cap. 26: La propuesta

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La tarde avanzaba lentamente mientras Ben y Madison caminaban de regreso al hotel después del entrenamiento. Habían decidido dar un pequeño paseo por la ciudad, disfrutando de la compañía mutua sin las presiones del torneo. Las calles de Nueva York, bulliciosas y llenas de vida, contrastaban con la calma que sentían al estar juntos.

Una vez en la habitación del hotel, se relajaron en el sofá, con la televisión encendida en algún canal al azar. Madison estaba recostada contra el pecho de Ben, sintiendo el latido constante de su corazón bajo su mejilla. Él jugaba suavemente con su cabello, enredando sus dedos en los mechones rubios.

"Estaba pensando en algo," dijo Ben de repente, rompiendo el silencio cómodo entre ellos.

Madison levantó la cabeza y lo miró, con una ceja levantada en señal de curiosidad. "¿En qué pensabas?"

Ben dejó escapar un suspiro, su mirada se volvió un poco más seria. "En nosotros, en lo que viene después del torneo. Siento que deberíamos... hacer algo más permanente."

Madison frunció el ceño, tratando de entender a dónde quería llegar. "¿A qué te refieres?"

"Quiero que estemos más cerca, Madi," continuó Ben, bajando la vista por un momento antes de encontrar sus ojos de nuevo. "No quiero seguir teniendo que separarnos después de cada torneo, o que tengamos que planear cada minuto que podemos estar juntos. Quiero que vivamos juntos."

Madison se quedó en silencio, sorprendida por la propuesta. No es que no lo hubiera pensado antes, pero escuchar a Ben decirlo en voz alta, y con tanta seriedad, la dejó sin palabras por un momento.

"¿Te gustaría mudarte conmigo?" preguntó Ben, esta vez su voz más suave, como si temiera que ella pudiera rechazar la idea.

Madison sintió una mezcla de emociones. Por un lado, la propuesta la emocionaba; significaba que Ben la veía como una parte integral de su vida, que quería un futuro juntos. Pero también estaba la incertidumbre. Mudar su vida, dejar lo conocido, era un paso enorme.

"Ben, no sé qué decir..." empezó, pero la sinceridad en los ojos de él la hizo detenerse. "Quiero estar contigo, siempre. Pero es un gran paso."

"Lo sé, y no quiero presionarte. Solo quiero que lo pienses," respondió Ben, acercándose para besarla suavemente en los labios. "No tienes que decidir ahora."

Madison asintió, sintiendo una calidez expandirse en su pecho. "Voy a pensarlo," dijo, devolviéndole el beso.

Ben sonrió, aliviado de que al menos no había recibido un no directo. "Eso es todo lo que pido," murmuró contra sus labios.

El resto de la noche pasó con una ligereza renovada. Hablaron de otras cosas, vieron una película sin prestar demasiada atención, y simplemente disfrutaron de la presencia del otro. Pero en el fondo de la mente de Madison, la idea de vivir con Ben, de compartir algo más profundo y permanente, no dejaba de rondar. Sabía que la decisión no podía tomarla a la ligera, pero también sabía que Ben era alguien con quien podía imaginarse el resto de su vida.

Al final de la noche, mientras se acurrucaban juntos bajo las sábanas, Ben la abrazó con fuerza, susurrándole al oído, "Te amo, Madi. Y pase lo que pase, siempre estaré a tu lado."

Madison cerró los ojos, sintiendo el amor y la seguridad en sus palabras. "Yo también te amo, Ben. Siempre."

Y así, mientras el sonido suave de la ciudad se filtraba por la ventana, Madison se quedó dormida, soñando con el futuro que podía tener con Ben, y con la posibilidad de que esa decisión fuera el comienzo de algo aún más hermoso.

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