especial: Javier y Sebastián

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Cap LGBT
CAP +18
⚠️Lo leer si no es de tu agrado⚠️


-Cariño, ¿tienes hambre?

📞 Sí.

- ¿Quieres que te pida algo de comer?

📞 No quieres venir?

- Amor, la he pasado afuera mucho tiempo.

📞 Por favor, me siento solo.

- Está bien, ¿tus papás llegan hoy a casa?

📞 No.

- Está bien, Sebas, voy saliendo.

Agarré mis llaves y salí del depa. Andrés estaba estudiando, Julián estaba con Daysi arreglando una discusión, Daniel había salido a ver a su novia y luego irían a una fiesta. No me preocupaba por Vero, ya que estaba con su guardaespaldas.

Había llegado a la casa de mi tesorito. A veces tenía esa sensación de tener una casa, casarme y tener hijos junto a él. Realmente lo quería, sobre todo el tener hijos. En algún punto, al ser el primogénito, tenía que liderar la empresa mayor cuando mi padre muriera. Había varias empresas, pero estas serían divididas entre mis hermanos. En mi caso, yo heredaría la principal.

Bajé del auto y toqué el timbre varias veces hasta que mi pequeño abrió, llorando.

- Cariño, ¿qué pasó?

- Me dijiste Sebas - sorbe su nariz.

- Pero tesoro, es tu nombre- Sebas es muy sensible; desde que nos hicimos novios, no es fan de que lo llame por su nombre.

- Pero me dolió.

- Lo siento, perdóname por ser un tonto - lo abracé.

- Te perdono si duermes aquí.

- No lo sé. No es que no quisiera quedarme; tenía un mal presentimiento desde hace rato. Pero, ¿qué pasaría?

Andrés y Julián sabían cuidarse; por favor, estuvieron en el club y estaban junto a mí en el nivel más alto. Vero estaba junto a su guardaespaldas, además de que es una de las protegidas del club debido a nosotros; tiene triple protección. Daniel sabía pelear y puedo decir que más que nosotros.

A veces recordar la época del club me daba tristeza. Fue una época que no es muy bonita; había sangre en mis manos de tantos golpes. El club no era totalmente malo, pero sé que no era bueno; había cosas ilegales. Yo me salí de ahí por Sebastián. Cuando se enteró, casi terminamos, así que mejor me salí y mis hermanos hicieron lo mismo. Daniel seguía ahí; era su escape de la mierda que le pasaba en ocasiones. A veces los pensamientos te pueden destruir la memoria.

- Por favor.

- Solo quieres que me quede para cocinarte.

- Soy doctor, no chef.

- Lo que eres es un consentido - entré al interior de la casa.

- Sí, un consentido por mi bello y sexy novio.

- Te amo - lo besé.

- Yo más.

- ¿Tienes mucha hambre?

- Un poco, sí. ¿Por qué la pregunta?

- ¿Y si mejor me comes a mí?

- Pero cielo - me dio un golpecito.

- Ándale, tesorito mío - se puso rojo. Sabía que le encantaba que le dijera por ese apodo.

- Está bien - sabía que caería.

!El Sexy Amigo de Mis Hermanos!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora