"WHAT MAKES YOU DO THAT?"

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📍ESTE SHOT ESTÁ BASADO EN LA PELÍCULA "KATE Y LEOPOLD"📍

Leopold no estaba nada emocionado por el baile de aquella noche. Francamente si su padre no le hubiera obligado a asistir en esos instantes estaría perfeccionando algunos de sus cálculos para llevar a cabo su invento más revolucionario hasta la fecha : un artefacto capaz de elevar a las personas a varios metros del suelo. El duque de Albany sabía que dentro de varios años las construcciones evolucionarían hasta ser casas de más de un piso, por lo que de alguna manera esas buenas gentes tenían que llegar a su casa de alguna manera. El haría que eso fuera posible.

Estaba muy emocionado por su nueva meta, hasta que su padre entró en sus dependencias. No tenía buen aspecto, pero Leopold se obligó a mentir para preservar el pellejo.

-Padre, estás estupendo hoy –alabó- ¿Ese traje es nuevo?

-No me vengas con paparruchas, Leopold –bufó señalando sus notas con la cabeza- ¿Se puede saber qué es todo esto?

-Mis notas, sobre mi invento –dijo- verás estoy trabajando en...

-No me interesa –le cortó tajante- Leo ¿Cuántas veces tengo que decirte, que tus inventos no van a llegar a ninguna parte? –dijo- a nadie le interesa ver garabatos en un trozo de pergamino, la gente quiere algo real

-¿Y qué es para ti algo real, padre? –cuestionó Leopold- ¿Acaso hay algo más tangible que el progreso que se avecina?

-Una esposa, Leopold –respondió su padre asintiendo con la cabeza firmemente- ESO SÍ es algo real –dijo- les he pedido a los criados que te preparen un traje nuevo para la velada de esta noche –indicó- debes presentarte, de lo contrario no verás un penique de la herencia

-De acuerdo padre, iré al baile –respondió el duque, cuando en realidad lo que le habría gustado responderle es que le importaba un comino el dinero-

De manera que allí se encontraba el, tras una cortina roja esperando a que su padre le anunciase para hacer su gran entrada en el salón del baile. Observó su reflejo nerviosamente en la copa que sostenía en la mano mientras escuchaba a su padre que decía :

-Señoras y señores, gracias por acudir al baile de inicio de la temporada –una breve ronda de aplausos llenó el lugar- como ya saben, esta casa a pertenecido a varias generaciones de duques antes que mi hijo por supuesto –la gente le rio la broma, aunque en realidad no era graciosa en absoluto- así que no me entretengo más –dijo- les presento a mi hijo, Leopold Alexis Elijah Walker Thomas Gareth Mountbatten, tercer duque de Albany

Leopold sabía que era momento de que entrara en el salón. Salió de entre los cortinajes y se colocó al lado de su padre, según el protocolo real.

-Gracias a todos –dijo- es un honor para mi poder ver los rostros de tantas personas ilustres de nuestra sociedad congregados en una sola habitación –alzó su copa- por todos ustedes –dijo- espero que disfruten de la velada

Las presentes empezaron a dispersarse, cada uno para hablar con sus conocidos o simplemente se quedaban en su lugar esperando a que alguien se les acercase.

Como hizo ella.

Lo primero en lo que se fijó Leopold fue en la expresión de su rostro, y la manera en la que sostenía la copa. El duque podía ver que, debido a la manera en la que la sujetaba y cómo su mirada saltaba rápidamente de una persona a otra, significaba que estaba alterada.

Decidió excusarse de la aburrida conversación que estaban llevando a cabo los hombres con los que se encontraba en esos instantes para ir a hablar con ella.

La joven sintió cómo alguien se acercaba a donde se encontraba, por lo que levantó la mirada y abrió los ojos con sorpresa cuando vio que se trataba de el. Leopold vislumbró el intenso brillo de sus ojos azules, delineados con khol negro, haciendo que el color resaltara más, si es que eso era posible.

-Señorita –saludó cogiendo su mano y besando la parte de arriba de la misma- ¿Qué le está pareciendo la velada?

-Es ciertamente encantadora, alteza –dijo mirando a todos lados antes de fijarse en el- sabía que su familia contaba con una casa muy hermosa, pero hasta ahora no había tenido el placer de verla por dentro

-Me alegra que sea de su agrado –esbozó una sonrisa tranquilizadora, haciendo que ella se calmara un poco- hábleme de usted

-No hay mucho que decir –sonrió tímidamente- soy una mujer sencilla

-Si me permite la osadía, lo dudo mucho –respondió haciendo que el le mirase con atención-

-¿Qué quiere decir?

-Bueno, la mayoría de mujeres a las que conozco no se presentarían en una fiesta como esta con un vestido como este –observó su vestido color ciruela- debido a que lo encontrarían estrambótico y totalmente fuera del protocolo establecido por la alta sociedad –explicó- aun así, usted ha decidido ponérselo de todas formas sin importarle las opiniones de los demás nobles –la observó con intensidad- puedo preguntar ¿Qué le ha llevado a hacerlo?

-Podría decirse que me gusta destacar –murmuró- no en sentido soberbio ni nada parecido –apretó los labios nerviosamente antes de volver a hablar- lo que quiero decir es que me gusta ser diferente a las demás, no sé si me comprende

-Perfectamente –asintió- yo mismo he sido diferente al resto de los nobles durante toda mi vida –explicó- ni siquiera me parezco en nada a mi señor padre. Sé que soy su hijo legítimo porque así está registrado en la documentación de la casa –sonrió haciéndola reír-

Leopold se quedó unos segundos ensimismado observándola. Le había cautivado desde el primer momento. Sus ojos vivaces, sus exquisitos modales, la manera en la que se mostraba segura de sus pensamientos, todas ellas eran cualidades que el duque admiraba enormemente

Se observaron unos instantes, ambos perdidos en los ojos del otro, hasta que una voz familiar les hizo romper el contacto visual.

-¡Leopold! –dijo su padre acercándose a ellos, miró a la joven primero y luego a el- vaya, veo que ya la has conocido –inclinó la cabeza hacia ella en señal de respeto- señorita Thomas

Ella imitó el gesto antes de mirar a Leopold, que a la vez miraba a su padre sin entender qué estaba pasando.

-Padre –dijo- ¿Hay algo que tengas que comunicarme?

-Ahora que lo mencionas, sí que lo hay –murmuró mirando a la joven antes de fijar la mirada en Leopold de nuevo- Leopold, te presento a tu futura esposa, Giulia Thomas

Por la expresión en el rostro de la joven, ella no sabía nada de todo aquello hasta ese momento, al igual que Leopold.

"Al menos no ha tenido que ser con alguna anciana arisca y desalmada" pensó mirando a la señorita Thomas "He tenido suerte"

Ella debió pensar lo mismo, porque le miró esbozando una sonrisa de alivio.

-¡Para eso era el baile, Leopold! –dijo su padre haciendo un gesto para que todo el mundo se reuniera en el centro de la habitación- este evento ha sido organizado con la finalidad de presentarles a alguien muy especial –expuso- nunca pensé que pronunciaría estas palabras. Es un orgullo para mi presentarles a la prometida de mi hijo, el duque de Albany ¡La señorita Giulia Thomas! –alzó su copa- ¡Este brindis es para ellos! –les miró- espero que tengáis una feliz vida juntos

Las invitados estallaron en ovaciones y felicitaciones para los recién prometidos. Leopold observó a Giulia unos instantes. Vio que agarraba con fuerza el bajo de su vestido. Le tendió su brazo y ella se sujetó a el esbozando una sonrisa agradecida.

Salieron del baile y caminaron por las calles bajo la luz de la luna. Solo habían intercambiado un par de frases, pero Leopold tenía la certeza de que ella era la mujer de su vida.

Por su parte Giulia pensaba lo mismo de el. No podía haber sido más afortunada.

Ambos estaban seguros de que iban a tener una próspera y larga vida, llena de momentos felices y largos paseos como aquel, a la luz de la luna

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