CAPÍTULO 33

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Narra Marcus

Saco a Maca a rastras de la casa. Una vez fuera llamo a Douglas.

(
Llamada telefónica)

—Maca está fuera. Puedes venir a buscarme—digo apenas me ha cogido el teléfono.

—Voy enseguida. Asegurate de que no hay nadie—susurra desde el otro lado.

—Son las cinco de la madrugada. Nadie está despierto a estas horas—hablo obvio.

—Tú solo asegúrate. Donald tiene un fuerte sistema de seguridad—admite.

—Vale. Pero ven enseguida—cuelgo la llamada y guardo el teléfono en el bolsillo.

(Fin de la llamada)


Escondo a Maca detrás de unos arbustos para asegurarme de que nadie me impide salir. Tras dar varias vueltas alrededor de la casa y asegurarme de todo, regreso al arbusto y espero la llamada de Douglas.

Unos minutos después, un mensaje llega a mi teléfono.

#Estoy afuera. Tráela ya. Douglas.

Cojo a Maca de nuevo para llevarla al coche. Cuando salgo del jardín diviso en coche de Douglas, que me ayuda a llevarla hasta el coche.

—¿Ha sido difícil cogerla?—pregunta al tiempo que enciende el vehículo.

—Para nada. Ha sido como si ella fuese hacia mi. Yo estaba escondido en el salón y ella fue a la cocina así que no fue necesario ir a las habitaciones—digo orgulloso con una sonrisa.

—Perfecto. Así nadie sabrá que hemos sido nosotros—puedo notar que sonríe perverso.

—Solo quiero pedirte una cosa—digo serio—. No le hagas daño. Puede que la haya secuestrado pero es mi hermana me ha ayudado mucho a pesar de todo lo que estoy haciendo.

—Vale. Solo haremos sufrir a Donald y los demas—dice haciendo una pausa—. Sin tocarle un pelo.

—¿Lo juras?—no me fío mucho de él.

—Si.

—Gracias.

A medio camino comienza a despertarse. Lo noto porque su cabeza está sobre mi regazo.

—Douglas se despierta. Dale caña al coche—le digo poniendo la mano en la boca de Maca para que no grite—. ¿Qué hago? Se despierta.

—Ponle esto en la boca—dice dándome un pañuelo empapado con lo que supongo sea cloroformo. Se lo acerco a la nariz y enseguida cae dormida de nuevo.

—Por los pelos. Ahora muévete antes de que se despierte de nuevo.

—Ya voy. Estamos a punto de llegar.

Poco minutos después, Douglas aparca el coche en un garaje. Tomo a Maca con cuidado y veo esa cara de chica dulce que tiene cuando está dormida. Involuntariamente sonrió.

—Date prisa antes de que despierte y métela en la jaula del laboratorio—ordena entrando en la casa—. no te olvides de activarla.

Camino como puedo hacia el laboratorio. Abro la jaula y lentamente la poso. Supongo que esperaré hasta que despierte para darle algo de comer.

Tú Y Yo: ComplicadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora