Capítulo 34: Preguntas.

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°

° Missa °


Estoy en la sala esperando que mi hermano llegue de recoger a Roier del aeropuerto, me aseguro de tener mis notas que hice en mi teléfono, me pongo de pie dispuesto a hacer el desayuno para distraerme un poco, me sentía ansioso, había estado esperando que Roier volviera lo había extrañado demasiado además de que es la única persona a la cual le tengo confianza ciega por lo tanto a el único al que podría preguntarle cosas demasiado... privadas.


Hago sándwiches de jamón y queso, algo sencillo que me aseguraba de no quemar la cocina porque era solo ponerlos en el sartén para que el pan se tostara y el queso se derrita, una vez los tengo listos pongo la cafetera mientras reviso mi teléfono cada diez segundos, ya habían tardado, eran casi las nueve y media, el aeropuerto no quedaba tan lejos, pero me contengo de llamar a mi hermano o mejor amigo, seguramente se habían entretenido abrazándose y diciéndose sus cursilerías.


Justo cuando estoy por revisar mi teléfono de nuevo escucho la puerta principal abrirse y la risa de mi mejor amigo inunda el apartamento, salgo de la cocina a paso rápido y cuando lo veo me acerco como un maniático abrazándolo con fuerza haciendo que su maleta de mano caiga al suelo por corresponderme, lo aprieto un poco más de la cuenta, pero en verdad estaba muy feliz por verlo después de tantos días.


- Mi chamaco me extraño por lo visto, ¿tu papi no te cuido bien? – pregunta, divertido, sabía que estaba bromeando sobre que él era mi madre y Spreen mi padre.

- No, papá es malo – digo aniñado.

- Como hinchan las bolas – se queja mi hermano ignorándonos tomando la maleta de mano de Roier y llevándose las cosas a su habitación.

- ¡Hice el desayuno, no te encierres! – le digo a mi hermano para que vuelva – vente Ro.

- ¿Dónde? – bromea de nuevo mientras me sigue entre risas.

- Bueno... ya que sacas el tema... solo digo que me alegra que hayas vuelto, tengo muchas cosas que contarte – me hago el interesante mientras le paso su plato con dos sándwiches y una taza de café.

- Uy ¿chisme? – cuestiona viéndome interesado mientras comienza a comer, mi hermano aparece sentándose a su lado pasando su brazo detrás de él sobre el respaldo, le paso su comida y solo me agradece con un asentimiento de cabeza.

- Sí, pasaron muchas cosas mientras estabas en suiza, ¿ya te conto Spreen que se agarro a chingadazos? – pregunto tratando de no hablar de nada incomodo frente a mi hermano.

- Sí, ya lo regañe un poquito, sino estuviera tan cansado le hubiera castigado con dormir en el sofá, pero necesito a mi osito para dormir a gusto, pa la próxima no se librará – dice tranquilo, veo como Spreen le da unas caricias en la nuca y cabello de forma distraída, ruedo los ojos, divertido.

- Cuento con que estarán pegados como chicles, si antes eran bien pinche pegajosos ahora mil veces más, todo por eso cuando terminemos nuestro desayuno te secuestrare un ratito para que me cuentes que tal te fue y ponernos al día – le sonrió animado, el hace una ligera mueca cansada pero asiente.

- Missa que mi pibe esta re cansado, hablas con él después – se mete en la charla mi hermano, volteo a verlo con un gesto inconforme.

- Si dejo que se vayan a dormir no lo vas a soltar después de eso, este es mi momento y debo aprovecharlo antes de que ustedes se pongan al día y no salir más que para comer o para ir a la universidad – digo lo obvio, antes de que mi hermano pueda protestar Roier dice:

You are my Sunshine | AU QSMP | DeathDuoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora