Seis

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-¿Estás bien? -le pregunté a aquella niña que se encontraba en un rincón de un callejón frío y oscuro.

-Shhht, mami está durmiendo.

-¿Mami? ¿Dónde está tu mami?

-Durmiendo en casa-susurraba.

-¿Estás sola? -pregunté preocupado mientras me hincaba para quedar a su altura.

-N-No lo sé -su voz se volvía un hilo.

-¿Qué haces aquí? Está lloviendo y estoy seguro de que tu mami debe estar preocupada.

-No, no, ella duerme, unos hombres vinieron a casa y yo escapé.

-¿escapaste de casa? ¿Por qué?

-M-Me estaban tocando, no me gusta que me toquen, ¡n-no lo tolero! -comenzó a llorar mientras su respiración se volvía errática.

-¿T-Tocar? ¿Qué te hicieron?

-Me agarraron del brazo.

Oh, ese tipo de toque.

-¿Quieres venir conmigo? Hace frío.

-N-No, mami tiene frío también.

-¿Tiene frío?

-Sí, estaba muy fría cuando le toqué la mano, la tapé con mi mantita-murmuraba con su voz temblorosa.

Sentí un estremecimiento al escucharla, se veía tan... Vulnerable.

-¿H-Hace cuánto duerme tu mami?

-Dos días, estaba muy cansada cuando llegó a casa.

Un nudo se formó en mi garganta.

-¿Quieres venir a mi casa? Hay chocolate caliente -le sonreí tratando de ocultar el dolor que sentía por ella.

-N-No me hagas daño.

-No lo haré -murmuré- Ven, conmigo.

-No.

-Vamos, pequeña, te vas a congelar -insistí un poco, agarrando su mano suavemente, pero ella en un brusco movimiento se apartó.

-¡No me toques! ¡Déjame!

-Cielo, calma, respira.

-¡NO! ¡DÉJAME EN PAZ! ¡NO VUELVAS A TOCARME!

-¡Tranquila! N-No grites, todo está bien.

-¡Yang!

¿Qué? ¿Cómo supo...

-¡DOCTOR YANG!

-¿E-Eh? -parpadeo perplejo, me encuentro en el ascensor del trabajo junto a un chico, lleva puesto su uniforme de enfermera.

-Doctor Yang, ¿se encuentra bien? -preguntó en un tono preocupado -¿Doctor Han?

-S-Sí, no se preocupe, estoy bien -Sonreí un poco extrañado e incómodo, ¿quién es él y por qué me dice "doctor Yang"?

-Gracias al cielo, pensé que le había dado una especie de estado de shock, por cierto, soy Bambam - me estrechó la mano mientras me sonreía levemente.

-Yang Jungwon -correspondí de igual modo.

Era un chico muy lindo, tenía un semblante serio pero dulce a la vez. Me recuerda un poco a Kari.

Las puertas del ascensor se abrieron en un tintineo, salí de el lentamente mientras me volteaba para volver a mirar a Bambam.

Bonitos labios.

-Suerte, doctor Yang, y bienvenido, cualquier cosa que necesite, sólo pídamelo y vendré en seguida -pronunció mientras me pasaba un mini aparato con un botón rojo.

DisordersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora