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SOFÍA MONZA, ITALIA

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SOFÍA
MONZA, ITALIA

Volver a Italia después de esos días increíbles con Lando fue raro. Me sentía en una nube, pero también sabía que tenía que ponerme las pilas con la facultad. Pasar la semana asistiendo a clases y organizando todo para el fin de semana en Singapur me mantuvo ocupada, pero no podía evitar que cada tanto mi cabeza volara hacia él, hacia lo que habíamos vivido y lo que estaba por venir.

La idea era sencilla: terminar la semana en la facultad, volar el viernes a la noche y llegar a Singapur para estar en el circuito el domingo. Todo estaba planeado, pero lo que no tuve en cuenta fue el bombazo que nos largaron en clase el miércoles. Estábamos todos medio dormidos cuando el profesor entró con una sonrisa, claramente emocionado por algo.

—Chicos, tenemos una sorpresa —dijo, y el salón entero se despertó de golpe—. Este año, la facultad consiguió un convenio con la Fórmula 1, y los estudiantes de periodismo deportivo van a cubrir el Gran Premio de Singapur. ¡Se van de pasantía! Van a estar en la rueda de prensa con los pilotos, y esto va a contar para el segundo parcial.

Me quedé congelada. ¡Iba a estar cubriendo el mismo evento en el que corría Lando! La primera reacción fue de emoción, pero enseguida la realidad me pegó de lleno. Iba a estar rodeada de mis compañeros, profesores y supervisores, y tenía que mantener las apariencias. No podía mostrar que conocía a Lando más allá del rol profesional. ¡Qué quilombo!

El profesor siguió explicando los detalles, pero yo ya no estaba escuchando. En cuanto terminó la clase, me fui al pasillo y, con las manos temblando, llamé a Lando.

—¡Hola, Sofía! —atendió con ese tono alegre que siempre tenía.

—Lando, no sabés lo que pasó —le dije, tratando de mantener la calma—. Mi facultad tiene un convenio con la Fórmula 1 y me van a mandar a cubrir el Gran Premio de Singapur. ¡Voy a tener que hacerte una entrevista!

Del otro lado de la línea, Lando se rió.

—¿En serio? ¡Qué loco! Bueno, nos íbamos a ver de todas formas, solo que ahora será un poco más... ¿formal?

Su risa me hizo relajarme un poco, pero seguía nerviosa. Lo último que quería era meterme en problemas por algo que saliera mal en esa rueda de prensa. Además, sabía que iba a ser raro estar con él en un entorno tan profesional, con todo el mundo mirando.

—Sí, pero... no sé, Lando. Va a ser complicado. Vamos a tener a todos los supervisores encima, y no quiero que nadie sospeche nada.

—No te preocupes, Sofi. Va a estar todo bien. Sólo hacé tu trabajo, como siempre. Sabés que voy a estar ahí para ayudarte —respondió, siempre tranquilo—. Además, estoy seguro de que va a salir genial.

Colgamos, pero yo seguía nerviosa. Sabía que tenía que concentrarme en hacer mi trabajo bien, pero la idea de estar frente a Lando en un contexto tan formal, después de lo que habíamos vivido, me ponía los pelos de punta.

INFINITE | Lando NorrisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora