022. Firma tu amado coquetón

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Carlos, Pierre, Lando y Checo se encontraban desayunando en silencio, incluso Lando quien siempre al parecer tenía un tema de conversación se encontraba en silencio.

El día anterior antes de separarse en el antro todos habían quedado en juntarse para desayunar. Pero al desayuno solo habían llegado ellos.

Carlos miraba a Checo de reojo, quien jugaba con su comida. Él mexicano parecía estar en otra galaxia alterna a la de ellos.

— ¿Quieres que vaya por una muda de ropa más tarde? —pregunto el español rompiendo el supucral silencio.

Él menor no recibió respuesta de parte del mexicano, aún se encontraba lejano a todo jugando con su comida.

Carlos volvió a repetirle la pregunta, y esta vez si pareció escucharlo porque levanto la mirada de su plato para mirarlo. Los demás presentes solo veían la escena con mucha pena.

—Esta bien, puedo ir yo. Después de todo también es mi habitación —murmuró Checo mirando al español.

Carlos solo pudo asentir ante lo que había dicho a su amigo, después de todo solo le quedaba estar con él en este difícil momento.
Por dentro sentía impotencia. ¿Cómo alguien era capaz de violar la privacidad de ellos? ¿Como podían no dejarlos ser felices en un momento tan íntimo?

—¿Seguro? —volvió a preguntar Carlos intentando tener la atención de su amigo. Conocía lo traicionera que podía ser la mente cuando se trata de una persona que te importa.

—No te preocupes —comentó el mayor haciendo que el español asintiera no muy convencido.
Carlos comenzó a divagar lo que había pasado aquella madrugada. Solo bastaron unas horas para que todo diera un giro de 180 grados.

¿Era eso si acaso posible?

Sin poder evitarlo la mente de Carlos también lo llevo al momento en que Charles le pedía un beso. Su corazón comenzó a latir con mucha velocidad y su estómago sintió ¿mariposas? Si eso.

Sentía mariposas de solo pensar en besar los labios de su amado ángel. ¿Algún día podría besarlo? ¿En algún momento podría aunque fuera probarlos...?

—¿Listos para irnos? —preguntó Pierre, quien desde que había llegado no había hablado para nada más que decir "buenos días."

Todos asintieron a excepción de Carlos quien ahora era él que se encontraba en otra realidad lejana.

Le encanto llevar a Charles a su habitación, fue un reto total, pero sin duda alguna lo repetiría con muchas ganas.

Primero tuvo que levantarlo que no fue una misión para nada fácil, para luego llevarlo a su habitación. Pero antes de irse no pudo resistirse a dejar un beso en su frente.

...


Cuando Charles abrió los ojos eran las 11am. ¿Como había llegado ahí en primer lugar? Si la última vez que estaba despierto se encontraba en el antro bebiendo. Todo parecía muy confuso para el monegasco.

Se froto los ojos y se estiro, pero en el proceso sintió un tirón de su cabeza que lo hizo tener que llevar sus manos ahí.

¿Quién lo había dejado beber tanto? Si esa era una de las razones por las cuales no solía beber alcohol. No sabía como parar de tomarlo una vez que ingresará en su sistema, era como una droga.

En sus 21 años de vida aún se regañaba por no saber tomar. La última vez que babi a levanto con un dolor de cabeza fue hace tres años cuando salió con Max a un bar. Casi los arrestaban por él beber siendo menor de edad y por el holandés permitirlo.

En esta vida || 𝒞𝒽𝒶𝓇𝓁𝑜𝓈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora