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Relatos Prohibidos ════ ⋆★⋆ ════
El reloj de la biblioteca marcaba la medianoche cuando Harry y Violet se adentraron sigilosamente en la Sección Prohibida. Los pasillos oscuros y las estanterías repletas de libros polvorientos creaban un ambiente de misterio que solo hacía que sus corazones latieran más rápido. No estaban seguros de lo que estaban buscando exactamente, pero algo en ese lugar los atraía.
—¿Estás segura de que es aquí? —susurró Harry, sosteniendo la linterna mágica con la que apenas iluminaba unos cuantos libros a la vez. El haz de luz se deslizaba sobre las encuadernaciones, revelando títulos que parecían tan viejos como Hogwarts mismo.
—Lo vi en uno de los registros antiguos, —respondió Violet, su voz apenas un murmullo. —Un libro que se menciona como Los Corazones Perdidos: Relatos de Amor y Magia. Tiene historias que no encontrarás en ninguna otra parte.—
Finalmente, después de unos minutos de búsqueda, Violet encontró el libro. Su cubierta era de un cuero oscuro y agrietado, y tenía grabado un corazón partido en dos, rodeado de runas antiguas. Lo tomó con cuidado y lo abrió, sus dedos temblando de emoción.
Se sentaron juntos en una esquina apartada de la biblioteca, con el libro sobre las rodillas de Violet. La primera historia trataba sobre dos jóvenes magos de casas enemigas que se enamoraron durante la guerra, solo para ser separados por un hechizo maldito. Harry notó cómo Violet leía en silencio, sus ojos se oscurecían con cada palabra.
—¿Qué harías si estuvieras en esa situación? —preguntó Violet, alzando la vista hacia Harry. Su voz era suave, casi como si temiera que las palabras que compartieran en ese lugar podrían cobrar vida.
Harry reflexionó por un momento. —No dejaría que nadie nos separara, —dijo con firmeza. —Lucharía hasta el final, incluso si eso significa ir en contra de todo lo que conozco.—
Violet sonrió levemente, pero había una sombra de tristeza en su expresión. —¿Y si no tuvieras elección? ¿Y si fuera la única manera de mantener a la otra persona a salvo?—
El silencio se apoderó de ellos mientras ambos contemplaban esa posibilidad. Harry nunca había sido el tipo de persona que se rendía, pero sabía que, en el mundo mágico, a veces las cosas estaban fuera de su control. Sin embargo, no podía soportar la idea de perder a alguien que le importaba, no de esa manera.
—Prefiero estar contigo, incluso si eso significa enfrentar cualquier peligro, —dijo Harry, y su voz fue más suave esta vez, sincera. —No podría soportar perderte, Violet.—
Violet lo miró fijamente, como si estuviera buscando algo en sus ojos. Luego, tomó su mano, entrelazando sus dedos con los de Harry. El contacto fue cálido, reconfortante, y también lleno de algo más, algo que ambos habían sentido pero nunca habían admitido.
—No creo que podría dejarte ir, tampoco —susurró Violet. Su corazón latía rápidamente mientras las palabras salían de sus labios, como si ese libro antiguo hubiera liberado algo en su interior.
La cercanía de sus rostros hizo que Harry sintiera su respiración más acelerada. Había algo en la atmósfera de la Sección Prohibida, un peso de siglos de secretos y emociones guardadas, que hacía que todo se sintiera más intenso. Sin pensarlo dos veces, Harry inclinó la cabeza hacia adelante y, con una suavidad que nunca había experimentado, posó sus labios sobre los de Violet.
El beso fue breve, pero lleno de significado. Cuando se separaron, ambos sabían que algo había cambiado entre ellos. Ya no eran solo compañeros de estudio, ni amigos aventureros en busca de conocimiento prohibido. Habían cruzado una línea, una línea que habían estado evitando pero que, ahora que la habían cruzado, no podían imaginar retroceder.
Violet sonrió, y esta vez no había tristeza en su rostro, solo una felicidad serena y una aceptación de lo que ahora compartían.
—Tal vez los relatos trágicos son solo advertencias, —dijo ella suavemente, cerrando el libro. —Pero nosotros podemos escribir nuestra propia historia, una que no termine en tragedia.—
Harry asintió, apretando su mano con firmeza. —Juntos —respondió con una sonrisa que alcanzó sus ojos.
Y así, en medio de la oscuridad y los secretos de la Sección Prohibida, Harry y Violet comenzaron a escribir el primer capítulo de su historia, uno donde el amor no era una batalla perdida, sino una victoria compartida.
