En esta vida || 𝒞𝒽𝒶𝓇𝓁𝑜𝓈

012. Recuerdos súbitos

Los recuerdos súbitos, también conocidos como "flashbacks" o "epifanías", son momentos en los que uno recuerda de manera repentina y vívida algo del pasado. Estos recuerdos pueden surgir de manera inesperada y a menudo están acompañados de una intensa emoción. Pueden estar relacionados con diversos aspectos, como experiencias personales, eventos significativos, o incluso detalles cotidianos que habían sido olvidados.

Cuando hablamos de recuerdos súbitos en el contexto de vidas pasadas, nos referimos a la idea de que una persona podría tener recuerdos o sensaciones que parecen pertenecer a una vida anterior. Este concepto se basa en la creencia de la reencarnación, que sostiene que el alma o la conciencia puede reencarnar en diferentes cuerpos a lo largo del tiempo.

Aquí hay algunas formas en las que estos recuerdos de vidas pasadas pueden manifestarse:

Recuerdos Fragmentados: Detalles específicos de una vida pasada que parecen reales pero no encajan con la vida actual.

Sueños: Sueños vívidos que pueden estar relacionados con vidas anteriores.

Sentimientos y Fobias: Miedos o emociones intensas sin explicación aparente, que algunos vinculan a vidas pasadas.

Déjà Vu: Sensación de haber vivido una situación antes, interpretada por algunos como un recuerdo de una vida pasada.

Regresión: Terapias que utilizan hipnosis para explorar posibles recuerdos de vidas anteriores.

El murmullo de la conversación se desvaneció cuando, de repente, la realidad alrededor de Carlos pareció desvanecerse. El muelle, la brisa salada, y el eco de risas que no pertenecían a esta vida.

Se quedó quieto, incapaz de comprender por qué ese lugar le parecía tan familiar, tan importante. Cerró los ojos, y por un instante, vi a otro hombre al frente de él, uno que conocía en esta vida... pero también en otra.

«¿Quién eres?» Pensó al ver aquel hombre tan conocido.

Su rostro le era muy conocido. Esos ojos verdosos, los conocía de otra parte. Su corazón y su cuerpo de alguna forma se lo decían.

La brisa del muelle volvió a hacerse presente y con ello se llevó un pequeño castañeo por parte del español, quien sostenía su café mientras estaba sentado afuera de la cafetería.

Pero el recuerdo no terminaba ahí. El olor a café se hizo presente y el sonido de las olas cambiaron; de pronto, todo se sentía más antiguo, más nostálgico.

Sus pies ya no estaban sobre el suelo de la casa de sus padres, sino sobre madera crujiente, y en sus manos no sostenía nada, pero el peso de una vida distinta le oprimía el pecho.

Lo volvió a ver. El hombre frente de él, con la mirada fija en el horizonte, era familiar, pero diferente al mismo tiempo. Su cabello ondeaba con el viento del mar, su rostro... una mezcla de tristeza y resignación.

Sabía sin entender por qué, qué había estado aquí antes, en este preciso lugar, con él. Algo se había roto entre ellos, algo que nunca lograron arreglar.

Y entonces, como si el viento arrancará una página de un libro olvidado, la imagen se esfumó.

Volvió en sí, jadeando, el corazón latiendo con fuerza. Miró al hombre frente de él, el mismo que había estado en su recuerdo. Pero ahora... no era un extraño.

Él también lo sintió, lo sabía. No podían negar lo que había pasado ahí, ni en esta vida ni en la otra.

Carlos pesteñéo. Un pestañeó que cambió todo. Ahora con la vista más enfocada notó que no era a Charles que tenía al frente, sino a su primo Caco con quien hablaba hace unos minutos.