cap. 13: Risas

65 3 0
                                    

La mañana siguiente llegó con una luz suave que se filtraba a través de las cortinas, iluminando el dormitorio de Madison y Ben con un resplandor dorado. La habitación estaba envuelta en un silencio tranquilo, interrumpido solo por el murmullo ocasional de la brisa que se colaba por la ventana entreabierta.

Ben despertó antes que Madison, y, sintiendo el calor y la suavidad de su cuerpo al lado del suyo, decidió comenzar el día de una manera especial. Con una sonrisa traviesa en el rostro, se inclinó sobre Madison, observando cómo su rostro aún dormido estaba iluminado por los primeros rayos de sol.

Comenzó a besarla suavemente en la mejilla, luego en la frente, y finalmente en los labios, sin dejar de murmurar dulces palabras de cariño. Cada beso era suave y delicado, lleno de la ternura que sentía por ella. Madison se movió ligeramente, emitiendo un pequeño gemido de sorpresa mientras sus párpados comenzaban a abrirse.

“Buenos días, preciosa,” susurró Ben, su voz cargada de afecto mientras se inclinaba para besarla en la nariz y en la esquina de la boca.

Madison parpadeó, intentando despejar el sueño de sus ojos mientras miraba a Ben con una sonrisa aún somnolienta. “Buenos días, Ben,” respondió con una risa suave, sintiendo el calor de sus besos y el cariño en cada toque.

Ben continuó sus caricias, moviéndose a lo largo de su cuello y la línea de su mandíbula, disfrutando del contacto cercano y la reacción de Madison. “Despertarte así me hace el día,” dijo, su voz suave y llena de ternura. “Me encanta ver tu sonrisa al empezar el día.”

Madison se estiró ligeramente, abrazando a Ben con una sonrisa que mostraba tanto su alegría como su sorpresa por su dulce despertar. “Te has convertido en un experto en despertar a las personas,” dijo, riendo suavemente.

Ben se acomodó junto a ella, su rostro cerca del de Madison. “Solo hago lo que me sale del corazón. Quiero que cada mañana comience con una sonrisa.”

Ambos permanecieron así durante un rato, disfrutando del calor y la proximidad. Las risas y los murmullos de cariño llenaron el aire, mientras el mundo exterior seguía sin prisas. La habitación se llenó de una sensación de paz y felicidad, con los dos abrazados y disfrutando del simple placer de estar juntos.

Finalmente, Ben se inclinó para darle un último beso en los labios, sintiendo el roce de los labios de Madison en los suyos. “¿Listos para empezar el día, mi amor?”

Madison sonrió ampliamente, su corazón rebosante de amor. “Sí, estoy lista. Gracias por este despertar tan especial.”

Con ese intercambio de miradas y sonrisas, Ben y Madison se levantaron de la cama, listos para enfrentar el día que les esperaba, sabiendo que cada momento compartido juntos era un tesoro en su nuevo viaje como pareja.

Ben y Madison, todavía envueltos en el calor de la mañana y la frescura del amor recién comenzado, bajaron juntos por las escaleras de la casa. Sus manos entrelazadas mostraban una conexión que era palpable, cada paso que daban reforzando la promesa de su nuevo compromiso.

Al llegar a la planta baja, los aromas tentadores de desayuno llenaron el aire, guiándolos hacia la cocina. La luz de la mañana se filtraba a través de las ventanas, iluminando el espacio y creando un ambiente acogedor y alegre. En la cocina, Morgan y Taylor estaban ocupados preparando el desayuno: Morgan estaba batiendo huevos y Taylor estaba en medio de preparar panqueques.

Morgan levantó la vista al escuchar los pasos y sonrió al ver a Ben y Madison entrando juntos. “¡Buenos días, ustedes dos!” exclamó con entusiasmo. “Parece que han tenido una mañana maravillosa.”

Taylor también los miró con una sonrisa. “¡Hola, Ben! ¡Hola, Madison! ¿Cómo está todo por la mañana?”

Madison, todavía con una sonrisa que no podía ocultar, respondió mientras se acercaba a la mesa. “¡Todo está perfecto! Ben me despertó con la mejor de las sorpresas.”

Ben le dio un apretón en la mano y se acercó a la cocina, dejando que Madison se sentara en una silla cercana. “Pensé que sería un buen comienzo de día,” dijo, mientras se dirigía a la encimera para ayudar con el desayuno.

Morgan y Taylor continuaron con la preparación, la cocina llena de risas y conversaciones amigables. Taylor le lanzó un guiño a Ben mientras vertía masa para los panqueques. “Parece que eres un experto en sorprender a Madison. No esperaba menos de ti.”

Ben rió, tomando una taza de café y sirviéndola para Madison. “Solo trato de hacer que cada momento sea especial.”

Mientras el desayuno avanzaba, la conversación se volvió más relajada y animada. Taylor y Morgan hablaban sobre sus planes para el fin de semana, mientras Ben y Madison compartían anécdotas y se reían de las historias que contaban.

Cuando el desayuno estuvo listo, todos se acomodaron en la mesa, disfrutando de una comida casera y deliciosa. Los panqueques, huevos revueltos y frutas frescas eran el complemento perfecto para una mañana que ya había comenzado con tanta promesa.

Morgan sirvió los platos, mientras Taylor comenzaba a repartir los alimentos. “Espero que les guste el desayuno. Siempre es agradable tener a todos juntos para empezar el día.”

Madison tomó un bocado de su desayuno y miró a Ben con una sonrisa satisfecha. “Esto es perfecto. Gracias, chicos.”

Ben la miró, con una sonrisa que reflejaba su propia felicidad. “Sí, realmente es un gran comienzo para el día.”

La mañana continuó en un ambiente de camaradería y calidez, con el grupo disfrutando no solo de la comida, sino de la compañía mutua. Las risas y la conversación llenaron la cocina mientras compartían el primer desayuno del día, celebrando la vida y las relaciones que habían construido.

Mientras el sol seguía ascendiendo en el cielo, Ben y Madison sabían que su día prometía ser aún más especial, con el calor de las nuevas promesas y la alegría de estar rodeados de amigos y seres queridos. La cocina, llena de aromas y risas, era el escenario perfecto para comenzar este nuevo capítulo en sus vidas.

Líneas CruzadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora