Cuando Charles abrió los ojos sintió como todo el cuerpo le dolía. Se había quedado dormido en la puerta de su habitación pensando en la noche anterior.Se levanta del piso estirándose, sintiendo como cada extremidad de su cuerpo dolía. Dios, quien lo mandaba a sobre pensar. Se dirigió al baño para cepillarse, bañarse, peinarse e intentar buscar una ropa que ponerse para ir al café con Lando.
Media hora después, estaba completamente listo para ir al café. Miró su teléfono con la ubicación que le había mandado el británico, era cerca del muelle de Milán.
Frunció la seño al ver el nombre de la cafetería, un sentimiento de conocerla se le atravesó en la mente, pero no le hizo caso.
Quería llegar cuanto antes al lugar, se moría de hambre. Así que tomó la tarjeta de la habitación, billetera y las cosas necesarias. Esta vez trago un abrigo que lo pudiese abrigar más.
Pero como no lo iba a abrigar si llevaba el abrigo de Carlos. Se quería mentir diciéndose que lo tomó porque fue el primer abrigo que se le atravesó mientras salía, pero mentiría, porque la noche anterior lo había emperchado y guardado en el closet de su habitación.
Bajo por el ascensor encontrándose con personas que le pidieron autógrafos, incluso hubo una chica que se puso a llorar cuando él le dijo que si podía abrazarlo.
¿De verdad causaba ese impacto de hacer llorar a la gente por aceptar un simple abrazo?
Salió del hotel y la ventisca fría lo recibió. Vaya que si hacía frío. Sus mejillas al igual que toda su cara debían estar sonrosadas por el frío, si había pasado segundos afuera, pero él tenía esa facilidad de ponerse rojo en extremo.
El teléfono de Charles sonó anunciando una nueva notificación. Sacó su teléfono del bolsillo trasero y leyó el mensaje.
Número desconocido:
Ahora me debes dos citas...
¿Quién podría ser? ¿Y Quién le escribía a su número? Hizo memoria de a quien pudo darle su número telefónico, pero no pensaba en nadie.
Era muy cuidadoso cuando se trataba de su número. Escribió con los dedos congelándosele:
Charles:
¿Quién eres? Y ¿quién te dio mi número?
Número desconocido:
¿Ahora fingimos demencia, Ángel? Porque soy extremadamente bueno en eso...
Respondiendo a tu pregunta tengo mis contactos para conseguirlo, cuando quieras te los presentó en mi habitación
¡Era Carlos! El alivio lo invadió y pudo ya sentirse tranquilo ante el hecho de que no era un desconocido quien tenía su número.
¿Carlos estaba coqueteándole? Porque esto de adivinar cuando le coqueteaba era sumamente difícil. Además, no era tan estúpido para decirle que si a ir a su habitación.
Charles:
En tus sueños, Sainz
Nunca, lee, nunca iré
A los segundos de el monegasco haber enviado los mensajes, ya estaba obteniendo una respuesta del moreno. No le dio tiempo ni siquiera de agendar su número.
Casi reía ante su respuesta.
Número desconocido:
Ya sucede en mis sueños...
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En esta vida || 𝒞𝒽𝒶𝓇𝓁𝑜𝓈
Fanfiction¿Cres en la teoría de poder encontrarte en otra vida al amor de tu vida? "En esta vida, y millones más."