CAPITULO 26

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- Amor no estés así, él es solo un viejo amigo nada más. - dije una vez subí al auto tratando de apaciguar las cosas.
- No me importa si es tu amigo o no, no me gustó ver cómo te tocaba, no me gusta que nadie toque lo que es mío, entiendes eso. - dijo en tono molestó aún.
- Es cierto fue mi error, no debí dejar que eso pasará, no volverá a ocurrir lo prometo. - dije pero no recibí respuesta - ahora entiendes lo que sentí cuando estabas junto a Aranxa. - soltó una risa irónica.
- No se compara porque ni siquiera te dí motivos, te dí tu lugar jamás he permitido que otra mujer me toqué y sí pasará la apartaría  y la pondría en su lugar sabes porque, porque te respetó y sé que es algo que no te gustaría. - me desarmó completamente no sabía que decir y tiene razón porque seguramente sí yo viera algo así estuviera igual de molesta.

Todo el camino que faltó la pasamos callados, no hablamos para nada bajamos del coche y nos dirigimos hasta el yate, Angelo seguía distante, sé que algo más debe de estar pasando pero le daría un poco de tiempo. Subimos y se puso en marcha, nos sentamos en la mesa para poder desayunar, Isabel era tan comunicativa que era agradable estar con ella, hizo del ambiente menso tenso.

Después de un tiempo nos fuimos las dos juntas a tomar el sol un poco a la parte delantera del yate dejando a nuestros hombres solos.

- Crees que a Angelo se le pasé el enojo? - preguntó Isabel mirándome.
- Sí, pero va a tardar Angelo es difícil algunas veces. La última vez que se molestó conmigo paso dos semanas sin verme, se mantuvo alejado.
- Entiendo, los Ivanov son muy celosos y posesivos; a mí me pasó lo mismo con Alexánder, pero nuestra ventaja es el amor que nos tienen y tarde o temprano terminan cediendo, Aunque a veces los problemas no faltan en los negocios y para Angelo debe ser más difícil.
- Bueno en eso tienes razón, sabes algo de lo que no me he enterado?. - pregunté tanteando ver si me decía algo.
- No, solo decía tú mejor que nadie debe de saber que a veces las cosas pueden salir mal. - dijo pero la sentí un poco nerviosa, solo asentí y entonces entendí lo que debía hacer...

Luego de un tiempo volvimos con ellos, pero al llegar solo estaba Alexander; Isabel se sentó junto a él y él la abrazó con su brazo.

- Y Angelo? - pregunté a Alexander.
- Entró dijo que necesitaba recostarse un rato, anda que no lo calienta ni el sol. - solté un suspiro cansada se suponía que estás vacaciones serían maravillosas - déjalo, porque no vamos a bucear unas horas. - dijo Alexander a lo que Isabel asíntio.
- Sí, me encantaría antes no pude porque no podía nadar pero ahora que ya sé quiero ir. - dijo emocionada.
- Yo me quedó quiero aclarar las cosas con Angelo, sé que es terco pero Amó a ese terco y no quiero que siga enojado. - dije decidida.
- Está bien, entonces nosotros iremos y volveremos en unas dos horas máximo. - terminó de decir se levantaron para dirigirse a la parte trasera del yate donde estaba la moto acuática mientras yo me dirigí en busca del celoso de mi esposo.

Baje al interior del yate, busque en las primeras dos habitaciones sin tener éxito hasta que entre en la tercera ahí estaba acostado en la cama con un brazo sobre sus ojos cubriéndolos, le pasaba algo lo sabía y no tenía nada que ver con lo que pasó temprano, me acerque hasta la cama para subirme a ahorcadas sobre él acercando mi rostro al suyo para darle un cortó besó en los labios, me retire un poco y comencé a acariciar su pecho con mis manos, pero ni se inmutó.

- Vas a seguir molestó conmigo? Sé que te pasa algo más, puedes hablar conmigo si quieres desahogarte. - quería hacer que se abriera conmigo que sintiera que podía tener la confianza suficiente para decirme las cosas.
- En esté momento quiero estar solo así que retiraré, por favor. - habló sin siquiera mirarme pero no me rendiría tan fácil.
- Amor, mírame - pedí pero hizo caso omiso - acáso piensas ignorarme todo el viaje? - pregunté y nada - Entonces creó que iré a buscar con quién divertirme ya que mi esposo no quiere. - provoqué, intente quitarme de encima de él, pero agarró mis muñecas con sus manos.
- No me provoques Amaia; ya estoy muy molestó como para que lo hagas o acáso se te ha olvidado de lo que soy capaz, deseás que termine matando a ese mocoso que llamas amigo, dime es lo que quieres? Porque ganas no me faltan y más en estos momentos. - dijo mirándome fijamente, con el ceño fruncido su rostro detonaba furia.
- No, solo quiero que arreglemos las cosas, no quiero que sigas molestó sabes que te amó, que eres el único hombre para mí; no tienes porque sentir celos. - dije tratando de calmarlo.
- No me gusta que otro hombre te toqué, solo yo puedo hacerlo, eres mía y debes saber que soy posesivo con lo que me pertenece. Si no hubiera sido por Alexander tu amigo estaría acabado, sí al idiota que te tocó en el club le quebré la mano, a este imbécil que se atrevió hacerlo en mi presencia lo hubiera matado, créeme. - solo escucharlo me causó escalofríos sus palabras me hicieron recordar la vez que lo miré matar a aquel hombre.
- Angelo, por favor no hables así.
- Porqué no? Me conoces, sabes lo que soy y de lo que soy capaz así que no deberías sorprenderte.
- Lo sé, te prometo que no volverá a pasar algo así de nuevo, te conozco y sé que lo que pasó en el hotel te molestó, pero sé que hay algo más que te tiene inquietó dime qué es? - pregunté con la esperanza de que me contará lo que lo tenía así, su mirada se suavizo un poco.
- No es nada, son ideas tuyas. - cerré los ojos me molestaba saber que no me tenía confianza, lo miré molesta.
- Crees que soy estúpida? - solté la pregunta con un tono molestó, intente soltarme de su agarré pero fue imposible - Te reunistes temprano en la mañana con Alexander aunque ya habíamos quedado en reunirnos para venir a pasear en barco, lo hiciste porque no querias que Isabel y yo supiéramos de lo que hablarían eso me hace pensar que es algo grave, algo que tiene que ver con el negocio y no habló del legal - me quedó viendo fijamente sé que dudaba en si decirme o no - Es porque no confías en mí; por eso no quieres decirme, verdad? - pregunté un poco dolida, me dolía saber que no tenía confianza en mí.
- No es éso, es solo que.... - cerró sus ojos un momento y soltó un suspiro cansado.
- Es éso, Isabel sabe lo que está pasando estuve hablando con ella y aunque no me dijo que es lo que pasá pude darme cuenta que ella estaba al tanto de todo, Alexander confía tanto en ella que le contó y tú no confías en mí, yo soy tu esposa, soy la persona a la que deberías acudir cuando algo te moleste o te inquiete, y quizás encontraríamos una solución juntos, pero no lo haces y aquí estoy como estúpida rogando para que hables conmigo. - solté cada palabra un poco alterada que me hizo soltar las lágrimas que tenía retenidas, me sentía tan sensible.
- No cariño, cálmate sabes que esto te hace daño - dijo levantando su torso de la cama para que ambos quedaramos sentados, tomó mi rostro entre sus manos limpiando mis lágrimas con sus dedos y me dió un pequeño besó en los labios haciendo que me calmará un poco - no es que no confíe en tí, es solo que no quería que pasará esto, que te alteraras la doctora te mandó a evitar el estrés, pero al parecer no puedo ocultar nada de tí, mi mujer es inteligente ademas de hermosa. - dijo sonriendo y eso hizo que yo también sonriera - es cierto lo que dices estaba molestó, mejor dicho furioso y lo que pasó en el hotel solo empeoró mi humor.
- No soy tan débil como para que quieras esconderme las cosas, puedes compartir la carga conmigo, quiero ser tu apoyo. - dije para abrazarlo fuerte a lo que él correspondió, se separó de mí para mírame.
- Bruno me llamó está mañana para decirme que Maldonado se separó de los Mendoza ahora está por su cuenta, llegó a la ciudad a una de nuestras bodegas a la número 3, mató a dos hombres y le prendió fuego, ahora la policía está investigando. - estaba tratando de asimilar la información.
- Encontraron algo que pueda comprometerte? Teníamos la carga almacenada en esa bodega lista para transportarla.
- No, por suerte la movimos unos días antes sino la hubiéramos perdido y estuviera en graves problemas con la policía, pero aunque no encontraron nada están los dos hombres muertos, la propiedad esta a mi nombre y todavia hay que resolver eso, Alexander ya puso a un abogado a trabajar en el caso, pero respectivamente nos van a citar así que debemos estar preparados, la familia ya está al tanto, aunque lo que mas me preocupa es que ese puto loco ande suelto así que, pondré mas protección para tí estoy seguro que quiere desquitarse por lo que le hicimos.
- Y va a buscarme a mí también porque les ayudé para que lo atraparán. - aseguré sintiendo un poco de miedo.
- Sí, pero no dejaré que se acerqué a tí ya estamos buscándolo y cuando lo atrapé voy a matarlo, debí haberlo hecho desde antes, no debí dejar ese cabo suelto quería evitar una guerra pero ahora debo poner todo bajo control, necesitó pensar. - terminó de decir y me dió un cortó besó en los labios.
- No te preocupes yo estaré a tu lado siempre, te ayudaré en todo lo que pueda de eso no tengas dudas, saldremos de está ya verás. - dije sonriendo, volvió a acostarse en la cama y yo me acosté a su lado acomodó su cabeza en mi pecho, lo abracé con mis brazos y luego comencé a acariciar su cabello con mi mano suavemente quería transmitirle un poco de paz antes de que nos enfrentemos a la tormenta que se avecinaba...

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Un capítulo más que espero les guste, recuerden votar y comentar, gracias a todos los que leen mi historia....

Saludos y abrazos por mil 🤗🤗🤗

Mascara Rota (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora