Deseo
Emma
Estoy corriendo a través del oscuro bosque, sintiendo que alguien me persigue. Soy una presa, incapaz de ver ni detectar el olor de mi cazador. Solo hay terror en mí y el impulso de correr tan rápido como pueda. Sin embargo, mis piernas se sienten pesadas; el cansancio hace que mis pasos sean erráticos. En un descuido, caigo por un barranco, soltando un grito desgarrador que me despierta sobresaltada.
De repente, siento unos brazos firmes que me aprisionan contra algo duro, haciéndome estremecer. Con esfuerzo, abro los ojos, confundida, y me encuentro con unos hermosos ojos azules que me miran con amabilidad. Tardo unos segundos en darme cuenta a quién pertenecía esa mirada encantadora, pero al mismo tiempo dominante.
En ese instante de somnolencia, creyendo que lo que veía era solo un sueño, respiré profundo para perderme en su aroma. Mientras cerraba los ojos, murmuré: 'Tan perfecto.'
Sin embargo, me desperté de golpe al escuchar una risita seguida de una voz ronca que decía: -No me tientes así, Emma.-
Confundida, intenté soltarme, pero Alex me retuvo con más fuerza. -¡Buen día, preciosa! Ni se te ocurra querer escapar de mí, otra vez.- Dijo mientras me daba un beso en la frente.
Miré a mi alrededor, intentando comprender dónde estaba. Las paredes grises y los grandes ventanales me eran desconocidos, aunque las cortinas me resultaban familiares; las había lavado más de una vez. Volví a centrar mi atención en el espléndido hombre con el torso desnudo que me abrazaba y, sintiendo el calor en mis mejillas, le pregunté con timidez: -¿Dónde estoy?- Aunque no quería admitirlo, en el fondo sabía la respuesta.
-Estás donde debes estar, en mis brazos, preciosa.- Dijo, inclinando sus labios hacia un lado y esbozando una media sonrisa.
¡Diosa! ¿Por qué es tan sexy?
-¿Por qué estoy acá?- Pregunté, intentando mantener la calma.
-Porque yo te traje.- Respondió con naturalidad.
-¿Y por qué me trajiste?- Insistí, desafiando su mirada.
-¿No quieres estar aquí?- Preguntó, mostrando una falsa mueca de confusión que solo aumentaba mi desconcierto.
¡Mierda! Sí, sí quiero, pero... ¿debo?
No respondí, me quedé en silencio, atrapada en la profundidad de sus ojos. No quería mentir al decir que no, pero tampoco me atrevía a decir que sí. ¡Maldita sea! ¿Qué debería responder?
-Preciosa... mientras tu cabecita vuela buscando la respuesta, yo estoy muriendo de ganas por besarte.- Susurró, acercándose a mí y dejando que el aroma de mi pelo lo envolviera -Hueles tan adictivamente dulce que me vuelve loco.- Dijo con una voz ronca.
La tensión entre nosotros era electrizante, cada palabra suya hacía que mi corazón latiera más rápido y me llevaba a cuestionar lo que realmente deseaba.
Seguía sin responderle. No sabía si sus palabras estaban influenciadas por el vínculo o si realmente lo sentía. Deseaba con todas mis fuerzas que fuera sincero. ¿Estaría bien dejarme llevar? ¿Y qué pasaba con Briana? ¿Qué debía decir? ¿qué debería hacer? Cerré los ojos, cansada de tanta confusión. Me sentía abrumada por las preguntas, ojalá Kira estuviera despierta, para ayudarme a aclarar mis pensamientos.
Decidí que, por un momento, solo por un momento, necesitaba perderme en su aroma, dejándome envolver por esa fragancia que me transportaba a un lugar donde las dudas se desvanecen y sólo existía el instante presente.
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La Loba Rechazada
Manusia SerigalaLa vida de Emma se desmorona tras un evento devastador que marca el comienzo de su tormento. A medida que enfrenta las adversidades, nuestra protagonista descubre su resiliencia y la capacidad de levantarse incluso en los momentos más oscuros. Cono...