Han pasado dos años desde que Ben y Madison tomaron la decisión de mudarse a una hermosa casa en Florida. La vivienda, situada en una zona tranquila y rodeada de exuberante vegetación, reflejaba el estilo de vida que ambos habían deseado construir juntos. La casa, inmensa y elegante, contaba con una cancha de tenis en la parte trasera, un lugar que Ben frecuentaba para entrenar y practicar.
Madison, de 24 años, estaba ocupada decorando la casa para una pequeña reunión que había organizado. Había pasado gran parte de la mañana arreglando las flores y preparando el salón para recibir a Taylor, Morgan y su adorable hija Harper. La casa estaba llena de vibrantes colores y un aire acogedor, un reflejo del amor y la dedicación que Madison ponía en cada detalle.
Taylor y Morgan visitaban a menudo, disfrutando de su tiempo juntos y compartiendo historias y risas. Taylor había aceptado el cambio de vida de su hermana con el tiempo y había llegado a apreciar la felicidad que ella encontraba en su nueva vida. La relación entre él y Ben, aunque aún con algunas tensiones de vez en cuando, se había estabilizado y fortalecido.
Morgan, con su hermoso cabello rubio y su mirada cariñosa, llevaba ahora a su hija de dos años, Harper, que había crecido rápidamente y estaba llena de energía y curiosidad. La pequeña corría por la casa, explorando cada rincón con una risa contagiosa.
El día en que Ben y Madison recibieron a Taylor y Morgan era especial, pues celebraban no solo el tiempo que habían pasado juntos sino también el reciente matrimonio de Ben y Madison. Aunque ya habían estado casados durante tres meses, había sido difícil encontrar el momento adecuado para una celebración con todos sus seres queridos.
Taylor llegó primero con Morgan y Harper en brazos. Cuando Madison los vio, se acercó con una cálida sonrisa y los abrazó. "¡Qué gusto verlos! ¡Estamos tan felices de tenerlos aquí!"
"Nos alegra mucho estar aquí," respondió Taylor, devolviendo el abrazo. "Harper está emocionada por ver a su tía Madison."
Madison tomó a Harper en sus brazos y la llenó de besos. "¡Cuánto has crecido, pequeña!"
Morgan, radiante con su vestido de verano, observaba a su familia con una sonrisa de felicidad. "La casa está maravillosa, Madison. Lo han hecho muy bien."
Ben salió de la cancha de tenis y se unió a ellos. Estaba sudado, pero su rostro mostraba una sonrisa de satisfacción. "¡Hola a todos! ¿Cómo ha sido el viaje?"
"Todo perfecto," respondió Morgan. "Harper durmió casi todo el camino."
Taylor miró a Ben con una sonrisa. "¿Listo para la barbacoa, campeón?"
Ben asintió con entusiasmo. "¡Absolutamente! Vamos a disfrutar de una buena comida y ponernos al día."
La tarde transcurrió entre risas, buena comida y conversaciones animadas. Harper jugaba en el jardín mientras los adultos conversaban y compartían historias sobre sus últimas aventuras. La cancha de tenis se convirtió en un punto de encuentro para Ben y Taylor, quienes, después de un tiempo sin jugar juntos, decidieron tener un pequeño partido amistoso.
El sol empezaba a ponerse, bañando la casa con una cálida luz dorada. Madison, con una copa de vino en la mano, se acercó a Ben mientras él charlaba con Taylor. "¿Te acuerdas de cuando pensábamos en todo esto solo como un sueño?" preguntó con una sonrisa.
Ben la miró con ternura. "Sí, pero mira dónde estamos ahora. Lo hemos hecho realidad."
Madison le dio un suave beso en los labios. "Estamos muy felices, Ben. Y no solo por nosotros, sino por todo lo que hemos logrado y las personas maravillosas que tenemos a nuestro alrededor."
Taylor y Morgan se acercaron, y Morgan tomó la mano de Madison. "Estamos muy contentos por ustedes," dijo. "Ver cómo han construido esta vida juntos es increíble."
Taylor asintió, su mirada suavizada por la alegría del momento. "Lo mismo digo. Ustedes se merecen toda la felicidad del mundo."
A medida que la noche avanzaba, los amigos y la familia se reunieron alrededor de la mesa, compartiendo historias y creando nuevos recuerdos. Las risas llenaban el aire mientras disfrutaban de una deliciosa cena bajo las estrellas.
La vida de Ben y Madison en Florida era todo lo que habían soñado y más. Habían encontrado un equilibrio perfecto entre el amor, el éxito y la felicidad. Mientras observaban a su familia y amigos disfrutar de la velada, sabían que este era solo el comienzo de una larga y maravillosa aventura juntos.
Con el sol ocultándose en el horizonte y las luces de la casa parpadeando suavemente, Ben tomó la mano de Madison y la llevó a un rincón tranquilo del jardín. "Gracias por todo, Madi. Por hacer de este lugar nuestro hogar y por compartir esta vida conmigo."
Madison lo miró con amor en sus ojos. "Y gracias a ti, Ben, por ser mi compañero en cada paso del camino."
Se abrazaron bajo el cielo estrellado, sabiendo que, aunque el futuro siempre sería incierto, el amor y la felicidad que compartían eran lo que realmente importaba.
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Líneas Cruzadas
RomanceBen shelton y Maddison fritz,la hermana pequeña de Taylor fritz,se conocen en persona y eso cambia todo en su amistad.