MULTIFANDOM SHOTS (4)

"SHE IS COMING WITH US"

Helena se acomodó en uno de los lugares junto a la ventana del tren mientras miraba hacia el exterior con nerviosismo. Era la primera vez que viajaba sola en tren, y no era partidaria de volverlo a repetir, pero la situación en la que se encontraba requería hacer pequeños sacrificios como aquel.

Dio un respingo al escuchar el silbato, indicando que el tren se ponía en marcha. A medida que avanzaban alejándose de Valentine se sentía más segura y relajada. Su destino era la ciudad de Strawberry. Llevaba algo de dinero que le había robado a su madre de la caja de zapatos que guardaba bajo la cama para así no tener que empezar de cero. Tenía lo suficiente como para alquilar una habitación durante un par de noches en la cantina de la ciudad, así que por los menos tenía la conciencia tranquila al saber que iba a tener un sitio donde poder dormir, comer y lavarse. 

Se reclinó hacia atrás, y por unos segundos se permitió disfrutar del paisaje. Aunque no eran más que páramos secos, cuando estuvieran llegando a la siguiente ciudad eso cambiaría por completo. Helena había escuchado historias sobre los árboles de Strawberry. Decían que eran tan altos que no llegabas a ver la copa. 

Cayó la noche, y sin darse cuenta se quedó dormida apoyada contra el cristal de la ventana. Le despertó el repentinamente lento traqueteo del tren. "¿Qué pasa?" pensó "¿Porqué nos paramos?"

Los pasajeros empezaron a mirarse entre ellos nerviosamente, mientras sostenían las manos de sus esposas e hijos haciéndoles saber que todo iba a ir bien. Helena se fijó en la puerta que daba al vagón del maquinista, cuando un golpe proveniente del otro lado hizo que todos soltaran un grito ahogado. 

Después la puerta se abrió de una patada revelando la imagen de un hombre moreno de pelo lacio que llevaba un pañuelo atado a la boca para no mostrar su identidad. Sujetaba una bolsa de tela entre las manos y le hacía gestos a los que estaban sentados, Helena supuso que era para que echaran sus objetos de valor.

"Bandidos" pensó ella con el temor reflejándose en sus ojos "Han matado al maquinista, y ahora nos matarán a nosotros"

Trató de alejar esos pensamientos de su mente, que no le servían para nada en ese momento y se centró en rebuscar en su bolso con rapidez hasta rozar el cañón de su colt del 45. Decidió mantener un perfil bajo por el momento para no alertar a nadie de que estaba en posesión de un arma de fuego. Si alguno de los presentes se enteraba de ello, lo más probable es que su cuerpo sin vida fuera el primero en caer al suelo.

El hombre del pañuelo avanzaba lentamente entre los asientos. Las personas eran dóciles y al verle llegar le entregaban rápidamente todo lo que tenían de valor, temerosos a que pudiera hacerles daños. Pero no fue hasta llegar a un hombre vestido de manera elegante cuando el moreno decidió que debía probar otros métodos.

-Ponga todo lo de valor en la bolsa -ordenó como había hecho con los demás, pero el hombre negó con la cabeza-

-No pienso darte nada, asquerosa sabandija -escupió- ¿No te da vergüenza robar a gente inocente? -cuestionó- ¿Es que tu madre no te enseñó modales, chico?

"Pobre bastardo, va a matarlo" pensó Helena mientras observaba la escena, incapaz de sacar su arma y meterle un tiro entre las cejas a ese cabrón. 

-Está bien, tipo duro -soltó el forajido a la vez que la puerta se abría de nuevo- quizá no me obedezcas a mi, pero te aseguro que mi amigo hará que lo hagas -miró tras el la hombre que acababa de hacer acto de presencia- Arthur -hizo un gesto con la cabeza hacia el del traje- tenemos un pequeño problema -dijo- está oponiendo resistencia

-Señor no me gustaría tener que hacerle daño -comenzó el de la camisa azul- así que ¿Porqué no hace lo que le pide y todos tan contentos? 

-Lo siento, pero mi respuesta sigue siendo la misma que hace escasos segundos -negó con la cabeza- no pienso darle nada, ni a usted ni a su amigo