Líneas Cruzadas

cap. 30: Los preparativos

Cuatro meses habían pasado desde que Ben y Madison recibieron la maravillosa noticia de que estaban esperando una niña. El embarazo de Madison avanzaba de manera saludable, y su barriga se notaba cada vez más prominente. La pareja estaba emocionada por la llegada de su bebé y estaba inmersa en los preparativos para darle la bienvenida.

Era un sábado por la mañana cuando Ben se despertó temprano y decidió dedicar el día a construir la cuna para su hija. Había pasado la semana reuniendo todas las piezas y herramientas necesarias para el proyecto. En la sala de estar, rodeado de madera, tornillos y un manual de instrucciones, Ben se concentraba en ensamblar la cuna que pronto acogería a Emma, la pequeña que estaba por llegar.

Madison, con una barriga ya claramente visible, estaba ocupada en la cocina preparando un brunch para ambos. Se asomó al salón y vio a Ben trabajando con dedicación. "¿Cómo va la construcción de la cuna, campeón?" preguntó con una sonrisa, mientras se secaba las manos con un paño.

Ben levantó la vista y le sonrió, visiblemente orgulloso de su progreso. "Casi está lista. Quiero que sea perfecta para nuestra princesita."

Madison se acercó y le dio un suave beso en la mejilla. "Ya veo que estás poniendo todo tu esfuerzo en ello. Estoy segura de que Emma lo amará."

La cuna ya tenía un bonito diseño y Ben había elegido una pintura blanca con detalles en colores suaves que combinaban con el resto del mobiliario de la habitación. Había decidido llamarla "princesita" porque para él, Emma era la más especial.

“¿Puedes ayudarme con estas piezas?” Ben le pidió, sosteniendo dos partes de la cuna. Madison asintió y se arrodilló junto a él, ajustando las piezas con cuidado mientras él las atornillaba.

"¿Has pensado en cómo vamos a decorar la habitación de Emma?" preguntó Madison, su entusiasmo por el futuro reflejado en sus ojos.

Ben sonrió mientras trabajaba. “Sí, quiero que sea un espacio acogedor y alegre. He pensado en tonos suaves y en incluir algunos detalles que me recuerden a los momentos que hemos compartido. Creo que le encantará.”

Madison asintió, admirando el esfuerzo de Ben. “Estoy segura de que será hermoso. Ya no puedo esperar a ver cómo queda todo terminado.”

Mientras trabajaban juntos, conversaban sobre los planes para la llegada de Emma. Hablaban de los nombres de los amigos y familiares que vendrían a conocer a la bebé, y de cómo planeaban organizar el tiempo con la nueva rutina.

Después de un par de horas de trabajo, la cuna estaba finalmente montada y lista para ser decorada. Ben se sentó en el sofá, exhausto pero satisfecho con el resultado.

“¿Te gusta?” preguntó, mirando a Madison con una expresión de expectativa.

Madison se acercó a la cuna y la examinó detenidamente. “Es perfecta. Me encanta. Estoy segura de que Emma se sentirá muy cómoda aquí.”

Ben se levantó y abrazó a Madison, sintiendo una profunda satisfacción al saber que estaban creando un hogar amoroso para su hija. “No puedo esperar para ver su carita cuando la traigamos a casa.”

La tarde continuó con Madison y Ben organizando el resto de la habitación, colgando cortinas, colocando juguetes y preparando el espacio para recibir a Emma. Ambos se sentían emocionados y preparados para el nuevo capítulo que estaba por comenzar en sus vidas.

Cuando la habitación estuvo lista, Ben y Madison se sentaron juntos en la cama, mirando el trabajo que habían hecho. Madison apoyó su cabeza en el hombro de Ben, sintiéndose agradecida por todo el amor y apoyo que había recibido durante el embarazo.

“Gracias por hacer esto por nuestra hija,” le dijo Madison, acariciando su barriga.

Ben la rodeó con un brazo, sonriendo. “Haría cualquier cosa por ustedes. Emma será la niña más feliz del mundo.”

La tarde concluyó con una sensación de paz y alegría, mientras ambos se preparaban para el próximo capítulo de sus vidas. La llegada de Emma estaba cada vez más cerca, y Ben y Madison estaban listos para recibirla con todo el amor y dedicación que tenían para ofrecer.