MULTIFANDOM SHOTS (4)

"COME HERE"

Dione observó las miradas que le lanzaban las mujeres de la aldea mientras se acuclillaba frente al río para coger agua fresca. Les lanzó una mirada furiosa, a la que ellas respondieron alejándose rápidamente del lugar como una bandada de gallinas atrofiadas. 

Cogió el agua necesaria y se encaminó a la tienda del guerrero. Hacía varias lunas que estaba al servicio de Ragnar Lothbrok, después de que el junto con un grupo de sus hombres la salvaran de ser asesinada por un grupo de fanáticos religiosos. 

La chica no creyó que volviera  pasar tanto miedo en su vida. Cuando cerraba los ojos, aún veía la expresión en el rostro de aquellos hombres y el reflejo de la luz de la luna sobre la hoja del puñal ceremonial, con el que pretendían acabar con su vida.

Calentó el agua al fuego, y cuando estuvo lista entró en la cabaña, apartando la pesada cortina de paja que separaba el interior del exterior. Nada más entrar notó su mirada posada en ella. Observó sus movimientos lentos pero seguros al acercarse a la bañera donde el estaba y verter el resto del agua en su interior. Sujetó el cuenco entre las manos y agachó la cabeza en señal de respeto.

-¿Desea algo más, Earl Ragnar? -preguntó mirándose los pies-

-Sabes que no tienes porqué llamarme de esa forma cuando estamos solos 

-Lo siento, Earl... -sacudió la cabeza- Ragnar

No le vio, pero pudo sentir como sonreía

-Eso está mejor -aprobó haciendo un gesto con la cabeza- mírame -pidió-

-No creo que sea lo más... -empezó, pero el le detuvo-

-Es una orden -susurró- mírame

Esta hizo lo que le pedía. Sus miradas conectaron al instante con una fuerza arrolladora, los ojos claros de el contra los oscuros de ella. 

-Tienes unos ojos preciosos -comentó el vikingo poniendo los brazos a ambos lados de su cuerpo, hizo un gesto con la cabeza hacia su derecha- ven aquí

-No puedo -susurró, el frunció el ceño ligeramente- ¿Qué dirán los hombres de la aldea cuando se enteren de que he estado en una posición... -carraspeó sin poder evitar que el sonrojo acudiera a sus mejillas- comprometida con su Earl? -bufó- las mujeres ya me desprecian por el simple hecho de servirte

-Ellas también me sirven, pero no de la manera en la que tu lo haces -declaró alargando la mano- necesito que me sirvas ahora -susurró, su voz era peligrosamente baja- ¿Lo harás, Dione?

-Es mi deber -musitó mientras caminaba lentamente hacia el- 

-Buena chica -murmuró sin apartar la mirada de ella- 

Dione sostenía la mano que tan galantemente le tendía, mientras entraba en la bañera con el. Un siseo escapó de sus labios al sentir la alta temperatura del agua. Sus manos eran ásperas y rudas debido a la cantidad de veces que usaba el hacha con empuñadura de madera. Sintió cómo su vestido de tela se pegaba a su cuerpo, revelando las curvas de su cuerpo. 

Desde su posición, Ragnar contaba con una vista privilegiada de esta imagen. Su mirada paseó por sus pechos cubiertos por la tela y la zona bajo ellos, antes de alzar la mirada hacia su rostro de nuevo.

-Te contaré una curiosidad sobre el padre de todo -anunció bajando la mirada momentáneamente hacia sus labios- Odín tiene consigo a ambos lados de su trono un par de cuervos -comenzó- llamados Hugin y Munin, pensamiento y memoria -explicó, alzó la mano para retirar un mechón de pelo castaño de su rostro- ambos viajan alrededor del mundo recogiendo noticias e información para Odín. Ambos eran enviados al alba a recoger información y regresaban por la tarde -dijo- se posan en los hombros de Odín y le susurran al  oído las nuevas que traen desde cualquier parte del mundo 

-¿Porqué me cuentas esto? -logró preguntar Dione, tratando de no centrarse en el suave tacto de sus dedos contra la piel de su mejilla-

-Verás, los dos pájaros son del color de las noches sin luna, del color que vemos cuando cerramos los ojos al dormir, el mismo que el que puede verse cuando en el cielo no hay estrellas -la miró fijamente- ambos son negros, como tus ojos -susurró mirándola como si fuera lo más bonito que había visto jamás- como tu pelo -murmuró enredando un mechón en torno a su índice- no puedo evitar pensar que los dioses me estén mandando una señal -confesó- que el hecho de que estés aquí conmigo esta noche no es casualidad -dijo- Odín quiere que estés aquí conmigo en este momento -sostuvo su rostro entre las manos- dioses, mírate -murmura fascinado- siento que los cuervos me miran cada vez que te miro, jamás me había pasado nada parecido

-Entonces ¿Crees que es una señal? -susurró tragando saliva con fuerza-

-Lo es -afirmó apoyando una mano tras su espalda, acercándolo a el obligándola a poner las manos sobre su pecho- Freyja ¿Qué he hecho para merecer a una mujer como ella? -preguntó inclinándose hacia delante- eres tan pequeña... -susurró- podría levantarte sin problemas y follarte hasta que te corrieras con mi nombre en tus labios ¿Es eso lo que quieres?

-Si, por favor -farfulló mirando su boca- por favor Ragnar

-¿Por favor, qué? -cuestionó mirándola con una sonrisa divertida en sus labios- dilo -la apremió, sus ojos azules posados también en su boca- 

-Bésame -suspiró sin poder aguantar más la tensión que había entre ellos-

Finalmente ambos se inclinan al mismo tiempo para unir sus labios,  despertando un calor apasionado en tu vientre, uno que solo Ragnar podría provocar. El beso se hace cada vez más profundo, su lengua explora la de ella, dibujando cada lugar, decidido a memorizarla.

El guerrero se separa de ella, sus manos se pierden durante unos segundos por debajo del agua. 

-¿Qué estás...? -la última parte de la pregunta se transforma en un gemido cuando siente los dedos del vikingo abriéndose paso hacia su interior ya resbaladizo-

La mirada de Ragnar no se aparta de su rostro, mientras esta hecha la cabeza hacia atrás para soltar un suspiro, a la par que se sujeta de sus fuertes hombros para no caer. 

-Ragnar... -suspira- por favor... te -jadea al sentir el movimiento de sus dedos contra su clítoris- te necesito dentro de mi

-Lo sé -murmura besándola de nuevo- puedo sentir lo mojada que estás contra mis dedos, mi polla se deslizará tan fácilmente en tu interior... -susurró haciéndole mover las caderas contra sus dedos con más rapidez-

-Por favor -repite notando como su orgasmo se acerca- ¡Ragnar! -chilla de la sorpresa al notar como la levanta con sus fuertes manos- ¿Qué vas a hacer?

-Darte lo que has pedido -sonríe depositándola sobre sus caderas, y por definición sobre el centro de su placer- 

Un grito escapa de los labios de Dione al notar cómo, exactamente como el había predicho, se deslizó sin dificultades en su interior. Cerró los ojos a la par que se apoyaba sobre sus hombros, moviendo las caderas hacia delante y hacia atrás. El agua comenzaba a salirse por los lados, pero esa era la menor de sus preocupaciones en ese momento.

-Por todos los dioses, eres hermosa -susurra acompasando el ritmo de sus caderas con el vaivén de las de ella- he imaginado muchas veces este momento -confesó apoyando las manos en sus caderas- tú montándome la polla -jadeó- 

-Ragnar, me voy a correr -avisó notando una presión en su bajo vientre- 

-Hazlo -ordenó llevado por la intensidad del momento- te dije que esto solo acabaría de una manera, contigo gritando mi nombre -susurró tocando con el pulgar el punto sensible entre sus piernas- déjame escucharte -susurró en su oído- déjame oír tus gritos de placer mientras te deshaces sobre mis dedos y mi polla

-¡Ragnar! -gritó apoyando la cabeza en su pecho mientras el orgasmo la recorría- 

Su orgasmo vino poco después. Ragnar la acunó contra su pecho, pasando las manos sobre su pelo. Dejó un beso en la parte alta de su cabeza, haciéndola sonreír.

-Debería recoger todo esto -susurró mirando el desastre que era la bañera y sus alrededores- no quiero que los demás piensen que no hago mi trabajo

-Has hecho un buen trabajo -respondió el esbozando una tierna y a la vez pícara sonrisa- mi hermoso cuervo -añadió besándola de nuevo-

Y así fue como, sin darse cuenta, Dione se durmió entre los fuertes brazos de Ragnar.