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Refugio en la Tormenta ════ ⋆★⋆ ════
La lluvia comenzó a caer sin previo aviso, transformando la carretera polvorienta en un río de barro.
Rick Grimes y Denise, su compañera de viaje, estaban en ruta hacia un punto de abastecimiento cuando el cielo se oscureció rápidamente. La tormenta no daba signos de amainar, y el viento comenzó a aullar como si estuviera desafiando cualquier intento de avanzar.
—Tenemos que buscar refugio —dijo Rick, dirigiendo la camioneta hacia una casa abandonada que se vislumbraba entre las sombras.
Era una estructura que parecía resistir el paso del tiempo, con ventanas rotas y puertas descolgadas, pero al menos proporcionaría algo de protección.
Ambos se apresuraron a entrar y a asegurarse de que las ventanas estuvieran bien bloqueadas con muebles y tablas encontradas. La tormenta rugía afuera, creando una cacofonía de truenos y lluvia que hacía que la casa se sintiera aún más aislada del mundo exterior.
Denise se acomodó en el suelo junto a una esquina de la sala, sacando algunos suministros para improvisar una cena mientras Rick intentaba encender una pequeña linterna que encontró en un rincón. Con el tiempo, el sonido de la tormenta se volvió un rugido constante y sin fin, y la conversación se volvió el único consuelo en medio de ese escenario desolador.
—¿Cómo era tu vida antes de todo esto? —preguntó Denise, rompiendo el silencio con curiosidad y empatía.
Rick la miró, sorprendido por la pregunta pero agradecido por la oportunidad de hablar. —Era un sheriff, —comenzó, su voz cargada de nostalgia. —Tenía una familia, una vida relativamente tranquila. Ahora, las cosas son... diferentes.—
Denise asintió, compartiendo su propia historia con igual apertura. —Yo era médica. Pensé que tenía todo bajo control, que podría ayudar a la gente, pero el mundo cambió tan rápido que todo lo que conocía se desmoronó.—
Mientras compartían historias, la distancia entre ellos se desvaneció. La risa y el consuelo mutuo empezaron a construir un puente invisible entre ellos, creando un espacio de entendimiento y conexión en medio de la tormenta.
La conversación se desvió hacia esperanzas y sueños, y Rick, admirando la fortaleza y la vulnerabilidad de Denise, sintió una atracción creciente hacia ella. La luz de la linterna parpadeaba suavemente, creando un ambiente íntimo y cálido en la fría oscuridad de la casa.
Finalmente, el silencio cayó sobre ellos, roto solo por el sonido distante de la tormenta. Rick se acercó a Denise, viéndola con una intensidad que reflejaba la conexión que habían desarrollado. Sus miradas se encontraron, y en ese instante, la tormenta afuera pareció ser solo un eco lejano.
—Denise, —Rick dijo con voz baja, —me alegra que estemos aquí juntos.—
Ella le devolvió la mirada, sintiendo el mismo sentimiento profundo. —Yo también, Rick.—
Con un movimiento lento y deliberado, Rick se inclinó hacia ella, sus labios encontrando los de Denise en un beso que era tanto un alivio como una declaración de lo que sentían. Fue un beso lleno de ternura, una mezcla de consuelo y deseo que habló más allá de las palabras.
Cuando se separaron, el silencio en la casa estaba lleno de una nueva sensación de calma y cercanía. La tormenta afuera había cesado, pero el refugio en la casa había revelado algo más: una conexión profunda que floreció en medio de la adversidad.
La tormenta podía haber pasado, pero el vínculo que Rick y Denise habían descubierto continuaría creciendo, un refugio en el corazón del apocalipsis.
