"THANK YOU MA'AM"

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El frío en el muro era insoportable, sobre todo si no tenías a nadie que te calentara la cama como era el caso de Jasmine que en ese momento echaba más leña al fuego de su estancia para mantenerla lo más caliente posible. Se acurrucó cerca de la chimenea, envolviéndose en la piel de oso que le recubría los hombros para entrar en calor. Nada parecía servir, hasta que decidió que sería mejor pensar en otra cosa que no fuera el frío para hacer que la noche fuera más llevadera.

Al instante las imágenes del bastardo de Ned Stark moviéndose con destreza mientras empuñaba a Garra en el campo de entrenamiento inundaron su mente sin previo aviso. Ella le estuvo observando desde la balaustrada que había colocada sobre el campo, por la que pasaban los Hermanos de la Guardia todo el tiempo para ir a hacer sus quehaceres diarios. 

El joven Samwell Tarly también estaba allí abajo, observando atentamente los movimientos del combate que se estaba llevando a cabo entre Ser Alliser Thorne, comandante de la guardia y el famoso Jon Snow. En el norte todos los bastardos llevaban el apellido Snow, por lo que el día en el que el moreno llegó al muro y se presentó ante los que iban a ser sus hermanos, todos supieron lo que era. Pero no por ello le trataron diferente, al contrario. En el Muro todos los hombres eran uno solo, todos tenían la misma misión : proteger esa enorme pared de hielo a la que llamaban hogar, pasara lo que pasara.

Jasmine había conseguido entrar un poco en calor al recordar a Snow, pero no era suficiente, por lo que siguió dándole vueltas a sus pensamientos para tratar de olvidar el frío que amenazaba con colarse en sus huesos. Unas nuevas imágenes se colaron en su mente, aunque esta vez no eran del bastardo, sino del enano. Su septa le había contado muchas historias sobre Tyrion Lannister.

Decía que era un enano horrible y deforme, que no tenía honor y que conspiraba con todo y con todos en su propio beneficio. De todos esos cuentos, Jasmine podía decir que todos eran mentira.

Excepto el de lo de ser un enano, claro 

El día que Jasmine conoció a Tyrion fue el mismo día en el que Abigail, una de las cocineras se había puesto enferma. El maestre dijo que tenía un resfriado de los gordos y que se pasaría en cama un tiempo. Debido a ello su septa le ordenó que fuera a sustituirla en la cocina. Ello implicaba llevar a cabo sus tareas, entre ellas servir los platos. 

No hacía mucho tiempo de eso, quizá un par de semanas. Recordaba el momento con claridad. El medio-hombre se había sentado al lado del bastardo, al que ya conocía pero con el que había intercambiado tan solo un par de palabras. Ambos hablaban animadamente acerca del rey más allá del muro. Jasmine se preguntó si realmente las historias que contaban sobre lo que había al otro lado de Mar Angosto eran ciertas, y los salvajes lo cruzarían para atacar el muro. 

Se acercó a ellos y colocó el plato con el pescado en salazón y un cazo de puré de patata y zanahoria frente al pequeño león. Este alzó la mirada para agradecérselo, y fue en ese instante cuando Jasmine se le quedó mirando fijamente al igual que el a ella. 

Los ojos verdes del hombres se posaron en los de ella durante unos instantes, observándola con tranquilidad. Jasmine se fijó en el color de sus ropas. Escarlata entremezclado con dorado, solo podía ser un Lannister.

-Gracias mi señora -respondió desviando la mirada hacia el plato antes de fijarla en ella de nuevo- perdone mi curiosidad pero ¿Nos hemos visto antes?

-No lo creo, mi señor -negó con la cabeza- de haberlo hecho creo que le recordaría

-Ya veo -murmuró- en ese caso me presento -dijo con una educación exquisita- soy Tyrion Lannister -giró la cabeza hacia el hombre a su lado- y el es Jon Snow, el bastardo de Ned Stark

-Ya nos conocíamos -intervino el inclinando la cabeza en señal de respeto- milady

-Milord -respondió ella- tienen que disculparme, tengo mucho trabajo que hacer -soltó con toda la tranquilidad que fue capaz de reunir- encantada de conocerle mi señor -murmuró mirando una última vez a Tyrion antes de irse- 

Tras esa breve interacción pudo confirmar que, las historias que le contó su  septa eran una total farsa. Tyrion Lannister no era horrible, al contrario Jasmine no recordaba haber visto a otro hombre que se le igualara en lo que a rasgos singulares se refería.

Snow también era un hombre muy atractivo. Repentinamente Jasmine se vio repentinamente ante un dilema : ¿Si tuviera que elegir a uno de los dos, con cuál se quedaría? 

Te dormiste con esa incógnita en tu mente, y con el delicioso calor que las imágenes de ambos hombres te habían proporcionado.

Ya habría tiempo de poner en orden tus sentimientos en otro momento.


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