CAPÍTULO 24

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Abrí lentamente mis ojos acostumbrando me a la luz que entraba por la ventana de la habitación, sonreí como una boba al sentir el cuerpo de Angelo junto al mío, yo estaba sobre su pecho era la primera vez desde nuestra boda que amanecía así en sus brazos ya que siempre que me despertaba estaba listo para irse, levanté la cabeza para fijarme en la hora en el reloj que estaba en la cómoda el cual marcaba las 9 de la mañana un poco más tarde a la hora que usualmente despierto, me moví tratando de levantarme, Angelo me tenía agarrada de la cintura con unos de sus brazos así que intente retirar su brazo pero solo conseguí que me apretará más.

- Adónde creés que vas? - preguntó aún con los ojos cerrados.
- Necesito ir al baño puedes soltarme por favor. - dije haciendo el intento de levantarme nuevamente pero Angelo no aflojó su agarré.
- No quiero, quédate aquí conmigo más tiempo. - dijo abriendo sus hermosos ojos para mirarme fijamente.
- Está bien, pero déjame ir un momento y regresó. - nos miramos por un momento y accedió así que me dirigí rápidamente al baño a hacer mis necesidades y después de un rato volví con él, me subí a la cama para acostarme a su lado. - Quieres que pasemos todo el día acostados? - pregunté para saber si ese era su plan para el día de hoy.
- No, solo que quiero estar así contigo un rato más o no puedo? - me miró para darme la vuelta haciendo que quedara de espaldas a él y me abrazó - quiero que prepares una maleta saldremos de viaje, quiero disfrutar de estos días contigo.
- A dónde iremos? - pregunté emocionada.
- Es una sorpresa que sé te gustará.
- Debes decirme para poder saber que tipo de ropa alistar. - dije con la intensión de sacarle información.
- Lleva ropa cómoda, solo eso te diré si necesitas algo yo te lo compraré. - no me dió mucha información así que tendré que esperar a ver.
- Está bien como tú mandes. - dije y nos quedamos un buen tiempo así acurrucados quedándonos dormidos nuevamente.

Isla de bali, playa jumbali ese era nuestro destino que supe una vez llegamos al lugar, nuestro viaje en avioneta fue de lo más tranquila una vez aterrizamos las camionetas nos estaban esperando y nos dispusimos a subir en ellas, estaba tan emocionada tenía años de no venir a una playa y menos a una tan hermosa como está, el paisaje era hermoso, las aguas tan cristalinas era toda una maravilla.

- Te gustó la sorpresa? - preguntó Angelo íbamos camino al hotel donde nos hospedariamos.
- Me encantó, todo este lugar es hermoso además que tenía tanto tiempo de no venir a la playa. - dije tomando su brazo para abrazarme a él - Gracias por todo esto.
- No tienes nada que agradecer recuerda que teníamos pendiente nuestro viaje de luna de miel. - dijo dándome un beso en la frente.
- Ah sí, entonces quiere decir que vamos a.... - no terminé de decir nada cuando me interrumpió.
- No, no vayas por ahí sabes que no podemos la doctora te mandó a descansar y eso haremos aquí, además no necesito tener tu cuerpo para poder amarte puedo hacerlo de muchas maneras y el tenerte a mi lado es una de ellas. - me muero no pensé que este hombre pudiera ser tan romántico.
- Está bien, aunque la doctora no dijo que no podíamos tener sexo. - dije mirándolo.
- Lo sé, pero no quiero que por un desenfreno lleguemos a hacerle daño al bebé es mejor esperar a la cita con la doctora y que nos diga como marcha todo lo prefiero así. - y tenía razón en lo que decía debía calmar a mis hormonas.
- Tienes razón, pero me hubieras dicho que veníamos a una playa para buscar que ponerme, no traje nada para bañarme.
- Te dije que compraríamos todo lo que hiciera falta así que no te preocupes iremos a una tienda a comprarte muchos trajes de baño. - negué con la cabeza.
- No voy a usar traje de baño son muy descubiertos y sabes que no usó ropa así. - eso es algo que no pasaría.
- Está vez lo harás porque deseó verte con uno de ellos. - dijo tan tranquilo.
- Sabes que no me gusta andar descubierta, se me van a mirar las marcas en la piel.
- Y eso que importa, ya conozco tu cuerpo a la perfección y me encanta todo de él. - dijo con una mirada coqueta.
- No quiero que otras personas me miren, no me siento atractiva mucho menos cuando estoy expuesta.
- Creés que quiero que uses traje de baño para que otro te admiré, claro que no, solo deseó que lo luzcas para mí. Eres muy atractiva entiéndelo y no debe importarte lo que los demás piensen, eres perfecta para mí.
- Te amó Angelo. - dije acercándome a él para darle un besó en los labios, era algo que me encantaba hacer sus labios son tan adictivo.
- Te tengo otra sorpresa. - lo miré fijamente habíamos llegado a la entrada del hotel - mira por la ventana. - me hizo seña y voltee a ver.
- Oh, por Dios!!! - dije mirando a Isabel esperando en la entrada junto con Alexander.
- Sabía que te encantaría.- dijo y Asentí bajamos del auto, nos dirigimos hasta ellos una vez llegamos la abrace fuertemente, me gustaba que estuviera aquí, luego saludé a Alexander y Angelo hizo lo mismo.
- Porqué no me dijistes nada? - pregunté a Isabel.
- Angelo dijo que era una sorpresa para tí y pues me gustó la idea.
- Sí, Angelo y sus sorpresas, pero me encantaron. - dije y Angelo rodeó mi cintura con su brazo.
- Nos vamos a divertir, Isabel necesito que le ayudes a Amaia a escoger trajes de baños sé que serás de gran ayuda. - dijo e Isabel parecía encantada.
- Claro será un placer además me gusta ir de compras.
- Bueno nosotros podemos ir al bar a charlar mientras nuestras bellas mujeres hacen lo suyo. - dijo Alexander dándole un besó a Isabel, era tan lindo verlos juntos derrochaban amor en el aire.
- Vamos Amaia tenemos mucho que hacer. - dijo Isabel tomándome de la mano, me despedí de Angelo con un beso y me fuí con Isabel este viaje sería grandioso estaba segura de éso....

Estábamos en una tienda enorme buscando trajes de baño, habían muchos de todos los colores y estilos Isabel se acercó y tomó unos cuantos para mostrarme.
- Mira este que te parece? - es de dos piezas de color negro.
- Me encanta el color, Pero el estilo no, no me gusta que la parte de abajo sea tan pequeña me gustan más los talles altos me cubren mejor. - dije todavía no muy convencida de usar traje de baño, lo hago más porque Angelo me lo pidió que porque quiera hacerlo.
- Eso tiene solución, ven por acá. - me tomó de la mano y me llevó más adentro - que te parecen estos? Pienso que se te verá divino cuando lo uses. - eran como me gusta la parte de abajo era de talle alto y la del bra de arriba era fijo del cuello y se abrochaba por la parte de la espalda, me gustaba mucho porque le daría más firmeza a mis pechos. Escogí tres en color negro, verde y uno a ralla en blanco y negro.
- Me los probaré. - dije entrando al vestidor, una vez me acomodé el traje me encantó ver cómo se miraba, era hermosa lo sabía pero las marcas de mi piel me hacían muy insegura.
- Sal, quiero ver cómo te quedan. - dijo Isabel desde fuera. No me sentía segura Pero de igual forma salí.
- Que te parece? - pregunté cohibida.
- Te ves hermosa, vas a volver loco a Angelo con ese conjunto. - dijo sonriente.
- La verdad no me siento muy bien usándolo, no me gusta sentirme tan expuesta. - dije tratando de cubrir las marcas de mis brazos con mi mano.
- No tienes porque, eres una mujer hermosa, no solo por fuera sino por dentro esas marcas en tu cuerpo no deberían definirte, no dejes que las opiniones de los demás te afecten, todos te queremos y es lo que debe importarte. - dijo y me hizo sonreír sus palabras me dieron valor.
- Tienes razón, no debería sentirme mal por algo superficial así que me llevaré los tres, unos shorts y esa camisa playera de encaje que me miramos al entrar.
- Me encantó, creó que compraré una igual. - dijo y reímos, era tan divertido estar con ella.

Cuando terminamos todas nuestras compras, llamamos a nuestros maridos para saber dónde estaban e ir los a buscar, una media hora después nos encontramos en el bar, estaban en la barra tomándose unos tragos cuando llegamos hasta ellos.

- Compraste todo lo que necesitas? - preguntó Angelo una vez me acerque a él.
- Sí, todo listo. - dije enseñándole las bolsas - podríamos ir a descansar, me siento muy cansada. - pedí dándole un beso en la mejilla.
- Está bien, vamos. Entonces nos vemos más noche, Quedamos para cenar? - preguntó mirando a Alexander e Isabel.
- Claro, descansen y luego me llamas. - contestó Alexander terminado su trago - nosotros también iremos a descansar ya que no tenemos mucho de haber llegado.
- Está bien. - terminó de decir y nos despedimos para dirigirnos fuera del hotel.
Subimos al coche que nos llevó a la parte de atrás donde habían muchas cabañas a lo largo de la playa, nos dejaron en la entrada de una de ellas, bajamos y nos dirigimos al interior en cuanto entre quedé maravillada, era tan hermoso, tenía unos grandes ventanales que daban una hermosa vista a la playa con grandes cortinas que estaban recogidas, había un pequeño bar, cocina, sala, me dirigí a la recámara una cama hermosa con una buena vista igual que en la sala, el baño muy limpio y ordenado, todo era una maravilla, pero lo que mas me atrajo fue la cama con este cansancio lo único que deseaba era dormir así que sin perder tiempo me acosté en ella y fue lo mas delicioso, un rato después llegó a mi lado Angelo se recostó a mi lado abrazándome por detrás, me dió un beso en el hombro tomé sus manos entre las mías, y nos dispusimos a descansar fue un día muy movido y era lo único que mi cuerpo pedía...

Mascara Rota (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora