cap. 6: Un acuerdo Inesperado

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El tiempo parecía haberse detenido desde la confrontación en la casa de los Fritz. Los días pasaban lentamente, cargados de tensión y silencios incómodos. Maddison y Ben no habían tenido muchas oportunidades de hablar desde que Taylor había salido de la casa aquella mañana, y cada día que pasaba sin una resolución parecía aumentar la incertidumbre entre ellos.

Finalmente, un viernes por la tarde, Taylor convocó a Maddison y a Ben en la sala de estar. Su semblante seguía siendo serio, pero había algo diferente en su expresión, como si hubiera llegado a una decisión.

Maddison entró primero, sintiendo el peso de la situación en su pecho. Ben llegó poco después, su presencia siempre reconfortante para ella, aunque ambos sabían que lo que estaba por venir podría cambiarlo todo.

Taylor se encontraba de pie junto a la ventana, mirando hacia el exterior, pero se giró cuando sintió que ellos entraron. Durante un momento, el silencio fue abrumador, pero finalmente, Taylor lo rompió.

“Estuve pensando mucho en todo esto,” comenzó, su voz controlada pero cargada de emoción. “En lo que significa para mí, para nuestra familia, y para nuestra amistad, Ben.”

Ben asintió, esperando en silencio a que Taylor continuara. Maddison apenas respiraba, su corazón latiendo con fuerza mientras esperaba lo que su hermano tenía que decir.

“Lo que hiciste,” Taylor dirigió su mirada hacia Ben, “lo que hicieron los dos, me lastimó profundamente. No solo porque no me lo esperé, sino porque cambió todo lo que pensaba sobre nuestra relación. Me dolió que no confiaran en mí lo suficiente como para hablar antes de que pasara todo esto.”

Ben apretó los labios, sintiendo el peso de las palabras de Taylor. “Tienes razón, Taylor. No manejamos esto de la mejor manera. Pero lo que siento por Maddison es real, y no quiero esconderlo más.”

Maddison miró a su hermano, esperando ver alguna señal de comprensión o perdón. Pero Taylor permanecía en silencio, sus pensamientos todavía procesando la situación.

Finalmente, Taylor respiró hondo y soltó un largo suspiro. “Sé que lo que sienten es real. Eso no es lo que me molesta. Lo que me molesta es que no confiaron en mí desde el principio. Pero… no puedo obligarlos a ignorar lo que sienten. No quiero ser esa persona.”

Maddison sintió un rayo de esperanza al escuchar esas palabras, aunque sabía que esto no significaba que todo estuviera resuelto.

“Así que,” continuó Taylor, volviendo a mirar a ambos, “si de verdad están decididos a estar juntos, no voy a interponerme. Pero,” añadió, con un tono de advertencia en su voz, “quiero que lo hagan bien. Nada de secretos. Si van a estar juntos, será a la vista de todos, sin mentiras ni engaños.”

Maddison no pudo evitar esbozar una pequeña sonrisa, sintiendo que su corazón se aligeraba un poco. “Gracias, Taylor. Eso significa mucho para mí.”

Taylor asintió, su mirada suavizándose ligeramente. “Quiero que seas feliz, Maddie. Solo… no quiero perder a mi mejor amigo en el proceso.”

Ben dio un paso adelante, su expresión seria pero llena de determinación. “No lo harás, Taylor. Te lo prometo. Esto no cambia nuestra amistad, solo la hace más complicada.”

Taylor dejó escapar una pequeña risa, un sonido que no había salido de él en días. “Sí, supongo que tienes razón.”

Ben miró a Maddison y luego, con una mezcla de valentía y un toque de desafío juguetón, se volvió hacia Taylor. “Entonces, si nos das tu bendición… ¿puedo hacer esto?”

Antes de que Taylor pudiera responder, Ben tomó a Maddison por la cintura y la atrajo hacia él, inclinándose para besarla frente a su hermano. El beso fue suave pero lleno de promesas, y aunque Maddison se sonrojó al principio, pronto se dejó llevar por el momento, olvidando por un instante que Taylor estaba justo allí.

Cuando finalmente se separaron, Maddison miró a Ben, sus ojos brillando con una mezcla de felicidad y alivio. Habían pasado por mucho en los últimos días, pero ese beso, delante de Taylor, se sentía como un pequeño triunfo.

Taylor los observó, sus emociones oscilando entre la incomodidad y la resignación. Aunque no estaba completamente cómodo con la situación, una parte de él sabía que esto era inevitable. Suspiró, sacudiendo la cabeza ligeramente.

“Está bien, está bien,” dijo Taylor, levantando las manos en señal de rendición. “Solo… manténganlo discreto cuando yo esté cerca, ¿de acuerdo?”

Maddison rió suavemente, aliviada de que su hermano estuviera empezando a aceptar la situación, aunque a regañadientes. “Lo prometo, Taylor.”

Ben asintió también, dándole a Taylor una mirada de agradecimiento. “Gracias, amigo. De verdad.”

Taylor simplemente asintió, sin palabras, antes de dirigirse hacia la puerta. “Voy a salir un rato. Necesito despejarme la cabeza. No hagan nada que me haga arrepentirme de esto, ¿de acuerdo?”

Maddison y Ben intercambiaron una mirada antes de asentir simultáneamente. “No lo haremos,” dijeron al unísono.

Con un último vistazo hacia ellos, Taylor salió de la casa, dejándolos solos en la sala de estar. Maddison soltó un largo suspiro, sintiendo que una gran carga había sido levantada de sus hombros.

Ben la tomó de la mano, apretándola suavemente. “Bueno, eso fue… algo, ¿no?”

Maddison asintió, girándose para mirarlo. “Sí, lo fue. Pero al menos ahora no tenemos que escondernos.”

Ben sonrió, acercándose de nuevo a ella. “No más secretos. Solo nosotros.”

Maddison sonrió también, sintiendo que, por primera vez en días, todo podría estar bien. Aunque el camino por delante seguía siendo incierto, al menos sabían que lo enfrentarían juntos, con el apoyo, o al menos la tolerancia, de Taylor.

Y eso, para ellos, era un buen comienzo.

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