Entre lobos y destinos
Alexander
Desde que Briana salió de la oficina, Dago no cesó de pedirme que saliéramos a correr, su insistencia era tan agotadora que me sentía atrapado en mi propia mente. Me resistí al principio, imaginando que me llevaría al lugar donde siempre encontrábamos a Emma. Pero su persistencia fue demasiado para mí. Finalmente cedí.
Corríamos hacia la profundidad del bosque, donde los árboles se cerraban sobre nosotros como una bóveda verde, envolviéndonos en una atmósfera de misterio y sombra. Me sorprendió que Dago desviara el rumbo, alejándonos del lugar acostumbrado, el río. Un alivio inexplicable se mezcló con mi confusión. Pero, mi mente seguía atrapada en el mismo ciclo de preguntas, donde cada respuesta se desvanecía en más interrogantes.
¿Por qué Dago, un lobo tan poderoso y temido, se mostraba débil ante la presencia de Emma, una mujer pequeña y frágil? ¿Cómo lograba controlar sus instintos, si ni siquiera tenía una loba a su lado? Y, sobre todo, ¿cómo era posible que Dago, el lobo más temido, se comportara como un cachorro sumiso cada vez que escuchaba la voz de Emma?
Mi curiosidad era insaciable, y mi mente trabajaba sin descanso para encontrar respuestas. Aunque, por ahora, solo podía seguir a Dago, sumergiéndome en la oscuridad del bosque, y dejar que las respuestas se revelaran con el tiempo.
Mi cuerpo se mueve con velocidad y fuerza, mis patas apenas tocan el suelo antes de impulsarme hacia adelante. Siento el viento en mi pelaje golpeando mi cara con fuerza, la oscuridad de la noche envolviéndonos en sus sombras.
Mi esencia humana observa y analiza, mientras el lado lobuno guía mis movimientos y decisiones.
El aroma a tierra mojada llena mis fosas nasales, y veo cada detalle del bosque, desde la textura de la corteza de los árboles hasta el brillo de los ojos de los pequeños animales que se esconden en la maleza.
-¿Por qué quieres a esa mujer como nuestra luna? -gruñó Dago, enojado de repente.
-Porque es fuerte. Lo que pasó con Logan no puede repetirse, mi prioridad es cuidar a la manada, tenemos demasiados enemigos.- respondí.
-Ella no es fuerte, Alexander. Es mentirosa y traicionera. Puedo oler su podredumbre cada vez que se acerca a ti.- replicó Dago
-Su loba, Dana, es fuerte y lo sabes- insistí.
-¡Grrr! Es una loba arrogante. Más de una vez tuvimos que salvarle el culo. Nuestra compañera debe ser fuerte. Tenemos que buscarla, Alexander.
De repente, un aroma atractivo y dulce me envolvió, una fragancia intensa y seductora. -Cereza- dije en voz baja. El aroma a Cereza era irresistible, me hacía desear el sabor ligeramente ácido pero dulce y jugoso de la fruta. Corrí en busca de su origen, mi corazón latiendo con una emoción que no podía controlar. Pero, para mí sorpresa, encontré a Emma.
¡Maldición! Este perro loco lo había hecho de nuevo, podía sentir la alegría de Dago, pero también el miedo de Emma.
Al verme, sus piernas temblorosas dio un paso atrás, pero luego cierra los ojos inhalando profundamente el aire, ¿también sentía el aroma a cereza?,¿Que está haciendo ella acá?. Mis pensamientos fueron interrumpidos por Dago.
-MIIAA- Gruñó con fuerza, poco antes que Emma pronunciara las palabras que me hirvió la sangre. -Eres mi compañero-.
La ira comenzó a recorrer mi cuerpo, un fuego que no podía apagar. Gruñí con fuerza antes de tomar mi forma humana. Tenía que actuar racional y no dejar que los instintos de Dago me controlarán, podía sentir como daba vueltas en mi cabeza, eufórico, gritando -Mia, Mia, Mia- bloqueo a Dago, ya no quería escucharlo.
Me centré en Emma, me acerqué a ella con paso firme y decidido, -¿Cómo te atreves?- le dije con un tono frío y desafiante. -Tú no puedes ser mi compañera, ¿qué clase de juego es este?- Mi voz fuerte y autoritaria resonando en el aire como un golpe de trueno, mientras mi corazón latía dolorosamente con cada palabra.
Mi enojo y confusión se entrelazaron, mientras me envolvía el aroma a cereza que emanaba de ella, tan delicioso y embriagador, que no pude evitar respirar profundamente, ¿Cómo era posible que esto pasara ahora? es una ironía cruel, Emma no tiene loba.
El olor dulce y penetrante me envolvía, absorbiéndome por completo y haciéndome perder la noción de mi entorno. De repente, me di cuenta de que estaba desnudo y me había acercado demasiado, podía sentir su aliento cálido en mi piel. A pesar de la confusión, mi determinación era firme, no me detendría, estaba decidido a liberarme de su influencia.
Así que volví a atacar con mis brutales palabras que salían con desprecio, como una daga envenenada. -No serás mi Luna. Una Omega débil y sin lobo no es digna de ser mi compañera-.
Podía sentir su dolor, mi dolor y un fuerte impulso de tenerla en mis brazos ¿De esto se trataba la conexión?.
Ella abrazó su vientre mientras se curvaba y gemía de dolor y, apenas en un susurró dijo -Lo sé- como un suspiro de derrota.
Dago intentaba desesperadamente imponer su control, pero yo no se lo permití, no esta vez. Aunque logró decir -Ella es mía, Alexander, no tienes derecho de hacernos esto, su loba ya despertó, te lo advierto Alexander, si la rechazas jamás te lo perdonaré y te aseguro que te arrepentirás.- Su voz en mi mente era un gruñido de desesperación. Lo silencie y lo encerré, ahora en un rincón oscuro de mi mente, para no escucharlo más.
Mi mirada estaba clavada en Emma, en sus hermosos ojos verdes decorados con un lunar, enojado y confundido por esta repentina atracción hacia ella. Cerré mis manos alrededor de su cuello frágil, y dije -Aunque hayas despertado a tu loba, no cambia nada-.
La solté y ella cayó al suelo, su cabeza golpeó contra un árbol con un sonido sordo. El dolor que me generaba al intentar ignorar la conexión era insoportable y la confusión me estaba consumiendo, pero no podía permitirme sentir, no podía permitirme tener una debilidad, debía terminar con todo esto de una vez. Aunque cada parte de mi me advertía que no lo hiciera, usé toda mi fuerza para bloquear a Dago, controlar el dolor y pronunciar la sentencia que nunca pensé que diría.
-Yo, Alexander Clandarther, Alfa de la manada Auge de Luna, te rechazo a ti, Emma Kelp, Omega de nuestra manada, como mi compañera y futura Luna-.
Me fui, dejando atrás el eco de mi propia cobardía.
(Si te gustó no te olvides de apoyarme con tu voto ⭐)
ESTÁS LEYENDO
La Loba Rechazada
Hombres LoboLa vida de Emma se desmorona tras un evento devastador que marca el comienzo de su tormento. A medida que enfrenta las adversidades, nuestra protagonista descubre su resiliencia y la capacidad de levantarse incluso en los momentos más oscuros. Cono...