025.1 Vacaciones de verano + una boda

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Este cap se dividirá en tres partes. Mañana subo la segunda parte.

También las letras cursivas son recuerdos o como en este caso que son un flashback.

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Los meses habían pasado volando desde la primera cita de Charles y Carlos. El rumor de que el tiempo vuela cuando estás con una persona especial parecía ser cierto. Habían pasado de una relación amistosa titubeante a una llena de momentos memorables. Cada cita era mejor que la anterior, como si Carlos se propusiera superar todas las expectativas, siempre atento a los pequeños detalles que hacían sonreír a Charles.

Habían recorrido juntos ciudades y rincones escondidos, y cada salida era una nueva aventura, desde cenas románticas a la luz de las velas hasta escapadas espontáneas a lugares que solo ellos conocían. Carlos tenía el don de hacer que cada una de ellas pareciera única, y aunque Charles aún conservaba algo de su antiguo miedo, con cada cita sentía cómo esas barreras caían un poco más. Cada gesto, cada risa compartida, lo acercaba más a la certeza de que no había nada que temer con Carlos a su lado.

En esos meses, Charles había aprendido a confiar plenamente, a dejarse llevar, y aunque a veces los recuerdos de sus miedos antiguos asomaban en los momentos de silencio, la presencia constante y cariñosa de Carlos lograba disiparlos con una facilidad que solo él parecía tener.

—Eres un tonto —dijo el monegasco cuando estuvieron en la azotea del edificio y observó cómo habían podido entrar por la puerta. Charles golpeaba a Carlos en los hombros, su frustración visible en cada movimiento.

El español se encogió de hombros y sonrió con su típico aire despreocupado.

—No seas aburrido, ángel. Era más divertido entrar por ahí —comentó el español con dificultad, pues el monegasco no dejaba de soltar ligeros golpes en sus hombros, aunque sin demasiada fuerza.

De repente, Carlos dejó de sonreír y con suavidad, pero firmeza, sostuvo las manos del castaño para detener sus pequeños golpes. Charles lo miró sorprendido, sin entender el cambio repentino en la actitud de su amigo.

—¿Qué haces...? —intentó preguntar el monegasco, pero antes de poder terminar la frase, Carlos se inclinó hacia él y le dio un beso rápido en los labios.

El rostro de Charles se quedó congelado por un instante, y cuando finalmente reaccionó, una mezcla de sorpresa y resentimiento se reflejaba en su mirada verde, mientras intentaba procesar lo que acababa de pasar. No estaba seguro de cómo sentirse.

Carlos, observando la reacción de Charles, esbozó una pequeña sonrisa divertida, pero al ver que el monegasco aún no respondía, habló con suavidad.

—Solo quería que me dejarás de golpear —bromeó, aunque su tono era más cariñoso que burlón.

Charles lo miró de reojo, aún sintiendo sus labios temblar tras el beso. Pero en lugar de decir algo, esta vez no pudo evitar soltar una pequeña risa, y finalmente, con una mirada un poco más relajada, sacudió la cabeza.

—Eres imposible, Carlos... —susurró, sin atreverse a mirarlo directamente, mientras el español soltaba sus manos lentamente, dejando un espacio de silencio entre ambos, como si las palabras fueran innecesarias.

El aire de la azotea estaba cargado de algo que ninguno de los dos quería nombrar, pero que ambos podían sentir.

Carlos dio un paso hacia atrás, cruzando los brazos mientras observaba a Charles, quien seguía en su lugar, mirando hacia cualquier lado menos a él. La incomodidad en el aire era palpable, pero también lo era algo más, algo que ambos sentían pero aún no sabían cómo afrontar.

En esta vida || 𝒞𝒽𝒶𝓇𝓁𝑜𝓈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora