Something About Jane | Janeff

【Capitulo 14】

𝘚𝘰𝘮𝘦𝘵𝘩𝘪𝘯𝘨 𝘢𝘣𝘰𝘶𝘵 𝘑𝘢𝘯𝘦

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「Capítulo 14: "Su obra, nadie lo puede juzgar"」

Después de aquél susto se llevó otro de corrido, estaba segura que el universo estaba en su contra. En cuanto se dio la vuelta la puerta estaba abierta, mostrando a un joven rubio con un pijama abotonado de un tono verde bastante pálido...ese no era el problema sino quien estaba a su lado con una almohada: Jeff.

Sin camisa, con un pantalón que dependía del nudo mal hecho de su cintura para tenderse en pie, descalzo pisando todo lo que haya habitado el suelo de la cabaña que sin duda no sería poca cosa mala. Si es que le llovía la suerte.

Lo peor de pensar y que todos ignoraron fue que la puerta se abrió sola.

-Nada de nenes, es una reunión de nenas...¡Y menos un gorila desnudo!

Zero se levantó e intentó cerrar la puerta en todas las narices de los otros dos que también hicieron fuerza para evitar que los mandara a paseo, querían estar, después de todo la charla de Jeff con su mejor amigo duró poco y en cuanto al pequeño fantasma se le ocurrió la idea de hacerle compañía a las mujeres de la casa se fue a cambiarse sin perder un segundo. La puerta se negó a cerrarse y ellos acabaron dentro de la habitación.

Jane se echó a un lado pues Jeff se había puesto de pie justo a su lado para sentarse, como no al lado de ella.

-¿Qué hacían? Escuché una buena charla antes, de no se qué de Toby.

Ben sonría pícaro ante el tema que sacó, no es que le interesara pues el romance de esos dos duró poco pero fue intenso, intensamente lleno de problemas, si es que estaban en boca de todos y finalmente ninguno se sentía cómodo.

-No estábamos hablando de eso...es que-Clock aclaró su garganta.-Se fue con Slenderman y que sepamos no ha vuelto aún, ¿Tan entretenido está ese viejo verde?

Jeff bufó, como si Slenderman le importara algo, se echó hacia atrás apoyándose sobre sus manos.

-Slendy siempre está mejor fuera que dentro, ¿Para qué lo quieres?

La charla era monótona y absurda, que si odiaban al dueño de la casa o lo querían no se podía notar la diferencia. Estaba sintiendo una presión en su abdomen bajo que le llamaba a ir al servicio.

-Bueno...voy al baño.-Jane se levantó, y sin más salió de la habitación.

Quizás era el destino, su desconfianza o ese ser extraño al que llamaban Zalgo pero en cuanto cruzó la puerta y la cerró a sus espaldas un pequeño susurro, pensamiento pasajero, le dijo que no se fuera, le pitaban los oídos y debía hacer caso. Detuvo sus pasos y se acercó a la puerta mientras apretaba sus puños, ¿Acaso estaba paranoica? Apoyó su oído contra la puerta escuchando el sonido blanco ambiental y el eco de las voces al otro lado de la puerta.

-Ahora que no está...¿Qué tal os cae Jane?

La voz apacible y tranquila de Kate se escuchó, hablando de ella a sus espaldas y sacándola como tema de conversación alternativo. Se les daba bien hablar de los demás a lo callado y en secreto.