"I SENTENCE YOU TO DIE"

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Ragnar presionó el afilado filo de su hacha contra la garganta de Rollo. El jefe comenzaba a sospechar de que su hermano le iba a traicionar pronto, pero no esperaba que llegara a esos extremos. Desde que mató al anterior jefe y le nombraron a el en su lugar, Ragnar había sentido la envidia de su hermano por el puesto que ocupaba. 

El sabía que no tardaría en intentar matarlo. Pero no se esperó lo que en realidad hizo. Esa era la razón por la que todo el poblado había formado un círculo a su alrededor, conmocionados hacia lo que acababa de suceder. Rollo no se inmutó ante el hecho de que su hermano estuviera a punto de matarlo, en su lugar le sostuvo la mirada como si no hubiera intentando cometer el acto más atroz que podría haber cometido.

-Debería matarte -gruñó apretando los labios con fuerza- y después rezaría a los dioses sobre tu cuerpo aún caliente para que no te permitieran entrar en el Valhalla -escupió con asco- debería dejar que pasaras el resto de tu vida en las profundidades de Helheim y que Fenrir te devorara hasta los huesos

-¿Y porqué no lo haces? -le incitó el- ¿Porqué no me cortas el cuello de una vez? 

-Primero quiero saber porqué lo hiciste -declaró sosteniéndole la mirada, el no murmuró ni una palabra- ¡Dímelo! -gritó apretando la hoja contra su cuello haciendo que la sangre comenzara a manar de la herida recién abierta- ¡Dime porqué has intentado asesinar a la madre de mi hijo!

-No quería que tuvieras un heredero -confesó el del pelo largo- si ese niño nace, todo lo que posees será para el 

-Querías asesinar a mi hijo -murmuró Ragnar, sus ojos a medio camino entre azul y verde brillaban con rabia, se giró hacia su pueblo allí congregado mientras con la otra mano lo señalaba- Odín nos está observando -dijo- sabe que lo que Rollo ha tratado de hacer es un acto de deslealtad y cobardía. Es por ello que, bajo la mirada del padre de todo, de nuestros dioses y del pueblo de Kattegat, yo Ragnar Lothbrok, te sentencio a morir

-No puedes -le detuvo el moreno- solo el dador de leyes puede determinar cuál será mi destino

-Tu destino ha sido dictado por el propio Thor, hermano -escupió mirándolo fijamente- ¿O es que acaso no has escuchado el sonido de sus truenos? 

Ragnar separó su hacha del cuello de Rollo un momento, antes de decir.

-Si tienes unas últimas palabras, ahora es el momento de decirlas

-No tengo nada que decir, Ragnar -murmuró- creí que éramos hermanos

Rápidamente, el vikingo describió un pequeño arco con su brazo, y la cabeza de Rollo calló sobre la tierra con un golpe seco.

-Yo también lo creía -respondió antes de limpiar el arma con un trozo de tela- 

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