Después de su intenso entrenamiento matutino, Ben y Madison decidieron que era hora de darse una ducha y cambiarse antes de regresar al hotel para desayunar. Ambos caminaron en silencio, cada uno perdido en sus propios pensamientos, pero con sonrisas de satisfacción en sus rostros.
Al llegar a los vestuarios, Ben se dirigió al masculino mientras Madison entraba en el femenino. El lugar estaba prácticamente vacío, ya que eran los únicos que habían decidido madrugar tanto para entrenar. Ben comenzó a desvestirse, quitándose la camiseta empapada de sudor y dejándola caer en el banco junto a su bolsa.
Mientras se quitaba la camiseta, escuchó un leve ruido en la puerta y, al girar la cabeza, vio a Madison apoyada en el marco, mirándolo con una sonrisa traviesa. Llevaba aún su ropa de entrenamiento, pero su mirada lo decía todo: estaba disfrutando de la vista.
Ben sonrió con picardía, sintiéndose consciente de la forma en que sus músculos se tensaban bajo su piel. "¿Te gusta lo que ves?" preguntó con tono juguetón, levantando una ceja mientras se giraba hacia ella.
Madison se tomó un segundo antes de responder, su sonrisa se amplió mientras mantenía su mirada fija en él. "Bueno..." dijo, haciendo una pausa intencionada, dejando que la palabra flotara en el aire.
Ben soltó una risa suave y se acercó un paso más hacia ella. "Vamos, sé que te encantó," dijo con confianza, sus ojos brillando de diversión.
Madison, lejos de retroceder, se acercó un poco más a él, cerrando la distancia entre ambos hasta que apenas había espacio para respirar. “Más te gustaría, guapo,” susurró, su voz era un susurro provocador que hizo que Ben sintiera un ligero escalofrío recorrer su espalda.
Antes de que Ben pudiera reaccionar, Madison se dio la vuelta lentamente, y empezó a caminar de regreso al vestuario femenino. Ben se quedó inmóvil por un momento, observándola mientras se alejaba, sus ojos no podían evitar seguir cada uno de sus movimientos.
Justo antes de cruzar la puerta del vestuario femenino, Madison se detuvo, sin darse la vuelta. "Yo sí que te encanto," dijo con seguridad, sabiendo exactamente a dónde estaban dirigidos los ojos de Ben.
Ben se quedó sin palabras por un segundo, luego dejó escapar una risa nerviosa mientras sentía el calor subir a su rostro. "Sí, definitivamente me encantas," murmuró para sí mismo, todavía sonrojado por la audacia de Madison.
Sonrió mientras se rascaba la nuca, sintiéndose completamente desarmado por esa chica que siempre lograba mantenerlo en vilo. Con un último vistazo a la puerta por la que Madison acababa de desaparecer, Ben terminó de cambiarse, sabiendo que ese pequeño juego entre ellos no era más que una muestra del lazo cada vez más profundo que los unía.
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Líneas Cruzadas
RomanceBen shelton y Maddison fritz,la hermana pequeña de Taylor fritz,se conocen en persona y eso cambia todo en su amistad.