En esta vida || 𝒞𝒽𝒶𝓇𝓁𝑜𝓈

030. Yo solo me estaba enamorando

lol ahora que me doy cuenta Max y Charles son buenos amigos en este fic.  También Max esta apoyando a Charles en un momento difícil, como Charles a él en el otro. wtf con estos parrales.

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Monte-Carlo, Mónaco.

Charles se encontraba abrazándose así mismo en el suelo de su habitación. Habían pasado algunos días desde la última vez que habló con Carlos, días en los cuales había sido miserable.

Él monegasco solo trataba de refugiarse en los buenos momentos. Otra vez se había permitido amar y otra vez todo acaba mal. Siempre era lo mismo. Cada vez que se abría al amor, que permitía que alguien entrara en su vida, terminaba siendo herido y siempre se quedaba con el amor en las manos. El peso de sus propios sentimientos lo aplastaba, y ahora estaba ahí, abrazándose a sí mismo, tratando de no desmoronarse por completo. Los recuerdos de las risas, las caricias, los momentos fugaces de felicidad con Carlos no hacían más que intensificar su dolor.

Charles sabía que era el que la había cagado, pero se trataba de su sueño. Era su sueño de niño, pero al elegirlo ahí mismo condenó su felicidad.  Nuevamente había dejado que sus miedos lo consumieran, y ahora se encontraba solo, nuevamente atrapado en un ciclo de autodestrucción emocional.

¿Por qué no lo podía amar sin ser juzgado? ¿El amor no debería ser libre? Él simplemente se estaba enamorando.

Tocaron el timbre de su casa y el monegasco se levantó  de la frialdad del piso para ir a ver quien estaba ahí. Al pasar por la sala no pudo evitar recordar cuando Carlos había llegado de sorpresa para cocinar hamburguesas o cuando simplemente estaban pasando tiempos juntos.

¿Cómo era posible que, en tan solo unos meses, Carlos hubiera llegado tan profundo en su corazón? Ese pensamiento lo atormentaba mientras abría la puerta, todavía sumido en su dolor. Sin embargo, al encontrarse con las caras de George y Max, todo ese peso emocional pareció tambalearse por un momento.

Max, sin dudarlo un segundo, caminó rápidamente hacia él y lo envolvió en un abrazo fuerte, casi desesperado. No era necesario decir nada; Max lo conocía lo suficiente como para saber que Charles estaba al borde del colapso, y sabía que ese abrazo era lo que necesitaba para no romperse del todo en ese instante.

—Todo estará bien  —murmuró Max con una voz firme pero llena de preocupación.

George, que estaba a su lado, lo observaba con esa calma característica, pero sus ojos también reflejaban su empatía. Sabían que algo no estaba bien, que su amigo no estaba en su mejor momento, y no iban a dejarlo solo.

Charles, aunque intentó resistir las lágrimas, no pudo evitar sentir cómo la barrera que había construido dentro de sí se desmoronaba lentamente.

—Suéltame —luchó Charles con Max para que este lo soltara. Al final, después de un rato de pelear, el mayor lo soltó.

—¿Por qué no me dijiste? ¿Y por qué me tuve que enterar por George? —le pregunto al monegasco, quien se sentía pequeño en estos momentos.

—¡Estabas en tu luna de miel! ¿Cómo podría hacerte eso después de todo lo que ustedes pasaron? —decía Charles sintiendo como las lágrimas nuevamente le estaban nublando la vista.

Max lo miraba incrédulo, su mandíbula apretada mientras intentaba procesar lo que Charles acababa de decir.

—¿De verdad crees que eso importa? —Su voz temblaba de frustración, pero también de dolor. —¡Somos amigos, Charles! No importa dónde esté o lo que esté haciendo, siempre voy a estar para ti.