Otro plan de huida
Emma
Después de conversar largo y tendido con Gema, me propuse investigar más a fondo sobre la poción. No corta la conexión, eso estaba claro, pero podría brindarme una ventaja crucial para huir sin dejar rastro. Así que planeé visitar a Amanda y encontrar una excusa convincente para obtener la poción.
Unos días habían pasado desde la última vez que vi a Alex, y fue lo mejor. No tenía ganas de hablar con él, de escuchar su voz suave y persuasiva que siempre parecía encontrar la manera de hacerme dudar. Pero sabía que no podía evitarlo para siempre. Pronto tendría que enfrentarlo y explicarle que no quería ser Luna. Sin embargo, la idea de pensar que Briana podía ocupar ese lugar, por negarme, me desgarraba, no iba a poder soportar verlo junto a ella. No tenía otra opción, debía huir y encontrar la manera de romper el vínculo.
Decidida a obtener la poción, me encaminé a la casa de Amanda, con el propósito fijado. Utilizando como excusa la necesidad de tiempo para pensar y tomar una decisión, alegando que Alex no me daba espacio y me confundía; aunque me sentí incómoda al mezclar verdad y mentira, logré convencerla.
Tenía todo listo, había tomado mi decisión y reunido todo lo necesario. Desempolve mi mochila, la llené con todo lo que necesitaba y la guardé nuevamente en su escondite. Ahora, solo me quedaba aguardar con paciencia el día en que Alex saliera de la manada.
...
El día esperado había llegado. Por la tarde me dirigí al río, donde el suave murmullo del agua me ayudaba a concentrarme, mientras afinaba los últimos detalles de mi plan y pensaba en el futuro incierto. De repente escuché una voz en mi cabeza: -¡Mi salvadora!-
Me giré y vi a Miller acercarse a mí. Con una mirada amable dijo: -Hola Emma, perdón por molestarte, pero quiero disculparme contigo.-
-¿Por qué lo harías?- Pregunté con miedo, esperando que su lobo Bran no le hubiera revelado mi secreto.
-No le conté nada, pero algo sospecha. Tu aroma es inolvidable, y ahora que lo he sentido bien, encontrarte será más fácil.- Dijo Bran.
No respondí, no sabía si Miller podría escuchar mi respuesta.
Miller se acercó a mí, con una mirada llena de arrepentimiento dijo: -No pude protegerte como debía, lo siento. Mi deber era cuidarte, y fallé.-
-No te culpes, Miller. Fuiste sorprendido y herido. No fue tu culpa.-
Miller asintió. -A partir de ahora, me aseguraré de que estés a salvo. No volveré a fallar.- Su voz sonó determinada. Luego sonrió, inclinó la cabeza y se fue.
Me senté en la orilla del río, pensando que sería un problema si Miller me vigilara mientras Alex se ausentaba del territorio.
-Ellos están cerca.- Me sorprendió Kira diciendo.
Me giro y veo que se acerca a mi, un lobo negro como la noche y escalofriantemente gigante.
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Alexander
Cuando llegué a la frontera, mis guerreros habían derrotado a casi todos los pícaros sin esfuerzo. Daniel se acercó en cuanto me vio y me saludó con un gesto de cabeza, diciendo: -Alfa.-
Le devolví el saludo con un gesto similar y le ordené, mientras observaba la escena que tenía enfrente -Informa.-
-Aparecieron de golpe y para cuando los vigías los detectaron, ya estaban casi en la frontera. Había algo extraño en sus movimientos, parecían coordinados.- Explicó Daniel.
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La Loba Rechazada
Hombres LoboLa vida de Emma se desmorona tras un evento devastador que marca el comienzo de su tormento. A medida que enfrenta las adversidades, nuestra protagonista descubre su resiliencia y la capacidad de levantarse incluso en los momentos más oscuros. Cono...