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Un Baile Inesperado ════ ⋆★⋆ ════
Jonathan Byers nunca había imaginado que asistiría a un baile escolar.
El pensamiento de estar rodeado de compañeros de clase bailando y socializando no era exactamente su idea de diversión. Sin embargo, Lila, una amiga cercana con la que había compartido muchas conversaciones sinceras y risas, lo había estado animando durante semanas para que fuera con ella.
—Vamos, Jonathan, solo es una noche. Será divertido —le había dicho Lila con una sonrisa contagiosa.
A pesar de sus reservas, Jonathan se rindió ante la insistencia de Lila y decidió acompañarla.
Al llegar al gimnasio decorado para la ocasión, notó la atmósfera vibrante llena de luces parpadeantes y música alta.
Mientras Lila se mezclaba con otros amigos, Jonathan se sentía un poco fuera de lugar.
El ritmo de la música era una mezcla de canciones pop y clásicos de los 80. A pesar de su incomodidad, Jonathan se esforzó por relajarse y disfrutar de la noche.
Al cabo de un rato, la música cambió a una canción lenta, suave y melódica. Lila, notando que Jonathan estaba en la esquina del salón con su bebida, se acercó con una sonrisa cálida.
—¿Te gustaría bailar? —preguntó Lila, extendiendo su mano hacia él.
Jonathan miró la pista de baile y luego a Lila, su corazón latiendo un poco más rápido de lo que estaba acostumbrado. La idea de bailar una canción lenta no le era del todo cómoda, pero la invitación de Lila lo hizo reconsiderar.
Finalmente, aceptó y tomó su mano, dejándose guiar hacia el centro de la pista.
Mientras se movían lentamente al ritmo de la música, la pista de baile se fue vaciando, dejándolos en un rincón más íntimo del gimnasio.
Las luces tenues creaban un ambiente cálido y acogedor, y la suavidad de la canción parecía envolverlos en una burbuja de tranquilidad.
Jonathan se sintió un poco nervioso al estar tan cerca de Lila. No era un experto en expresar sus sentimientos, pero la serenidad de la canción y la cercanía de Lila lo empujaron a ser honesto.
—Lila —dijo Jonathan, su voz baja y un poco temblorosa—, quería agradecerte por convencerme de venir esta noche. No pensaba hacerlo, pero... me alegra haberlo hecho.
Lila lo miró, sus ojos reflejando la luz suave y la emoción de la noche. —Me alegra que hayas venido. Yo también estoy contenta de que estés aquí.
Jonathan respiró hondo, sintiendo la presión del momento. —Hay algo que he querido decirte. Desde hace un tiempo, me he dado cuenta de que... me gustas mucho más de lo que pensaba. Pasar tiempo contigo siempre es lo mejor de mi día, y no quiero que eso cambie.
Lila se quedó en silencio por un momento, asimilando sus palabras. Luego, una sonrisa sincera apareció en su rostro. —Jonathan, yo también he estado sintiendo lo mismo. Me encanta estar contigo y compartir estos momentos.
La confesión de Jonathan, junto con la respuesta sincera de Lila, hizo que el ambiente se sintiera aún más especial. Jonathan, sintiendo un alivio y felicidad inesperados, se inclinó y la besó suavemente, sin prisa ni urgencia, capturando el momento perfecto en que sus sentimientos se encontraban en perfecta sintonía.
Lila correspondió al beso, y ambos se abrazaron mientras la canción continuaba sonando, el mundo exterior pareciendo desvanecerse.
En medio de la multitud y el bullicio del baile escolar, Jonathan y Lila encontraron un momento de conexión pura y sincera, uno que marcaría el inicio de algo especial entre ellos.