La oportunidad de ¡CATNAP!

Capítulo 62: Ecos de la Máquina

Perspectiva de Yarnaby

Estaba en mi celda, reflexionando sobre los últimos eventos y cómo casi la cago cuando Lía me vio. Afortunadamente, ella parecía haberlo tomado como una ilusión causada por su agotamiento, o al menos eso pensé mientras espiaba en las ventilaciones con el Prototipo 1006. Si había algo que admiraba de Lía era su capacidad para soportar tanto estrés sin volverse loca... al menos no del todo.

Me enteré de que se tomaría una semana para descansar. Tal vez era lo mejor para ella, pero no podía sacarme de la cabeza la sensación de que ya me conocía de alguna parte. ¿De dónde? Ni idea, pero eso no me importaba demasiado en este momento.

Flashback: El Encuentro con el Prototipo

Recuerdo la primera vez que lo vi, al Prototipo 1006. Fue en un momento en el que me sentía más perdido que nunca. Había pasado días en mi celda, atrapado en mi propio lamento, hasta que escuché una voz familiar proveniente de las ventilaciones.

—Yarnaby, muchacho, soy yo, el Dr. Harley Sawyer.

El simple sonido de su voz me llenó de esperanza y de una extraña calidez. Pensé que mi viejo mentor había regresado, que de alguna forma me sacaría de aquel lugar. Usando mis garras e ingenio, abrí las rejillas y me adentré en el laberinto de conductos.

La voz del "doctor" parecía moverse, acercándose y alejándose, guiándome como si fuera una brújula rota. Algo no cuadraba, pero el deseo de verlo otra vez me cegó. Cuando finalmente llegué a una gran sala conectada a múltiples direcciones de ventilación, lo vi... o al menos eso creí.

No era el Dr. Harley Sawyer. Era una figura metálica, llena de extremidades que se movían con precisión aterradora. Sus ojos rojos brillaban en la penumbra mientras una voz fría y calculadora me daba la bienvenida.

—Soy el Prototipo 1006. Y tú, Yarnaby, eres más interesante de lo que esperaba.

En ese momento, sentí que el mundo se desmoronaba, pero no me dejé intimidar. Mi boca se abrió, dividiendo mi cabeza en dos verticalmente, revelando un interior hueco y grotesco. Era mi respuesta a la amenaza que percibía. Sin embargo, el Prototipo no se inmutó.

—Impresionante. Tu diseño tiene un potencial mayor del que imaginaba. Pero si te engañé, fue por una razón.

Dijo que necesitaba aliados y me habló de su plan, algo que llamó "La Hora de la Alegría". Al principio, dudé en unirme a él. ¿Quién confiaría en un montón de chatarra con ínfulas de dictador? Pero, al final, acepté. No tenía nada mejor que hacer, y, para ser honesto, me intrigaba lo que planeaba.

Fin del Flashback

El sonido de las ventilaciones me sacó de mis pensamientos. La voz del Prototipo resonó desde el ducto más cercano.

—Yarnaby, los guardias han sido desviados. Es hora de que vuelvas al Playcare. Necesitamos vigilar de cerca a los experimentos.

Rodé los ojos, aunque sabía que tenía razón.
—Ya voy, jefe. Pero espero que esta vez no me hagas seguir a algún experimento paranoico.

Abrí la ventilación y me deslicé hacia adentro, siguiendo al Prototipo. Nos movimos como sombras entre los ductos, llegando finalmente al Playcare. Desde allí, pude observar a Catnap y su grupito, todos reunidos en el salón principal.

En el Playcare

Catnap estaba sentado de forma perezosa sobre una pila de cojines, mirando a los demás con su típica expresión de burla. Dogday estaba algo más tenso, probablemente aún preocupado por Lía. Mommy Long Legs daba vueltas, probablemente buscando algo que hacer, mientras Poppy hablaba en voz baja con Bobby BearHug.

—¿Qué creen que esté haciendo Lía ahora? —preguntó Bobby, su tono lleno de preocupación.

Catnap se rió con desdén.
—Probablemente esté durmiendo como una roca, o llorando como una cría. Esa chica necesita aprender a relajarse.

Dogday gruñó, claramente molesto.
—Cierra la boca, Catnap. No tienes idea de lo que está pasando por su cabeza.

Mommy Long Legs lo interrumpió antes de que las cosas se calentaran demasiado.
—Ya basta, ustedes dos. Lía necesita su tiempo, y nosotros necesitamos no matarnos mientras tanto.

Desde mi escondite, no pude evitar reír para mis adentros. El caos en el Playcare era una constante, y yo estaba allí para observarlo todo.

El Prototipo habló en voz baja, apenas un susurro en mi oído.
—Observa y espera, Yarnaby. Cada uno de ellos tiene un papel que jugar.

Miré al grupo, preguntándome qué tanto tiempo más podrían mantener su precario equilibrio. Una cosa era segura: las cosas apenas estaban empezando a ponerse interesantes.