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"DO YOU THINK SO?"

Tyrion y Eliza discutían, otra vez. 

Desde que Lord Tywin decidió que ya era hora de que el enano sentara la cabeza, le había prometido sin el saberlo con la bastarda de Ned Stark. Cada vez que lo pensaba se echaba las manos a la cabeza, es  decir ¿Un Lannister con una Stark? 

"Lo próximo será prometer a Daenerys Targaryen con Lord Varys" pensó Tyrion mientras trataba de hacer entrar en razón a su mujer. 

-Te lo he dicho varias veces, mi señora -le sostuvo la mirada- no me obligues a repetirlo

-No lo haré -bufó ella- solo diré que tendrías que habérmelo dicho antes

-El fuego valyrio se ha estado acumulando en los sótanos de la fortaleza roja desde los tiempos del rey loco -explicó- nuestra posición ahora mismo es bastante delicada, ¿De veras esperabas que te hiciera partícipe de esa información? 

-¡Por supuesto que sí, Tyrion! -exclamó indignada- ¡Soy tu mujer, tengo derecho a saberlo! 

-Puede que tengas razón -admitió- pero si alguno de los capas doradas, el Perro o incluso mi padre hubiera tenido la más mínima sospecha de que tu lo sabías... -sacudió la cabeza- no podía arriesgarme a que lo descubrieran

-Al menos todo salió bien al final -respondió ella- Stannis Baratheon está muerto, ya no tenemos que preocuparnos de que sus fuerzas quieran tomar la ciudad, así que supongo que estamos en paz

-¿En paz? -cuestionó Tyrion- mi señora, el reino no ha conocido el significado de esa palabra desde el fallecimiento de mi sobrino-dijo- y desde luego no lo conocerán ahora que mi padre ocupa su lugar

-Lo sé -susurró sentándose sobre la cama que ambos compartían- pero no podemos hacer nada para evitarlo -alzó la mirada hacia el- la reina te ha acusado de asesinato, creen que envenenaste al rey Joffrey

-¿Tú lo crees? -cuestionó-

-No -respondió con firmeza- lo odiabas, pero no tanto como para acabar con su vida -se encogió de hombros- al fin y al cabo su misma sangre es la que corre por tus venas

-No me alegra que esté muerto -dijo refiriéndose al difunto rey- pero los Siete Reinos estarán mejor sin el -alzó la mirada hacia el techo- y si los dioses así lo desean, pronto seré yo el que me reúna con el

-Eso no va a suceder -le detuvo esta haciendo que el la mirase con fijeza- casi te pierdo el día del asedio -sacudió la cabeza negativamente- no pienso volver a pasar por ello otra vez

-¿Y qué sugieras que hagamos, mi señora? -inquirió- 

-Huyamos, tu y yo a algún lugar donde nadie nos encuentre como Dorne o Myr

El se acercó, acunando sus manos entre las de ella.

-Sabes que no puedo hacerlo -respondió el- huir solo me haría más culpables a sus ojos -esbozó una sonrisa triste- no puedo -repitió-

-Si puedes -murmuró apoyando la palma de la mano contra su rostro- hay un barco anclado en el puerto -dijo- el barquero es amigo mío, nos llevará al lugar que le diga por veinte dragones de oro 

-Yo... -murmuró el medio-hombre- creía que me odiabas

-¿Si te odiara estaría tratando de convencerte para que huyas conmigo? -cuestionó alzando las cejas-

-Supongo que no -murmuró acercándose para darle un tierno beso en la frente- no podemos huir, pero si podemos plantarle cara a mi hermana y demostrar que yo no maté al rey Joffrey 

-Aunque desearías haberlo hecho -añadió ella haciéndole sonreír-

-Si -murmuró en voz baja- ha causado un daño irreparable a esta ciudad y a sus gentes -sacudió la cabeza- hasta los septons creen que no tiene salvación

-Todo se solucionará cuando te sientes en el Trono de Hierro -declaró ella haciendo que el enano abriera mucho los ojos-

-¿Yo en el Trono de Hierro? -cuestionó entre risas- estás loca mujer, eso es imposible que suceda

-También decían que no volveríamos a ver dragones surcando los cielos, y según mis informantes de las Ciudades Libres, Daenerys Targaryen a partido hoy de Volantis a Qarth rodeada de sus tres dragones -relató lentamente- los qarthianos dicen que es la salvadora que va a liberar a los siete reinos recuperando el trono que le pertenece por derecho

-Para ellos tendrá que cruzar el Mar Angosto -reflexionó Tyrion- ¿Cómo pretende hacerlo si los Dothrakis creen que el agua está envenenada? 

-No lo sé mi señor -reconoció Eliza- pero lo que tengo claro es que ella llegará a Desembarco del Rey y descargará toda la fuerza de su ejército contra nosotros -susurró- debemos prepararnos cuando llegue ese día, empezando con conservar tu vida

-Entonces no hay tiempo que perder -secundó el esbozando una sonrisa- tenemos trabajo que hacer