Capítulo 13.

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Control

Alexander

La noche en que seguí a Emma, estuve a punto de perder totalmente el control sobre Dago, por primera vez. Mi mente se sumió en una oscuridad repentina, como si las sombras mismas se hubieran apoderado de mi ser, mientras Dago exigía su liberación con una fuerza que parecía sacudir mi alma.

Pero, de repente, la oscuridad se disipó y vi con claridad que mi mano se cerraba alrededor del cuello de Samuel, si no hubiera sido por la voz de Iker que me trajo de vuelta a la realidad, junto a Marcos y Ethan que me sujetaron con fuerza, evitaron que mi furia consumiera al despreciable de Samuel.

Luego de eso, volví al río, con la oscuridad como telón de fondo. Mis pensamientos estaban en la conversación con Emma, analizando cada palabra, cada gesto. Dago guardaba silencio, una táctica que no me sorprendía. Despues mi mente se desvió hacia otra cuestión, la influencia que Emma tiene sobre Dago.

Era un misterio que debía descubrir. Y lo que era peor, su influencia ya había comenzado a surtir efecto, esa debilidad me hizo perder el control por un momento y no lo volveré a permitir.

El control es mío y no se lo cedería a esa débil mujer.

Al día siguiente, por la mañana, me reuní con Marcos e Iker en la oficina. Su curiosidad era evidente, pero no iba a satisfacer su sed de información.

Después de que intercambiaron miradas entre ellos, Iker empezó diciendo -Escuchamos un rugido fuerte anoch...-

Interrumpiendo a Iker dije con voz cortante: -No es de su incumbencia-

Iker insistió en querer hablar, pero no iba a ceder. Mire a Marcos y le ordené -Averigua si hay alguna debilidad en nuestra frontera que estemos pasando por alto.- Y con una mirada fría, continúe, sin dar espacio a réplicas ni preguntas -He decidido que Briana será la próxima luna. Su loba es bastante fuerte.-

La voz de Iker resonó en la habitación -La fuerza es importante, pero no es lo único que define a una luna-

Al escuchar las palabras de Iker, Marcos lo miró con desaprobación, frunciendo el ceño y entrecerrando los ojos, como si la incredulidad misma se hubiera apoderado de él.

Esto se debía a que Iker, desde que su lobo, Quinn, despertó, encontró a su compañera Maia, desde entonces ha enfatizado sobre la importancia de la conexión entre compañeros predestinados.

Pero Marcos aún no había encontrado a su compañera, y él estaba de acuerdo con que la fuerza es suficiente para que Briana se convirtiera en luna.

Dago no aprobaba mi decisión. Quería que esperáramos a nuestra compañera, pero yo no estaba dispuesta a cambiar de planes. Mi decisión era definitiva.

-La conexión es debilidad, Iker.- Dije con voz ronca. recordándole el trágico destino de mi padre. -La fuerza es esencial para liderar la manada.- Con esas palabras, puse fin a la discusión.

Pero, la puerta se abrió de golpe, parada en el lumbar estaba Briana con cara de sorpresa.

La miré con enojo y le gruñí -¿No sabes tocar la puerta?-

Ella se sonrojó y respondió con una gran sonrisa, -Lo siento, no pude evitarlo al escucharte.-

La miré indiferente y le advertí, -¡Que sea la última vez!-

Me levanté de mi asiento y, mientras me dirigía a la puerta dije -Ahora tengo asuntos importantes que atender. Más tarde volveremos a hablar de este tema.- Salí de la oficina junto con Marcos e Iker.

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