Estaba tan nerviosa que me sudaban las manos, incluso estando a 15 grados.
Me encontraba en el campo de Quidditch, junto con varios slytherins más, mirando impacientemente lo que me rodeaba, pero sin demostrar esas emociones a nadie. Por suerte, tenía a Matheo a mi derecha. Estaba serio, observando fijamente el comportamiento de algunos alumnos y dedicándoles miradas que parecían decir: "Ojalá os caigáis de la escoba, pero no os preocupéis, que si no os caéis solos, yo os empujo".
Era muy simpático (nótese el sarcasmo).
Iba vestida con ropa de deporte. Marcus Flint nos había repartido parte de la equipación para poder jugar a Quidditch sin hacernos daño los unos a los otros, pero la ropa de debajo de las protecciones era propia de cada uno. Yo ya llevaba puestas todas las protecciones, al igual que Matheo, y pasé a mirar a la gente que se encontraba presente cuando Flint apareció otra vez con Draco, Theodore y Blaise.
- Es hora de empezar. - Dijo Marcus Flint, el capitán del equipo de Quidditch. - Preparaos. Ya.
Decidimos hacerle caso. Matheo y yo agarramos las escobas y nos metimos hacia el interior del campo, seguidos por el resto de slytherins. Íbamos caminando con seguridad y, con cada paso que daba, me sentía más y más tranquila. "Es Quidditch. Es algo que me encanta."
Las pruebas fueron mucho más largas de lo que yo me había imaginado y agradecí profundamente haber desayunado bien y haber tomado muchos carbohidratos esa mañana. Me hizo mucha falta.
Al principio hicieron pruebas de velocidad con la escoba, agilidad y equilibrio (como también hacían en Beauxbatons), para ver quienes tenían el mejor control con su escoba. No me pareció difícil, ya que volar se me daba bien. Lo que me costó algo más fueron las pruebas específicas para hacer de guardián, ya que decidieron que todo el mundo tuviera que jugar en todos los puestos posibles. Fue una decisión que me pareció razonable, pero odiaba hacer de guardiana. Era una especie de "portero" en el deporte muggle llamado fútbol y no era mi fuerte en absoluto. Parar las Quaffles no se me daba bien. A mí me gustaba lanzarlas, no interceptarlas.
De todas formas, me fue muy bien en las pruebas que hicieron para ser cazadora y también en las de golpeadora. Fui mirando de vez en cuando como le iba a Matheo. Solo había una palabra para describirlo jugando a Quidditch: genio. Era increíble lo bien que lo hizo todo.
La última prueba fue un partido que jugaron tanto los aspirantes a miembros del equipo como gente que ya estaba dentro (como Theodore, Blaise y Draco). Fue muy interesante ver lo distinto que jugaba cada persona y lo bien que se defendían mis amigos en el campo (incluyendo a Matheo). Yo, por mi parte, creí que lo había hecho bien.
- ¡Callaos! - Nos pidió (bueno, más o menos, ya que sonaba también a una queja) Marcus Flint al terminar el partido y al colocarnos en el campo, poniéndose muy serio. Yo también estaba algo seria, pero era debido a la concentración y al esfuerzo que estaba haciendo para escucharlo correctamente. - Mañana por la tarde, sobre las cinco, un par de miembros del equipo irán a buscar a los que han sido seleccionados para entrar. Ahora devolvedme las protecciones y marchaos.
- Si que tiene genio, ¿eh? - Me comentó Matheo, acercando su oído a mi oreja y haciéndome sonreír.
- ¿Él? ¡Qué vaaa! - Le respondí, con ironía. Conseguí hacer que su sonrisa se curvase hacia arriba. - Lo has hecho genial, que lo sepas, Matt.
- Te lo dije. - Me contestó, provocando que me riera con ganas. Por suerte, estábamos los últimos en la fila para darle el material al capitán de Slytherin. - Tú tampoco lo has hecho nada mal, Isa. Eres rapidísima con la escoba. Y vaya golpes le metes a la pobre Quaffle.
Le sonreí y cuando hubimos entregado el material, aparecieron nuestros amigos para hablar con nosotros.
- ¡Ey! - Nos llamó Blaise, acercándose a Matheo y a mí, seguido por mi italiano favorito y el menor de los Malfoy. - Tenéis que estar orgullosos. Habéis hecho un partidazo.
- Gracias, Blaise. - Le dije, con una gran sonrisa. Estaba muy contenta.
- Blaise tiene razón. - Añadió Draco, le sonreí y le dije que era un buscador muy bueno, mientras notaba que Theodore la daba la enhorabuena a Matheo y que se acercaba a mí.
- Ciao, bella. Sei stato bravissima. * - Me felicitó el de ojos entre el verde y el gris, con su mano derecha en mi cintura y la izquierda apartándome un mechón de pelo de la cara. No lo dejé decir nada más, ya que junté nuestros labios y lo besé con ganas. Noté como sonrió durante el beso y como me contagió la sonrisa.
- Sei molto gentile, bello. * - Le respondí. - ¿Vamos a celebrarlo?
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"Rosier" - Theodore Nott
Fiksi PenggemarEn el expreso de Hogwarts, a Isabella la corroían los nervios. Llegar nueva de Beauxbatons para empezar su tercer curso iba a llamar la atención, pero era una chica lista y tendría a su hermana con ella, además de a cierto italiano. Espero que disf...