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El Encuentro ════ ⋆★⋆ ════
Peter Parker entró a la tienda de artículos de tecnología con la intención de comprar un pequeño gadget para su próximo proyecto.
La tienda estaba tranquila y silenciosa, el lugar perfecto para una compra rápida. Sin embargo, mientras se dirigía hacia el pasillo de electrónica, un ruido procedente del área de artículos de hogar captó su atención.
Al girar la esquina, Peter se encontró con una escena inusual: una chica de su escuela, Zoe, estaba en la parte inferior de una escalera, tratando de alcanzar un artículo en una estantería alta. La postura en la que se encontraba era algo cómica y claramente incómoda. El equilibrio de Zoe se tambaleó y, en un instante, perdió el control, cayendo de la escalera con un grito ahogado.
Peter, con sus reflejos mejorados, reaccionó rápidamente. Se acercó y, usando sus habilidades de Spiderman, logró atraparla en el aire antes de que tocara el suelo. La situación, aunque resuelta de manera heroica, era aún embarazosa para ambos.
—¿Estás bien? —preguntó Peter, ayudando a Zoe a estabilizarse mientras ella lo miraba con una mezcla de sorpresa y vergüenza.
Zoe se ruborizó y se enderezó, tratando de recuperar la compostura. —Sí, gracias, Peter. Fue un poco torpe de mi parte.—
Peter sonrió con simpatía, tratando de aligerar el momento. —No te preocupes. A veces, las estanterías altas tienen un don para hacernos sentir como si estuviéramos en una comedia de errores.—
Zoe rió nerviosamente, agradecida por la actitud despreocupada de Peter. —Sí, definitivamente. Estaba tratando de alcanzar un libro que estaba en la última estantería y… bueno, ya ves cómo terminó.—
Ambos se miraron, la risa compartida ayudando a deshacer la tensión inicial. Peter, buscando cambiar de tema, comentó: —Así que, ¿qué libro es tan importante que te hizo arriesgarte a una caída?—
Zoe, aún sonriendo, levantó una mano para señalar el libro en la estantería alta. —Es un libro de cocina de postres internacionales. Soy una entusiasta de la repostería y pensaba que este libro tenía algunas recetas geniales.—
Peter se inclinó hacia la estantería y, usando una de sus habilidades de trepar, tomó el libro sin esfuerzo y se lo entregó a Zoe. —Parece interesante. Siempre he pensado en intentar hacer algo más que solo pizza y macarrones con queso.—
Zoe tomó el libro con gratitud y una chispa en sus ojos. —¿En serio? ¿Te gustaría tener una clase de repostería en algún momento?—
La idea parecía intrigante para Peter, y él asintió. —Podría ser divertido. Aunque no prometo que mis pasteles salgan perfectos.—
Mientras continuaban su charla sobre recetas y experimentos culinarios, Peter y Zoe descubrieron que tenían más en común de lo que pensaban. La conversación fluyó naturalmente, y el tiempo en la tienda pasó volando. La risa y el intercambio de historias hicieron que el encuentro se sintiera cómodo y genuino.
Al final, cuando Peter estaba a punto de pagar por su gadget, Zoe se adelantó con una sonrisa. —Oye, ¿te gustaría acompañarme a una cafetería cercana para probar alguna de las recetas del libro? Creo que sería una buena manera de terminar esta inesperada aventura.—
Peter, feliz por la invitación y entusiasmado por la posibilidad de pasar más tiempo con Zoe, aceptó. —Eso suena genial. Me encantaría.—
Salieron juntos de la tienda, y el ambiente de la cafetería se llenó de risas y conversación. Lo que había comenzado como un encuentro incómodo en una tienda se convirtió en una tarde de descubrimientos y conexiones inesperadas. Mientras compartían una mesa y disfrutaban de dulces y café, ambos se dieron cuenta de que habían encontrado una nueva y agradable compañía en el otro.
Así, el día que comenzó con una caída y un malentendido terminó siendo una promesa de nuevas amistades y momentos compartidos.
