Capítulo 7

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La promesa que me hizo Angelo no me sirvió de mucho ya que seguía igual de tensa, no me había sentido bien en días y seguí igual, hasta mí tía me regaño porqué me miraba más pálida de lo normal quería llevarme al hospital a hacerme un chequeo cosa a la que me negué, ya que no deseaba estar ahí después de años metida ahí estaba reacia a pisar un hospital nuevamente, así que le dije que era estrés por el trabajo que hablaría con mi jefe para aliviar un poco la carga y quedó más tranquila, Casi no pasamos mucho tiempo juntas por su trabajó porque sino se hubiera dado cuenta de los vomitos matutinos que he tenido y ya estuviera metida en ese hospital gracias a Dios ella sale mucho antes que yo así que cuando yo despierto ella normalmente ya no está.

Decidí no ir a la universidad hoy ya que no me sentía bien y preferí quedarme a dormir la mayoría de la mañana, hasta que se hizo la hora de ir al trabajo así que empecé a alistarme hoy se decidiría lo que debía hacer y lo que ellos harían después con ese hombre, estaba nerviosa demasiado, tenía miedo de ser descubierta y que ese tipo me hiciera daño, tantas cosas han pasado por mi cabeza que no he podido tener paz, pero igual no podía hacer nada era parte de la organización y Angelo ya me advirtió que solo hay una salida de todo esto.

Decidí ponerme pantalón, me gustaban más las faldas pero hoy opté por algo distinto así que me puse un pantalón jeans azul talle alto que se ajustaba a mi figura, una camisa manga larga, cuello tortuga de algodón color verde, y zapatillas bajas del color de la blusa, mi maquillaje fue sencillo algo de rubor, rimel y labial en un tono rosado bajo, la verdad no me sentía de ánimos para un maquillaje mas elaborado además estaría encerrada en la oficina así que no necesitaba mucho.

Llegué al club y me dirigí hasta la oficina, golpee la puerta, la cuestión está en que no quería llevarme una sorpresa como la vez pasada aunque ya no he presenciado ese tipo de escenas, siempre que vengo Angelo está solo. Escuché el pasé de su parte y entré.

- Buenas tardes, señor Ivanov. - saludé, después de lo que me dijo empecé a tratarlo de manera formal nuevamente aunque él no se molestaba porque lo llamara Angelo quería guardar las distancias así sabría cuál era mi lugar.
- Buenas tardes, Amaia. - respondió - vamos a tener la reunión dentro de una hora, pero antes deseó hablar contigo.
- Sí, dígame. - debo decir que mis nervios aumentaron un poco y si había cambiado de opinión?.
- Que es lo que está pasando contigo? Últimamente no te he visto bien, te notas cansada es por lo de Maldonado. - dijo y me miró fijamente cada vez que lo hacía me ponía nerviosa.
- Creó que sí. - contesté un poco dudosa, porque la verdad no estaba segura de que ese fuera el motivo, era extraño.
- Como que creó? Explícate.
- Es que la verdad no sé que me pasá, me he sentido muy cansada hay momentos en lo que mi cuerpo solo quiere dormír no sé que es lo que me pasá, pienso que debo sentirme estresada. - frunció el ceño.
- Ven aquí - dijo haciendome seña para que me acercará hasta él, me levanté rodeé el escritorio y me acerque. Él tomó mi mano y me jalo hasta sentarme en su regazo, acto que me sorprendió. - No solo eso te ves pálida es como si estuvieras enferma, necesitas que te chequee un doctor.
- No quiero. - dije e intente levantarme pero me lo impidió.
- Quien te ha dicho que puedes irte? Acaso te lo he ordenado? - dijo tomando con una de sus manos mi rostro.
- No, pero no creó que sea conveniente estar así. - dije remarcando lo obvio.
- No me importa, ya hablamos sobre esto así que no te resistas y después de la operación de mañana te llevaré al hospital para que te hagan un chequeo. - habló firme, él me confundía mucho.
- Sí, ya lo habíamos hablado pero usted dijo que entre nosotros no había ninguna relación así que no debemos tener está cercanía y lo de ir al hospital ya lo estaba considerando. - sonrió.
- Pero si ya hemos tenido sexo en tres ocasiones y ahora no quieres tenerme cerca.
- Lo sé, pero pensé que... - no terminé la frase lo miré fijamente y fruncí el ceño - Olvídelo esa parte ya la tengo clara.
- No pensé que ibas a tomar las cosas de esa manera, jamás en mi vida he tenido una relación sería con nadie así que no me detuve a pensar que tú eras diferente a las demás, las cosas se salieron de mi control no puedo prometerte nada de eso tengo planes para mi vida y no quiero cambiarlos.
- Entonces no lo haga solo olvidé lo que pasó entre nosotros. - dije segura de mis palabras aunque en el fondo no lo deseara en realidad.
- Pero tampoco quiero perderte, deseó tenerte a mi lado. - dijo palabras que hicieron saltar a mi corazón por un breve momento.
- No seré la querida de nadie aunque se trate de usted, no lo haré. - dije hablando claro - Tú fuistes el primero en mi vida, me entregué a tí sin dudarlo no por deseó sino por amor - él frunció el ceño - Aunque le sorprenda así fue, he estado enamorada de tí desde la primera vez que te ví. Pasó estando internada en el hospital hace cinco años atrás, talvez no lo recuerdes pero yo soy esa chica a la que conociste cuando entraste a mi habitación por error. - Angelo me miró fijamente estaba pensativo hasta que abrió grande sus ojos.
- No puedo creerlo que seas tu la pequeña gorrión. - mencionó y sonreí si se acordaba. - Es que bueno cambiastes mucho, estás más hermosa, más bella aunque en aquel entonces todavía te mirabas muy niña, además de que el color de tu cabello era distinto.
- Sí es que quería ver cómo se me veía el rubio. - la etapa de la adolescencia me dió por ahí por teñir mi cabello.
- Es increíble que el destino te haya puesto en mi caminó.
- Sí, pero ya ves que no nos quiere juntos, usted ya tiene planes para su vida que se relaciona con una hermosa mujer en España.
- Como sabes tú de eso? - preguntó frunciendo el ceño.
- Bueno después de todo trabajo para usted, y no es difícil que me diera cuenta.
- Marín, claro tiene que ser ella tiene una lengua larga pienso que tendré que cortarse la. - dijo y palideci, no debí decir nada.
- No vayas a hacerle nada por favor ella no tiene culpa, no lo hizo con mala intención además yo trabajó para usted así que ella supuso que lo sabía, no es como que se lo haya dicho a cualquiera. - hablé rápidamente, no deseaba que le hiciera daño por mi culpa. Sonrió de medio lado y pude tranquilizarme. - Así que como usted hará su vida, yo también pienso hacer la mía así que ésto - dije señalandonos - hay que evitarlo.
- Piensas que te dejaré estar con otro hombre que no sea yo. - dijo de repente.
- Se piensa casar con otra mujer y ya le dije que no voy hacer su amante, así que, puedo hacer mi vida con quién quiera.
- Ningún otro pondrá las manos en tí, de eso puedes estar segura cualquiera que se atreva a acercarse a tí con esas intenciones lo mató, entendistes?
- No puede hacer eso? No puede ser tan egoísta. - dije tratando de alejarme de él pero me agarró por la cintura con fuerza.
- Sí puedo, sino quieres estar conmigo está bien no voy a obligarte, jamás lo haría pero no dejaré que nadie se te acerque. - dijo posesivamente.
- Como puede decir eso? Si hasta hace unos días me ordenó que me acostará con el tipo ése aún en contra de mis deseos. - me quejé.
- Piensas realmente que iba a permitir eso nunca fue mi plan desde el principio, acepté para que Bruno no insistiera más pero mi plan siempre fue otro, tú eres mía, me perteneces y no dejaré que nadie más te tenga. - lo miré sorprendida.
- Yo.... Pensé que... Que no te importaba en lo absoluto. - dije después de formular bien las ideas.
- Me importas y mucho de eso puedes estar segura aunque me case con otra mujer, seguirás siendo especial. - dijo y por primera vez pude sentir paz porque estaba diciendo que me quería a su manera pero lo estaba haciendo y eso realmente me hacía feliz aunque mi felicidad no era completa porque no podría tenerlo a mi lado.....

Mascara Rota (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora