cap. 27: pelea

30 1 0
                                    

La mañana estaba llena de tensión en el aire, a pesar del sol brillante que iluminaba la ciudad de Nueva York. El torneo avanzaba, y Taylor estaba enfocado en su próximo partido. Madison había estado evitando la conversación con su hermano desde que Ben le propuso vivir juntos, pero sabía que no podía esperar más.

Después del desayuno, mientras Taylor se preparaba en el vestidor de su suite en el hotel, Madison se armó de valor y llamó a la puerta. Cuando Taylor la invitó a entrar, se veía relajado, concentrado en su rutina pre-partido. Ella tomó una respiración profunda antes de empezar a hablar.

"Tay... necesito hablar contigo sobre algo importante," dijo Madison con una voz suave, casi temerosa.

Taylor la miró a través del espejo mientras se ponía la muñequera. "¿Qué pasa, Madi? Pareces preocupada."

Madison tragó saliva, sintiendo que las palabras se le atascaban en la garganta. "Es sobre Ben y yo..."

Taylor se detuvo por un momento, alzando una ceja, pero continuó con lo que hacía. "¿Qué pasa con Ben? ¿Están bien?"

Ella asintió lentamente, tomando asiento en la cama. "Sí, estamos bien. En realidad... estamos muy bien. Tan bien que... bueno, él me pidió que me mude con él a Florida después del torneo."

Taylor se giró abruptamente, sus ojos brillando con incredulidad. "¿Florida? ¿Estás bromeando, verdad?"

Madison negó con la cabeza. "No, Tay. No estoy bromeando. Ben quiere que vivamos juntos y yo... yo quiero estar con él."

El rostro de Taylor se transformó rápidamente, pasando de la sorpresa al enfado. "¿Y piensas dejar todo en California? ¿Dejar a nuestra familia, a tus amigos, a mí? ¿Por un tipo que conoces desde hace menos de un año?"

Madison sintió que el nudo en su garganta se hacía más grande. "Taylor, no es solo por él. Es por nosotros, por lo que queremos construir juntos. Y sé que es una gran decisión, pero pensé que entenderías..."

"¡No, Madison, no lo entiendo!" Taylor levantó la voz, cruzando la habitación enojado. "¿Estás dispuesta a tirar todo lo que tienes aquí, todo lo que somos como familia, por un capricho? ¡Florida no es aquí, no es donde perteneces!"

Las palabras de Taylor la golpearon como una bofetada. Nunca lo había visto tan enojado con ella. Las lágrimas comenzaron a acumularse en sus ojos. "No es un capricho, Tay. ¡Es mi vida, mi felicidad! Y pensé que de todos, tú lo entenderías."

Taylor soltó una risa amarga, casi incrédula. "¿Tu vida? ¿Tu felicidad? ¿Y qué hay de nuestra familia? ¡¿Qué hay de mí, Madison?!"

Ella no pudo soportarlo más. El dolor en su corazón, mezclado con la ira y la tristeza, la desbordaron. "¡Eres tan egoísta! ¡No se trata de ti, Taylor, se trata de mí por una vez!" gritó antes de salir corriendo de la habitación, las lágrimas fluyendo libremente por su rostro.

Corrió por los pasillos del hotel sin rumbo, hasta que llegó a la sala de descanso donde Ben estaba esperando antes del partido de Taylor. Al verla entrar, inmediatamente se dio cuenta de que algo estaba muy mal. Se levantó de un salto y la abrazó fuerte, sin decir una palabra, permitiéndole desahogarse.

Madison lloraba desconsoladamente contra su pecho, mientras él la sostenía, acariciándole el cabello y susurrándole palabras tranquilizadoras. "Estoy aquí, Madi. Estoy aquí..."

Después de unos minutos, cuando su llanto se calmó, Ben la miró a los ojos. "¿Qué pasó?"

Madison, con la voz aún temblorosa, le explicó lo que había sucedido. La expresión de Ben cambió lentamente de preocupación a furia contenida. "No debería haberte dicho esas cosas," dijo con los dientes apretados. "Voy a hablar con él."

Líneas CruzadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora