"THE GODS WILL UNDERSTAND IT"

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Frida decidió salir a pescar algo para comer. A pesar de las advertencias por parte del rey y del resto de los ciudadanos de York, ella insiste en hacerlo. Hace dos semanas que no llegan carros de comida, la gente se muere de inanición en las calles y el rey no hace nada para evitarlo. La mayor parte de la gente se queda en casa por miedo a los hombres del Norte.

Dicen que merodean por la noche entre los árboles y secuestran a mujeres jóvenes en busca de información, para luego en vez de dejarlas marchar, las violan y las despellejan, bañándose en su sangre cuando terminan con ellas.

Frida sabía que todo eso era mentira. No conocía a ningún norteño, pero estaba segura de que no eran como contaban las historias. Las personas tienden a tener miedo a lo que no conocen, es por eso que transmiten esas historias que pasan de boca a boca, provocando la alarma general.

La joven prefiere que le atraviese el corazón un hacha norteña a morirse de hambre, por lo que sale de la ciudad a paso ligero con nada más que un palo con un pincho en un extremo y una daga escondida en el bolsillo lateral de su falda.

Solo por se acaso.

Trata de encontrar un buen lugar para coger algún pez. La zona donde es más probable poder coger uno es donde desemboca la corriente. Se dirige hacia allí y se mete en el agua hasta las rodillas, mojándose las ropas en el proceso. Observa atentamente a través del agua en busca de su comida del día, cuando nota que la están vigilando.

Se da la vuelta rápidamente, pero no lo suficiente. Un par de hombres la arrastran, llevándosela consigo. Uno de ellos le tapa la boca con un pañuelo para que no pueda gritar. Ambos la cogen por los codos y la llevan hasta un lugar apartado del bosque, donde ve a otro hombre sentado en una roca.

Lo mira con miedo al principio y después con un poco de respeto. Está claro que el es el que manda, y sea lo que sea lo que quieren de ella, no le conviene enfadarlo.

El hace un movimiento con las manos hacia delante. Frida creyó que iba a levantarse, pero en realidad apoya las manos en el suelo rápidamente y se arrastra hacia ella. Es entonces cuando se fija en sus piernas, atadas con una fuerte cuerda de esparto.

"Es un tullido" piensa observándolo mientras se acerca "¿Cómo puede alguien en su estado mandar sobre los demás?"

Este se coloca sentado frente a ella y la observa detenidamente durante unos instantes

-Sé lo que estás pensando –comenzó- te esperabas a alguien que pudiera utilizar las piernas –se encogió de hombros- está bien, pasa más a menudo de lo que crees. Te diré algo –susurró- puede que sea un tullido, pero no soy idiota –hace un gesto con la cabeza hacia uno de sus secuestradores para que le quite el pañuelo de la boca-

Ella no hace ademán de gritar. Si estuviera asustada ya lo habría hecho, pero no tenía miedo. Observó detenidamente al hombre frente a el antes de pasar de nuevo hacia los otros dos. No parecía que se bañaran en la sangre de sus víctimas como decían las historias.

Los ojos azules del tullido la escrutaron concienzudamente, como si pudiera sacarle la información que quería con solo mirarla.

-Dinos cuando celebráis vuestra próxima fiesta cristiana –ordenó- y te dejaremos ir

-No –sacudió la cabeza negativamente- si os lo digo atacaréis la ciudad –dijo- y no quiero que lo hagáis

El chico esbozó una sonrisa divertida antes de mirar a los otros dos a su lado.

-Vaya, parece que de todas las personas a las que podíais haber capturado habéis cogido a la más lista –sonrió sacando una daga corta, lo que le hizo pegar la espalda hacia atrás contra el tronco del árbol, huyendo del filo-

-Vas a decírnoslo, o te mataremos –le aseguró el de los ojos azules- ¿O prefieres que lo hagan mis hermanos? –señaló a los otros dos, esta negó con la cabeza- bien –acercó el arma colocándola contra su cuello sin llegar a cortarla- dínoslo y te dejaremos vivir

-¿Cómo sé que lo harás? –cuestionó- ¿Cómo sé que me dejaréis irme?

-Lo juro por los dioses –dijo muy serio-

-¿Los Dioses? –cuestionó esta- solo hay un Dios, y ese es nuestro Señor Jesucristo

-Malditos cristianos –rio el a la par que sus hermanos- ¿Te refieres a ese hombre clavado a una cruz gigante?

-No hables así de el –gruñó mirándolo con la rabia reflejándose en sus ojos oscuros-

-¿O qué? –ladeó la cabeza a la par que acercaba la daga a su piel un poco más- ¿Me matarás? –rio- creía que había quedado claro que éramos NOSOTROS los que lo haríamos

-Estas loco –murmuró, este se encogió de hombros-

-Suelen decírmelo alguna que otra vez, si –reconoció- el día, habla de una vez

-Mañana es la fiesta de la ascensión –dijo- todo el mundo estará en la iglesia celebrando la santa misa

-¿Ves? No era tan difícil –respondió el mirando a sus hermanos- mañana atacaremos York –anunció- decírselo a los demás –ellos se fueron y el posó la mirada en ella de nuevo- me temo que no puedo dejar que te vayas

-Pero lo juraste por tus dioses

-Los dioses lo entenderán –rebatió- ellos son benévolos, no como el tuyo

-No sabes nada sobre Dios, no tienes derecho a...

-¿Criticarlo? Acabo de hacerlo –le cortó haciendo un gesto con la cabeza- vamos al campamento. Se está haciendo de noche y no quiero que seas pasto de los lobos

MULTIFANDOM SHOTS (4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora