Se trata de Verónica una adolescente de 18 años, que por desgracia tienes tres hermanos mayores super posesivos, territoriales y celosos que no les temblaría la mano para matar a quien se meta con su princesa...
Daniel es el mejor amigo de estos tr...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Zoe
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Matteo
_________________________________
Hoy era el gran día, hoy me casaba con el hombre que amo. Estos 5 años han sido los mejores de mi vida; tengo dos hijos maravillosos y el mejor prometido y papá de mis hijos. Amaba a mi familia con todo mi ser; eran lo mejor que me había pasado en la vida.
Si le dijera a la Verónica de hace 7 años, no se lo creería; pensaría que todo es un juego. ¿Quién pensaría que todo empezó por una simple follada? Todos mis traumas fueron sanados por estas tres personas.
Yo observada mi reflejo en el espejo. envuelta en el vestido blanco que siempre había soñado, y una sonrisa se dibujaba en su rostro al pensar en todo lo que habían vivido juntos. Aquella historia, que comenzó de una manera inesperada, se había convertido en una vida llena de amor, aprendizajes y sanación. Cada paso de esos cinco años la había guiado hasta este momento, y aunque al inicio todo había sido complicado, Daniel demostró ser más que un amante: fue su refugio, su compañero y el mejor papá para Zoe y Matteo.
Recordaba las noches en vela cuando nació Zoe, esos primeros meses en los que aprendieron juntos a ser padres y cómo Daniel siempre había estado allí, calmando sus miedos y dándole fuerzas. Cómo Zoe y Matteo trajeron la alegría y las travesuras a la casa. Todo era perfecto, todo era mágico.
Unos toques se hicieron presentes en la puerta.
— Adelante —exclamó, dejando pasar a su madre, quien tenía agarrada de su mano a la pequeña Zoe.
— Mami, mami —salió corriendo hasta donde me encontraba.
— Mi princesa, ¿qué sucede? —dijo, viendo el puchero de su bebé.
— Quiero ir con papi, pero mi abu no me deja —dijo la pequeña Zoe acusando a su abuela.
— ¡Oye! Niña traviesa, no me acuses —yo río por la actitud de mi madre y mi Zoe.
