•Capítulo 17•

132 4 1
                                    

Aquello dolió, vaya que si dolió, más sabiendo que Brandon era más que mi hermano, era mi mejor amigo.

-todo esto por lo de la noticia? Ni siquiera fuí yo quién lo publicó, yo jamás lo hubiera hecho y lo sabes- le dije antes de volver a entrar dentro de casa.
Volví a mi antigua cama donde estaba Benjamin.

-¿que tal?- preguntó fijando su mirada en la mía

-fatal, esto solo ha empeorado más las cosas- le respondí, me tumbé sobre Benjamin mientras él me acariciaba el pelo.

-no te preocupes se le pasará- me susurró al oído.

-es como si se dejase influir por alguien, me ha acusado de publicar la noticia de la pelea, y se que él jamás sospecharía de mí en algo así- le dije a Benjamin.

-tal vez se esté dejando influir por Emily..- dijo Benjamin.
No se porque me acordé de que me sonaba el apellido Davis.
Joder es que las cosas no podían ir a peor.
Karen Davis.
Emily y Karen eran hermanas, de eso me sonaba el apellido, y de alli venía todo lo que sabía Karen de mi vida, y la sospecha de Brandon sobre la noticia.

-Emily y Karen son hermanas- musité

-joder, todo tiene sentido, por eso Karen sabia la historia de la pelea- dijo Benjamin

-exactamente- respondí yo

-no te preocupes, la he despedido, y no creo que encuentre trabajo en todo Miami, la han vetado de muchas empresas- explicó Benjamin, genial así ya no podría hacer nada malo...¿pero como iba a recuperar la relación con mi hermano?

-espero que las cosas vayan a mejor- dije, Benjamin me besó haciendo que me relajara.

-no te preocupes, te haré la persona más feliz de este planeta, cueste lo que cueste- dijo Benjamin.
Cogí su nuca y está vez tome yo la iniciativa, le besé profundamente.

Al día siguiente agradecí que al levantarme no estuvieran ni Brandon ni Emily, no tenía ganas de hablar con ellos.
Por lo que estuvimos desayunando mi madre, mi padre, Benjamin y yo.

-entonces vas a llevar a Benjamin al acuario?- preguntó mi madre cuando le contamos lo que íbamos a hacer.

-si, no es un mal plan, y es uno de mis sitios favoritos en Chicago- dije yo

-bueno pues pasadlo bien, vuestro vuelo cuando sale?- preguntó mi madre de nuevo

-sale a las 9 de la noche- dijo Benjamin.

-id con cuidado- dijo mi madre

-Brenda déjales ya son mayorcitos- dijo mi padre

-vale está bien, nos veremos para la boda de Brandon verdad?- preguntó mi madre, después de lo de anoche si que no íbamos a ir, Brandon me había vetado la entrada, de eso estaba segura.

-no creo que podamos tendremos mucho trabajo- dije rápidamente

-vendremos a visitarles este verano, o pueden venir a Miami- dijo Benjamin, me llamaba la atención que tratase de usted a mis padres.

-no es mala idea, ¿que dices Brenda?- dijo mi padre

-si, a ver si también os casais- dijo mi madre.
Llevábamos ahí casi 2 días y ya había tardado en decirlo, era muy pronto para una boda, Benjamin reaccionó igual que yo, casi se atraganta con el café.

-no se mamá, es un poco pronto para casarnos- dije yo

Después de despedirnos fuimos a alquilar un coche, era más fácil manejarse con un coche alquilado que en taxi, y así tendríamos donde dejar las maletas.
Alquilamos un coche negro bastante normalito, total para unas horas nos sobraba.
Aparcamos en el parking del acuario y entramos, íbamos a comer allí y a pasar la tarde y después volveríamos a Miami.

-no puedo creer que me hayas traído aqui- dijo Benjamin

-tu me llevaste a Disney y yo te llevo al acuario de mi infancia- le respondí

-mira- dije señalando un tiburón enorme

-pareces una niña pequeña- dijo Benjamin entre risas

-callate y mira al tiburón- le dije, Benjamin riéndose me obedeció.

Pasamos por una zona en la que había un acuario lleno de medusas.
Cuando tenía como 9 años me quedaba mirándolas me encantaban las medusas.

-medusas eh- dijo Benjamin

-son bien bonitas no se que ves de malo- dije

-no he dicho nada, de hecho a mí también me gustan, la medusa de huevo frito es mi favorita- dijo Benjamin.
No es que yo fuese una experta en medusas, pero sabía cuál era esa, era una especie bastante conocida.

-estas hecho todo un experto en medusas- le dije entre risas.
Se acercó y metió su lengua en mi boca, yo cogí su nuca como siempre hacía cuando me besaba, y el posaba las manos en mi cintura.

-deberiamos parar las medusas se van a poner celosas- dijo Benjamin
Me eché a reir ante eso.
Pasamos a la siguiente sala donde habían pingüinos, de pequeña pensaba que eran falsos, pero eran completamente reales, no había nadie en la sala, solo nosotros.

-sabias que los pingüinos cuando encuentran pareja permanecen juntos toda la vida- dijo Benjamin, nunca había oído eso.

-veo que también sabes de pingüinos- respondí.

-Madison te amo, eres eso que no quiero perder nunca,he estado pensando en lo que ha dicho tu madre, se que es muy precipitado pero quiero que sepas que te quiero y que no puedo vivir sin ti- dijo Benjamin, joder se me erizó toda la piel al oír eso.
Colocó mi mano en su corazón y pude sentir sus latidos.

-solo late por ti, y lo que se ahora mismo es que me casaría contigo porque se que sería la mejor decisión de mi vida- dijo Benjamin, me estaba pidiendo matrimonio
¿Cómo le iba a rechazar?

-¿me estás pidiendo matrimonio?- pregunté para salirme de dudas

-bueno, no como tal, no te estoy ofreciendo un anillo ni me he arrodillado, es simplemente que pienses en cómo sería nuestra boda, y si te gusta la idea nos casamos.

-básicamente que me lo piense.

-exactamente.

-yo me quiero casar contigo, pero no quiero precipitarme- le dije, eso era así, yo quería casarme con él pero, era un poco precipitado.

-podemos casarnos después del verano, o incluso el año que viene- dijo Benjamin, bueno eso no estaba mal, estábamos a finales de mayo, el verano estaba a la vuelta de la esquina y tendríamos tiempo para organizarlo.

-no se, debemos pensarlo bien- contesté

-tienes razón- musitó Benjamin volviéndome a besar.

Joder yo quería casarme con él, pero era un poco precipitado y teníamos cosas en nuestras vidas que organizar, mi hermano ya ni me iba a volver a hablar y eso de no hablar de que Karen igual volvía a hacer alguna de sus maldades.
Cuando se hicieron las 9 de la noche nuestro avión a Miami despegó, me dormí en el pecho de Benjamin tratando de olvidar todo lo que había pasado en dos días.

𝐒𝐨𝐮𝐭𝐡 𝐁𝐞𝐚𝐜𝐡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora