Charles aún en el baño se encontraba sintiendo todavía la adrenalina corriendo por sus venas. El eco de lo que acababa de hacer, ese toque suave sobre la piel dormida de Carlos, seguía atormentándolo.
Cada paso que daba resonaba más fuerte, como si el eco de su propia ansiedad retumbara en la habitación silenciosa. Justo cuando su mente intentaba procesar el torbellino de emociones, el sonido de la puerta de su habitación hotel cerrándose lo sacó de su ensueño. Se quedó inmóvil, con el aire atrapado en los pulmones. Escuchó atentamente.
Tras unos segundos de pausa, se acercó lentamente a la puerta, sus ojos observando si había algún indicio de que Carlos todavía estuviera cerca, como si el mundo a su alrededor hubiese cambiado su ritmo por completo. Se asomó, sus pasos cautelosos y calculados, su corazón acelerado al imaginar que Carlos podría haber vuelto en cualquier momento, tal vez para encontrarlo aún allí.
Por un momento se quedó analizando cada rincón con la mirada, asegurándose de que nadie más estuviera allí.
Dios, ¿Qué él había hecho? ¿Por qué había dejado que un momento tan vulnerable se convirtiera en un caos? ¿Acaso nunca aprendía de sus errores? Pero aún sabiendo sus errores del pasado, algo dentro de él quería continuar lo que sea que tuviese con Carlos.
Una parte de él aceptaría las citas que él le había propuesto, pero otra, la que se suponía que era la razonable, le decía que todavía no era él momento.
Movió su vista a la parte restante de la habitación, y entonces lo vio: una hoja de papel cuidadosamente colocada sobre la mesa, esperando ser descubierta.
Cuando tomó la nota entre sus manos, se preguntó de donde Carlos había sacado un papel y con qué escribir en tiempo record. Sonrió imaginandoselo, pero al recordar lo que había hecho su sonrisa murió un poco.
Sus manos temblaban levemente, y sentía como los latidos de su corazón en algún momento se le saldrían.
Al comenzar leer la nota, notó que la letra de Carlos era una mezcla entre lo decidido y lo despreocupado. Las palabras estaban escritas con trazos fuertes y definidos, mostrando su confianza, pero había cierta inclinación en las letras que denotaba prisa, como si quisiera dejar plasmado un mensaje antes de que el momento se desvaneciera.
Las 'C' y 'S' eran amplias, mientras que las vocales parecían casi fundirse entre ellas, dándole un toque de informalidad que solo alguien como Carlos podría tener. Charles notó cómo las líneas se curvaban de forma natural, casi como si fueran un reflejo de la misma personalidad con la que Carlos lo conquistaba sin esfuerzo..
"No podrás esconderte de mí para siempre y eso lo sabes. No hay nada de qué avergonzarse o temer, recuerda que al final solo soy yo Carlos, el coqueto de Sainz como me dices, no nadie más.
Nos vemos luego, Ángel. Y por cierto acariciame más a menudo.
-CS"
Los ojos de Charles recorrieron la nota varias veces. Su respiración se volvió pesada, como si el papel que sostenía pesara toneladas. ¿Cómo podía Carlos decirle que no se avergonzara? Esa certeza lo confundía, lo asustaba. Sus dedos apretaron el borde del papel, arrugando levemente, pero no podía soltarlo.
Sonrió, aunque fuera una sonrisa amarga. "Justo cuando pensaba que las cosas no podían complicarse más", se dijo a sí mismo. Sentía un torbellino de emociones que no podía controlar.
Por un lado, estaba la tentación de creer en esas palabras, de aceptar lo que, en el fondo, sabía que también sentía. Pero por otro, el miedo lo atenazaba. ¿Qué pasaría si se permitiera creer en Carlos? ¿Qué tan fácil sería caer en lo mismo que había intentado evitar todo este tiempo?
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En esta vida || 𝒞𝒽𝒶𝓇𝓁𝑜𝓈
Fanfiction¿Cres en la teoría de poder encontrarte en otra vida al amor de tu vida? "En esta vida, y millones más."