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"WHO SAID THAT?"

Tras una incursión exitosa a las islas británicas, Ragnar Lothbrok decidió celebrar un festín para que todo el mundo pudiera celebrar el éxito de dicha batalla. Alzó su cuerno una vez más para proponer un brindis por los hombres caídos en la batalla, que en esos momentos estarían en el Valhalla sentados a la mesa con el padre de todo disfrutando de la mejor cerveza que jamás hubieran bebido.

Se sentó sobre su trono de nuevo. Su mirada paseaba atentamente entre los allí reunidos. Vio a Helga con Floki y su preciosa hija envuelta en una abrigada tela. También vio cómo Siggy y Rollo se escaqueaban. Últimamente no podían quitarse las manos de encima. 

Fue entonces cuando la mirada del Earl se posó en ella. Aparentemente no era más que una sirvienta, pero había algo en la forma de moverse y sobre todo en su aspecto que hacían que Ragnar no pudiera apartar la mirada de ella. Le dio un trago a su cuerno mientras observaba atentamente como dejaba con cuidado unas bandejas de pan duro en el centro de la mesa.

Ninguno de ellos pareció prestarle atención a excepción de Helga, quién se lo agradeció esbozando una sonrisa. La joven se colocó a un lado tras la mesa, con los brazos estirados a la altura de las caderas, esperando a que la llamasen por si necesitaban algo más. 

Se dio cuenta de que estaba siendo observada, por lo que alzó la mirada para chocar con los ojos claros de Ragnar, quién se la sostuvo. Los ojos de ella eran de un color oscuro, parecido al del mar cuando el sol se ocultaba tras el horizonte. 

Sin pensárselo demasiado le hizo un gesto con la mano para que se acercara. Quería saber quién era, cómo había llegado allí, y quién le había permitido estar bajo su techo sin consultarlo con el antes. Todo eso no se lo iba a preguntar de aquella manera por supuesto, aunque por ganas no eran.

-Earl Ragnar -murmuró nerviosamente agachando la cabeza en señal de respeto- ¿En qué puedo servirte?

-No hay nada que desee en estos momentos más que saber cómo te llamas -respondió- mírame -pidió, y ella obedeció- 

-Linnea -contestó- 

-¿Porqué no sabía de tu existencia hasta ahora, Linnea? -quiso saber el guerrero- ¿Acaso eres una espía del rey de Inglaterra?

-No lo soy -le aseguró esta más brusco de lo que pretendía, lo cuál pensó que haría enfadar al Earl, pero este en su lugar esbozó una sonrisa comprensiva-

-Te creo -declaró señalándola- hay algo en ti que me invita a hacerlo. Quizá los dioses te hayan puesto en mi camino por alguna razón

-No lo creo -articuló la joven- no soy más que una esclava

-¿Quién ha dicho eso? -cuestionó mirándola con fijeza- 

-Tu hermano me capturó durante vuestra incursión en las islas -comentó- me dijo que si hacía todo lo que el dijera y me mantenía callada quizá pudiera ver otro amanecer -apretó los labios en un gesto tenso- por supuesto le hice caso, si no no estaría aquí -explicó- el me convirtió en una esclava -aclaró- me dijo que yo era suya para lo que el quisiera, y que eso debía quedar  entre nosotros

-Rollo no tiene ninguna autoridad para decidir qué persona es qué cosa -indicó el- yo soy el Earl, y tú por lo que a mi respecta no eres una esclava -hizo un gesto con la cbaeza haica los cortinajes que había tras el- Aslaug te dará ropa adecuada, a partir de ahora eres una mujer libre

-Te lo agradezco mucho -intervino- pero ¿Qué pasa con tu hermano? Cuando se entere de que...

-No tardará en hacerlo -sonrió- yo mismo se lo contaré

-Me matará por haber revelado el secreto -murmuró aterrada- 

-No lo hará -le aseguró- me aseguraré personalmente de que eso no suceda -alzó las cejas- ¿Hay algo más que quieras contarme?

-No -murmuró abrumada-

-En ese caso puedes volver a la fiesta -dijo- hay mucha comida y demasiadas bocas para comerla toda -sonrió- una más sería de gran ayuda -alzó su cuerno- ahora estás bajo mi protección -dijo- nadie te tocará sin que yo lo sepa -explicó- quiero que seas mi traductora, tengo entendido que hablas la lengua de los francos ¿No es así?

-Así es -frunció el ceño- ¿Cómo lo sabes?

-Soy el Earl -respondió- mi deber es saberlo -hizo un gesto con la cabeza- vamos, ve antes de que Floki termine el solo con el jabalí que acaban de servir

Linnea obedeció y se sentó a la mesa con SIggy y Floki, los cuáles habían visto cómo hablaba con Ragnar. En cuánto llegó a su altura le hicieron un hueco a su lado en la mesa y le sirvieron un cuerno de cerveza. 

Alzó la mirada hacia Ragnar un momento, para verle con su cuerno en la mano. Lo alzó un poco y ella imitó su gesto.

"Skol Earl Ragnar" pensó ella antes de darle un abundante sorbo a la bebida.