Sofía, una chica de Buenos Aires, Argentina, viaja a Italia para continuar sus estudios de periodismo deportivo, impulsada por su pasión por el fútbol y el automovilismo. Con la emoción de estar en un nuevo país, decide asistir a una carrera de Fórm...
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SOFÍA MONZA, ITALIA
Después de unos meses de rutina en Italia, mi vida había vuelto a su curso normal, pero no me quejaba. Los estudios seguían su curso y el proyecto de Twitter estaba en marcha, lo que me mantenía ocupada y feliz. Catalina estaba de vuelta en casa, todo normal, fue entonces cuando recibí la noticia de que Sisca estaba de visita en Monza. ¡No podía dejar pasar la oportunidad de verla!
Finalmente, había llegado el momento de encontrarme con Sisca. Después de meses de charlas virtuales y mensajes intercambiados, me emocionaba mucho tener la oportunidad de vernos en persona. Sisca estaba de visita en Monza por unos compromisos, y no podía dejar pasar la oportunidad de ponernos al día y charlar cara a cara.
La cita era en una cafetería pintoresca en el centro de Monza. La decoración del lugar era acogedora y con un toque vintage, perfecto para una charla tranquila. Cuando llegué, vi a Sisca en una mesa cerca de la ventana, con una sonrisa que me hacía sentir como si no hubiéramos estado separadas por tanto tiempo. La saludé con entusiasmo y nos abrazamos como si nos conociéramos de toda la vida.
—¡Sisca! Qué alegría verte en persona. —le dije, mientras me sentaba frente a ella.
—Sofi, ¡qué bueno verte! —respondió, con la misma calidez en su voz. —Este lugar es precioso, ¿no?
—Sí, es ideal. Me alegra que hayas elegido este sitio. —dije mientras nos acomodábamos y el camarero nos traía nuestras bebidas.
Comenzamos a charlar y a ponernos al día. Aproveché para contarle sobre cómo había estado mi vida últimamente, especialmente cómo había comenzado a ganar notoriedad en Twitter con mi cuenta de noticias deportivas.
—La verdad es que no me esperaba que mi cuenta despegara tan rápido —le conté, con una mezcla de orgullo y sorpresa—. Empecé a publicar sobre fútbol y automovilismo, y justo hace poco escribí sobre Franco Colapinto, el argentino que llegó a la Fórmula 1. Fue un boom. No imaginaba que tanta gente se interesaría por mis publicaciones.
—¡Eso es increíble, Sofi! —exclamó Sisca, visiblemente entusiasmada—. Me alegra mucho por vos. ¡Tienes que estar muy contenta con el crecimiento!
—Sí, la verdad es que sí. Es emocionante ver cómo algo en lo que pones tanto esfuerzo empieza a dar frutos. —dije, sintiéndome motivada—. Pero contame, ¿cómo has estado vos? ¿Qué hay de nuevo en tu vida?
Sisca se acomodó en su silla y empezó a contarme sobre sus últimas experiencias. Me habló de su vida en Reino Unido y de los cambios recientes en su carrera. Me sorprendió saber que había tenido mucho éxito y que su cuenta también había crecido considerablemente.
—La verdad es que ha sido un año bastante movido —dijo Sisca—. He estado viajando mucho y colaborando con varias marcas importantes. Ahora estoy aquí en Monza por algunos compromisos, pero pronto vuelvo a Brístol.
