015. ¿Por qué tardaste...?

410 43 15
                                    

—Parece que tienes muchos admiradores —dijo la voz, con un tono suave pero inconfundible.

El corazón de Charles se detuvo.

No, literalmente lo hizo, podía sentir la respiración de Carlos en su lóbulo y como este también firmaba algunos autógrafos que le pedían.

El castaño no se voltearía. Tomó la decisión de ignorarlo, listo eso haría. No le prestaría atención. Su pecho le retumbaba en los oídos, podía oír sus latidos y como también esto iban a modo de flash.

—¡Charles, por aquí! —gritó una chica morena. Mierda, vaya que se parecía a Carlos.

Sus rasgos eran finos, pero levemente bien marcados. La cara de la morena desprendía totalmente dulzura, su sonrisa radiante y su vestimenta, habían capturado a Charles durante unos segundos.

Aún la observaba como movía su mano frondosamente para hacerse notar y poder tener un autógrafo. La chica llevaba una gorra de Alfa Romeo con el destacado número 16 de Charles, una camiseta blanca holgada y unos pantalones anchos de tela.

Él le sonríe y ella le devuelve la sonrisa. Él monegasco no sabe cómo la chica se abrió paso entre la multitud, solo sabe que en minutos ya estaba al frente de él sosteniendo varias cosas en la mano.

—¡Hola! Por Dios, por un momento pensé que no me notarías —dijo la morena hiperventilando, el ojiverde la veía con dulzura.

«Imposible no hacerte notar» pensó mientras observaba cada uno de los movimientos de ella.

Ella le tendió una camiseta con su cara en la parte de atrás, mientras que en la parte de adelante en la parte del pecho izquierdo tenía en pequeño el número 16.

—Es para mi amiga, casi es su cumpleaños y es muy fanática tuya. No sabes cuanto te admira y le obsesionas —habla tan rápido que a Charles se le dificulta entender lo que dice—. También si no es mucho pedir, ¿podrías decir a la cámara, feliz cumpleaños, Edith?

—Para nada.

Y Charles lo hace, ayuda a la chica en todo lo que puede. Fue muy amable con él y la chica que resultaba llamarse Alexandra, le dijo que había dejado el hotel donde se estaba quedando para venir al aeropuerto y conseguir esto.

El monegasco tenía una pequeña conversación con ella, mientras él seguía firmando a las demás personas, hasta que notó como un brazo pasaba por su hombro.

Ahí es donde recuerda el personaje que tenía atrás.

Trago saliva y volvió a sentir como su corazón se volvía a descontrolar. Sus manos comenzaron a sudar ligeramente y le era difícil respirar con normalidad.

—¿Conseguiste una novia, ya? —escucho como el español se lo dijo en el oído cuando quito el brazo de él encima del hombro de Charles.

Su corazón se le iba a salir, se le saldría por culpa del moreno, y él parecía notarlo, porque no se despegaba de Charles.

—No... solo la ayude con una sorpresa para su amiga —murmuró para ellos, aun con los nervios de punta.

—Ya veo... te espero en la salida —dijo el español antes de abandonar a Charles y dejándolo confundido.

Pasaron algunos minutos hasta que el monegasco firmó, posó en fotos e hizo todo lo que estaba a su alcance para hacerlo con todas las personas de ahí.

Pero era claramente imposible, así que con un nudo en la garganta tuvo que dirigirse a la salida, sosteniendo su maleta de mano.

En la salida lo esperaba Carlos, quien estaba concentrado con su celular hasta que escuchó como Charles tosía.

En esta vida || 𝒞𝒽𝒶𝓇𝓁𝑜𝓈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora