025.3 Vacaciones de verano + una boda

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Una disculpa por confundirlos con el cap anterior casi por el  final, se me paso poner la parte en la que Carlos está cocinando las hamburguesas en casa de Charles en cursiva en señal de un recuerdo.

...

Carlos no podía creer lo que estaba sintiendo. Era como si todo en su interior cobrará vida, y esas mariposas revoloteando en su estómago lo confirmaban. ¿Así era el amor? Si lo era, deseaba sentirlo para siempre. Su sonrisa se hizo evidente, iluminando su rostro de una felicidad genuina que apenas podía controlar. El mexicano, a su lado, lo observó con una mezcla de curiosidad y desconcierto, sin comprender del todo el motivo detrás de aquella expresión tan radiante.

—¿Estás bien? —preguntó, entre extrañado y divertido.

Carlos rió suavemente, su mirada llena de calidez mientras observaba al mexicano con una expresión juguetona.

—Creo que me has contagiado tu amor —dijo, sin poder ocultar la felicidad en su voz.
El mexicano arqueó una ceja, todavía un poco desconcertado, pero una sonrisa se asomó en sus labios, sin poder evitar que la calidez del momento lo envolviera.

—¿Mi amor? —preguntó, medio en broma, medio curioso, como si quisiera saber más de lo que Carlos estaba sintiendo.

Carlos respiró profundamente, todavía sonriendo, pero ahora sus palabras tenían un peso distinto, más sincero, más vulnerable.
—Porque yo también lo estoy sintiendo —confesó, su mirada perdiéndose un momento en el espacio—. Pero por Charles.

El mexicano parpadeó, sorprendido por la revelación. El ambiente se volvió más serio, aunque Carlos mantenía ese brillo especial en los ojos, como si mencionar a Charles hiciera que todo lo demás desapareciera.

—¿Por Charles? —repitió, con un tono más suave, entendiendo ahora lo que significaba esa sonrisa tan genuina en el rostro de su amigo.
Checo en forma de broma le da en el hombro a Carlos, quien no le dejaban brillar los ojos. Vaya, jamás había visto a su amigo de esa forma.

Definitivamente el pequeño monegasco estaba haciendo un cambio en el español.

—¿Por qué tuve que enterarme hasta un día antes de mi boda? —el mexicano lo miraba con mucha indignación.

—Porque no quería quitar la atención de tu boda.

—¿Bromeas? ¡Ahora podemos tener citas dobles! —dijo un emocionado Checo. Al parecer el mexicano ya había comenzado a crear una película ante lo que el menor le había contado.



...



Mientras tanto Charles no entendía nada de lo que acababa de pasar. Aún continuaba en el lugar que estuvo con Carlos hace un rato.
¿Por qué siempre que estaba por dar un paso pasaba algo? Se sentía como si diera un paso hacia adelante y retrocediera tres.

—¿Por qué? —murmuró Charles mirando hacia el cielo preguntándose a sí mismo.

Por otro lado, una parte de él se sentía tranquila y liviana al saber que por primera vez una persona se está esforzando por ganar su amor.

Por Dios, ¡que Carlos se esforzaba por que le tuviese confianza! Y reconoce que eso no cualquiera lo hace.

Dios, Charles se sentía como tener un pie en el cielo y el otro en el infierno por su miedo, pero cada vez que el español lo miraba de esa forma se le olvidaba todo.

Sin embargo, el castaño se empezó a sumergir en el recuerdo de la primera vez que invitó a salir a Carlos.

El monegasco no sabía si enviar ese mensaje o no. Llevaba alrededor de quince minutos preguntándose a sí mismo si enviarle ese mensaje a Carlos.

En esta vida || 𝒞𝒽𝒶𝓇𝓁𝑜𝓈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora