedo y se notaba que se esforzaba por intentar ocultar lo que iba a hacer, sabiendo que nunca tendría éxito, me burle un poco de ella y dije:
-Por lo general estás nadando. ¿Que te trae aquí está noche?-
Sin poder ocultar su asombro, temblando se levantó con cautela, -Solo fue esa vez.- Apenas dijo en un susurro.
-¿Solo esa vez?- Dije con sarcasmo, y miré su mochila. Recordé por qué me había acercado. Dago estaba enojado, atento y en silencio.
-No alfa, (...)-
No escuché su respuesta, porque la rabia me empezaba a consumir al ver que se colocaba delante de su mochila. La observé atentamente y me acerqué más a ella.
-No te sorprendas, soy el alfa. Es mi deber conocer todo lo que ocurre en mi manada. Y te he visto aquí más veces de lo que te imaginas. ¿Que guardas en la mochila?- Mi voz era ronca y dominante.
-Son solo ungüentos que me dió Amanda.- Dijo y la ira ya estaba palpable en mí.
-Has mentido dos veces desde que llegué.- y usando mi comando alfa exigí -¡Dame la mochila!-
Al entregarme la mochila, logré vislumbrar un aro violeta rodeando su iris. Su mirada intensa me reveló la profundidad de su resentimiento. Sentí a Dago fascinado dentro de mí. Estaba totalmente confundido.
-No importa cuanto me odies, ni cuánto me culpes. Algún día, la Luna de tu circo, no me podrá usar más para crear esos espectáculos que tanto te gustan. No siempre estarás acá y, aunque creas que creaste una fortaleza, yo logré encontrar fallas.- Dijo con voz firme y su rostro lleno de ira.
Acababa de recibir un golpe inesperado y, para empeorar, me había desafiado.
-¡Esa es nuestra chica!- Exclamó Dago.
Pero no estaba de acuerdo con él, la niña había olvidado su lugar por un momento. Con una sonrisa sarcástica, ignorando su falta de respeto, susurré: -Me pregunto, ¿hasta dónde llegarás sin tu loba?-
Se dió la vuelta y empezó a caminar.
La miré, confundido, sin entender por qué Emma tenía ese poder de desestabilizarme. Todo lo relacionado con ella me generaba emociones contradictorias.
Y Dago, que siempre había respondido a mi control, ahora se volvía inmanejable cuando ella estaba cerca.
-¡Síguela! ¿qué esperas?- Exigió Dago
Antes que termine, ya me había puesto en marcha para seguirla.
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La Loba Rechazada
WeerwolfLa vida de Emma se desmorona tras un evento devastador que marca el comienzo de su tormento. A medida que enfrenta las adversidades, nuestra protagonista descubre su resiliencia y la capacidad de levantarse incluso en los momentos más oscuros. Cono...