Dos

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-¿Doctor K? -pregunté dudosamente, pues si tenía aquel apellido significaba que era un superior, debido a que aquel recinto psiquiátrico llevaba por nombre "K SK".

Se veía bastante joven, me lo imaginaba más como un viejo lesbiano. Ya saben.

-El mismo, tú debes ser el nuevo psicólogo ¿no? ---preguntó mientras ladeaba levemente su cabeza con una sonrisa bastante... atractiva.

-Sí, he querido hablar con usted para presentarme con más formalidad pero, medio llegué, una chica rubia me mandó a atender unos pacientes expliqué tranquilamente, éste frunció el ceño levemente.

-Oh... Sakura. -lo oí decir en un suspiro mientras negaba con la cabeza, pude observar su leve molestia.

Al parecer él también sabe que la chica es un tanto... extraña.

-¿Qué pacientes te dieron para atender? -preguntó luego de dar unos pasos hasta quedar frente a mí, me sentí levemente intimidado por su imponente cercanía.

-Hum... Ahora mismo estaba con Lee Heesung, aunque aquí dice que debo ir a ver al paciente Kim Sunoo y a... Park Sunghoon.

Vi al doctor palidecer por un par de segundos, agrandando sus hermosos orbes claros en forma de platos.

-¿¡Qué?! ¿¡Park Sunghoon?! - habló un tanto alterado mientras veía mi ficha, acercando su rostro de manera peligrosa

-S-Sí.

Lo vi fruncir el ceño, subiendo su mirada hasta mi apacible rostro, suspiró negando con su cabeza. Dios, qué gestos tan atractivos, me sentía embelesado.

-No, es demasiado, eres recién llegado y no permitiré que algo te pase y renuncies por ello -soltó con brusquedad, endureciendo sus perfectas facciones extranjeras.

¿Qué? ¿Tan malo es ese paciente? Acabo de ver a un paranoide que me amenazó con una aguja de aproximadamente trece centímetros y me dice esto.

Yang Jungwon no teme a lo más mínimo.

-P-Pero ella me...

-No importa, Sakura es algo despistada, hablaré con ella, tú sólo ve y esperame abajo, hablaremos más tarde sobre lo que realmente debes hacer. -finalizó con dureza, destellando frialdad con su filosa mirada para luego dar media vuelta y comenzar a caminar, dejando mis quejas atrapadas en la lengua.

¿Qué? ¡No! No dejes que se vaya.

-¡Espere!

El doctor se detuvo sin voltear, esperando vagamente lo que tenía que decir.

-¿Si? -su ronca voz resonó en mis oídos, causándome un leve temblor.

-D-Doctor K, tal vez sea nuevo en esto y lo entiendo, pero quiero ayudar. Pude apreciar como su espalda se tensó, haciendo que su cuerpo se viera más grande.

-Yang...

-Escuche -interrumpí- por favor deme una oportunidad, acabo de atender a un paranoide con síndrome de Pica y salió todo bien, no necesité inyectarle nada, el paciente se comportó apacible.

El doctor K frunció levemente el ceño.

-¿Qué? ¿No le diste el Valium? preguntó volteandose a verme un tanto sorprendido, acercándose lentamente.

-No fue necesario, no trató de lastimarme ni nada por el estilo. El doctor quedó pensativo, relamió sus labios que se encontraban ligeramente secos y suspiró profundo, sintiendo su aliento mentolado en mi rostro.

¡Ah! ¿Por qué a mí? ¡Parezco una colegiala enamorada! Dios mío.

-Bien, te dejaré que atiendas a esos dos pacientes que te quedan, cuando termines nos veremos abajo para hacerte unas preguntas.

DisordersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora