CAPÍTULO 36

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Les tomó 20 minutos para que uno a uno fueran apareciendo por la puerta de la habitación del hospital queriendo ver a Angelo, estaban tan felices pues la emoción era notoria.

- Hijo, no vuelvas a hacer que tu padre pasé por algo así de nuevo. - pidió el señor Máximo con una sonrisa en su rostro.
- No te preocupes padre, créeme que no está en mis planes. - respondió Angelo con una mueca divertida en el rostro.
- Idiota, cómo pudistes bajar la guardia frente a ese imbécil? Pensé que eras más inteligente, veo que me equivoqué. - Alexander habló en tono serío, pero sé que lo hacía para molestar a Angelo.
- Lo acepto, me descuidé. En mi defensa fue porqué encontró mi talón de Aquiles - dijo clavando su mirada en mí, sabía de que hablaba, todos lo sabían pues Saenz nos había contado lo ocurrido - Lo bueno que Saenz estaba a mi lado, no fuistes muy duro con él, verdad?. - giró su mirada a Alexander que estaba situado frente a él.
- No le hice nada; aunque deseaba hacerlo, no me dejaron. - note como Angelo frunció el ceño. - Tú mujer es una fiera, se atrevió a medir poder conmigo por eso tomé la decisión de dejarlo así. - terminó diciendo, Angelo estaba serio y solo Asintió en respuesta entonces supe que tenía problemas.
- Pero bueno ya no hablemos más de eso, lo importante ahora es que mi adorado sobrino despertó, no creen? - Juliette decidió romper cualquier tensión y el tema cambió radicalmente enfocándonos solo en Angelo y en su recuperación, que según el doctor podría dilatar unas cuantas semanas a lo que Angelo había protestado, pero era algo que estaba fuera de su control dejándolo sin más opción que aceptarlo.

Luego de un tiempo todos se retiraron para que Angelo pudiera descansar prometiendo volver a visitarlo como todos los días desde que está en el hospital.

- Que fue lo que pasó con Alexander? - preguntó Angelo una vez estuvimos solos, sabía que no se iba a quedar con eso y que me reclamaría. Me senté en la cama para mirarlo de frente.
- Alexander quería castigar a Saenz por lo que te ocurrió y me opuse. - hablé sin titubear aunque por dentro sentía nervios.
- Te atrevistes a desautorizar a Alexander frente a nuestra gente y familia? - aunque su tono de voz salió suave y tranquila sabía que por dentro estaba molesto.
- Sí, primero empezó con Tyler al cual le llamó la atención y le dió una orden que no supe que era para compensar lo que había sucedido, pero cuando siguió con Saenz ya estaba pensando en la forma de castigarlo, era una locura porque Saenz no tenía la culpa de nada así que, intervine y le dije que no iba a permitir que le hiciera nada a Saenz, sé que cuando están molestós pueden ser muy crueles, y sí, lo enfrenté y le dije que yo era tu esposa y que también manejaba el negocio por eso también tenía autoridad. - solté cada palabra en una ráfaga sin omitir absolutamente nada.
- Porque eres mi esposa es que estás aquí tan tranquila sin ningúna consecuencia por tu osadía, voy a hablar claro contigo y escucha muy bien lo que voy a decirte porque no quiero volver a repetirlo - la mirada que me dió era como daga que se clavó en la mía - Alexander y yo somos los jefes cada uno manejando lo suyo, pero eso no quiere decir que no estemos pendiente el uno del otro, yo se manejar el negocio de Alexander y él el mío. Por eso cuando estuve postrado en esta cama Alexander tomó el mando, te habrás dado cuenta como todos mis hombres lo obedician a él, no es así? - preguntó a lo que yo asentí, sabía lo que estaba tratando de decirme, pero aún así no dije nada y dejé que continuará - Creés que me dijo lo que hicistes de forma casual? No, fue para hacerme saber que debo controlarte y es lo que voy a hacer. No quiero que vuelvas a interferir en asuntos que no te competen, cuando no esté yo; Alexander es el único que puede tomar decisiones referente a los negocios y viceversa. Crees que Isabel sabe algo de mis negocios o de los negocios que hace Alexander? No, no sabe y tampoco sé inmisculle, tú serás igual puedes hablar conmigo o sugerirme cosas, pero no puedes tomar decisiones por cuenta propia ya te lo había dicho cuando hicistes esa conferencia de prensa, recuerdas? Quedó claro lo que dije? - preguntó y aúnque estaba molesta por sus palabras no me quedó más que asentir como respuesta - No quiero que me hagas señas, respóndeme.
- Sí, quedó muy claro. - no quería evidenciarme, pero mi tono salió duró.
- No quiero que estés molesta conmigo, solo quiero que sepas cómo funciona todo. Te amó Amaia, eres mi esposa y la madre de mi hijo, pero hay cosas que no debes hacer, yo puedo dejarte pasar muchas cosas hasta hacerme el loco con lo que haces, no habría problema alguno porque jamás te haría daño y no estoy diciendo que Alexander podría hacerlo, solo que es riesgoso que quieras medir tu poder y más frente a otros, en este mundo las discusiones y diferencias de pensamiento en la familia pueden ser usada en nuestras contra, haz escuchado la frase divide y vencerás. - entonces entendí perfectamente lo que trataba de decirme realmente, haciendo que mi molestia se esfumará.
- Entiendo, hice mal en desautorizar a Alexander delante de los demás, lo hice ver débil y mandé un mensaje equivocado de que sí no estabas tú, no era Alexander el jefe directo sino que podría ser yo al ser tu esposa y eso generaría confusión en nuestra gente lo que llevaría a que el rumor se esparciera y otras organizaciones aprovecharían eso para dividir a la familia lo que nos llevaría a tener problemas en los negocios. - hablé dándome cuenta en lo catastrófico que sería eso.
- Eres tan inteligente, por eso cuando Alexander y yo tenemos diferencias las discutimos en privado; solo nosotros dos, uno no puede confiar en todas las personas que no rodean debes entender éso. Tyler, Saenz y Victor son de mi entera confianza, los únicos a decir verdad, los demás son solo empleados y no debemos demostrar nuestra debilidad frente a ellos.
- Andrew es de confianza para mí, me lo ha demostrado en varias ocasiones e incluso arriesgo su vida para proteger la mía. - dije segura de mi total confianza hacía él.
- Sí, y debo compensarlo por eso. Uno de seguridad fue el que introdujo la bomba hasta dentro del club, de eso es que se andaba encargando Tyler; por eso te digo que no podemos confíar en todos, el dinero puede comprar a las personas. - tenía razón debía de ser prudente y dejar de actuar tan impulsiva.
- Debo disculparme con Alexander. - dije segura de mis palabras.
- No es necesario, de todos modos ya pasó. - Angelo me hizo una seña para que me recostara junto a él.
- Sí, es necesario. Tú dijistes que todos deben tener claro quien es el que manda así que, debemos dejarlo claro. - sonrió.
- Ven aquí - me acerqué hasta él acostándome a su lado puse mi mano en su pecho y el puso la suya en mi vientre - Los extrañe mucho, por un momento pensé que no volvería a verlos. - dijo dándome un beso en mi frente.
- Yo también extrañe mucho escuchar tu voz, mirar tus hermosos ojos, sentir tu calor ,tu piel... - no terminé de hablar porque me interrumpió.
- Si no me doliera tanto el cuerpo, ya te hubiera hecho mía hasta dejarte exhausta. - reí.
- Pervertido. - lanzó una carcajada.
- Pero bien que te gusta esté pervertido. - dijo en tono coqueto.
- No, no me gusta. Amó a este pervertido. - dije mirándole fijamente acercando mi rostro al suyo para darle un besó dulce y suave, un besó que había estado ahnelando por días y que al fin podía obtener...

Y aunque había dicho que no era necesario lo hice, aprovechando que Angelo ya se encontraba bien y despierto, salí un rato del hospital, no sin antes llamar a Alexander para pedirle una reunión junto al personal debía hacer las cosas bien. Llegué junto a Andrew a una de las bodegas donde estaban trasladando un cargamento, baje e ingresé al interior encontrándome con Alexánder, Tyler, Saenz, Victor y otros hombres más.

- Bienvenida Amaia, que te trae por aquí? - saludó Alexander siendo directo en su pregunta.
- Agradezco la bienvenida, el motivo de mi presencia aquí es para pedirte una disculpa delante de nuestra gente por mi comportamiento en el hospital, podrán entender que no fue intencional, estaba nerviosa y no pensé las cosas, pero reconozco tu puesto como jefe y lider de la organización y quería dejarlo claro delante de todos, no volveré a pasar por encima de tí y ninguna de tus órdenes, de ser así asumiré las consecuencias de mis actos. - dije cada palabra segura porque quería que todos entendieran mi punto.
- No tenías porque hacer ésto, sé muy bien por lo que estabas pasando, lo entiendo. - y sabía que era así.
- Lo sé Alexander, pero de igual manera lo creí necesario.
- Ven, sientate a mi lado. - Alexander movió la silla para que me sentará junto a él - Los demás pueden retirarse, todos. - ordenó y todos obedecieron dejándonos solos. - Como sigue Angelo? - preguntó una vez estuve junto a él.
- Está bien, lo deje haciendo los ejercicios con la enfermera.
- Me alegra oírlo, Angelo habló contigo? - preguntó a lo que asentí - Sabe que estás aquí?
- No, fue algo que decidí por cuenta propia.
- No quiero que pienses que no puedes confiar en mí para decirme tus opiniones o preocupaciones, pero tenías que saber que hay maneras de hacerlo. - dijo mirándome fijamente.
- No te preocupes, Angelo habló conmigo y lo entendí perfectamente. Por éso decidí pedirte disculpas para que a todos les quede claro tu lugar y el mío, además quería agradecerte tambien por el apoyó que me has brindado.
- Eres mi familia, mi cuñada y siempre estaré para tí cuando lo necesites, me agradas mucho e Isabel te adora así qué, no tienes nada que agradecer. - habló seguro brindándome una sonrisa.
- Yo también te apreció mucho y a Isabel ni se diga. - dije devolviéndole la sonrisa, Alexander era un hombre frío y recto en los negocios, pero con la familia era muy distinto, Angelo y él se parecían mucho algo que me encantaba porque sabía que podía confíar plenamente en él, me quedé un rato más para ayudarle en lo que hacía falta para luego salir de ahí en dirección al hospital, extrañaba a Angelo y me moría por verlo lo antes posible, no quería desperdiciar mi tiempo con él, cuando uno pasá por la angustia e incertidumbre de que puedes perder a la persona que amas, empiezas a apreciar cada segundo, minutos, horas, días que puedan tener juntos, y éso precisamente era lo que pasaba conmigo en estos momentos....

Mascara Rota (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora