"No aguanto más" (Editado)

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¿Qué se supone que estoy haciendo? No lo sé. La verdad es que no quiero... o puedo seguir con esto, vivir de esta forma no es vivir, a veces pienso que nadie podría soportar la forma en que cada viejo asqueroso me toca cuando pasan por este horrible cuarto. De solo pensar en todo lo que hacen... unas enormes ganas de vomitar se apoderan de mí.

Mi cabeza es un completo lío.

¿Qué haría una persona sensata en mi situación?

Me encontraba en un rincón de la habitación, con las rodillas pegadas a mi pecho mientras mis brazos las acunaban intentando detener el temblor, el llanto era otra historia, si es que se podía llamar llanto porque a esta altura de mi vida prácticamente no me quedan lágrimas y los sollozos son leves. Hace pocos minutos se había ido uno de los tantos ancianos que frecuentaban este lugar, se hacían llamar clientes, pero la verdad es que no pasaban de ser unos simples viejos degenerados. Quizás todavía me quedaba un poco de suerte porque tras veinte minutos se aburrió y se fue.

¿Alguna vez te has sentido asqueada de ti misma?¿Sucia al punto de que ni el mejor jabón va a poder quitar esa sensación de tu cuerpo? Como si arrancarte la piel fuera una decisión mucho más sensata... eso es lo que pienso, así es cómo me siento cada día al llegar a casa.

Es fácil ver las películas o ver a las chicas en las esquinas y criticarlas por ser prostitutas, pero nadie se detiene a pensar que, a veces, la vida no deja otra opción y hay que aferrarse a lo que sea para sobrevivir. Nunca pensé, nuca quise ser prostituta, sin embargo, las circunstancias de la vida me orillaron a esto, no estaba orgullosa por eso, pero al menos había podido sobrevivir. De cualquier forma, esto, era mucho mejor que estar con mi padre, si hoy en día soy esta persona el único culpable es él.

Cuando escapé con Sam ninguna tenia claro el plan, la vedad es que no había plan. Las cosas que sabíamos hacer eran muy reducida y la edad no estaba a nuestro favor. Lo único que pudimos conseguir fue un trabajo temporal como camareras, eso nos sirvió para tener un pequeño departamento, del porte de una caja de zapatos, que se ajustaba a nuestro bajo presupuesto. Así estuvimos por tres años y todo iba bien, no teníamos la gran vida, pero al menos estábamos tranquilas y no moríamos de hambre. Pero ya saben, cuando todo va bien siempre llega algo a quebrara esa pasividad, nos cambiamos de trabajo, ganábamos un poco más, entonces... apareció mi padre.

Al ver a mi padre  me embargó la sorpresa, después algo de felicidad al pensar que tal vez había decidido ser un buen padre y volver por mí, obviamente estaba muy equivocada. Ese hombre solo fue a demostrarme que desde que murió mamá, mi pequeña hermanita y yo no le importamos para nada.

Mi sorpresa fue mayor a la del inicio, cuando me dijo que traía a mi hermanita, Violetta, de cinco años, para que yo me hiciera cargo. Según él sus problemas eran demasiado como para criar solo a una niña de cinco años, por lo tanto, lo más sensato parecía ser dejarla a mi cuidado. Cuando quise protestar amenazó con llevarla a un orfanato, así que tiró el pequeño bolso y hasta el día de hoy no lo he vuelto a ver.

Desde ese día todo se puso aún más difícil, necesitaba una niñera y con el poco dinero que teníamos no se podía hacer mucho, no me quedó de otra que recurrir a la prostitución, a los dos días de haber llegado mi hermanita conocí a Paul, en ese momento lo sentí como lo mejor que pudo pasar, él se mostraba tan atento y amable, sin embargo, no sabía el verdadero monstruo que se escondía bajo tanta amabilidad. Intenté por todos los medios que Sam no se metiera en este maldito mundo, pero el dinero parecía nunca ser suficiente y mi mejor amiga se negaba a dejarme sola.

_ ¡Hey! Amiga. ¿Qué pasa? -Sam se acerca a mí- Paul está furioso contigo.

_ Ya no lo soporto más. -Digo entre sollozos- Quiero irme de este maldito lugar.

_ Rach... ¿Cómo...?

Sam no pudo terminar la pregunta porque en cosa de segundos la puerta fue abierta de golpe y un Paul, bastante furioso, llegó hasta nosotras. El hombre de mis pesadillas estaba a punto de botar espuma por la boca, las venas de su cuello se marcaban, su expresión era la de un desquiciado. Tomó a Sam de la muñeca y la sacó de la habitación, antes de que mi amiga pudiera abrir de nuevo, Paul se aseguró de cerrar bien la puerta.

Se dio la vuelta para verme fijamente, su mirada me advertía que no se avecinaba nada bueno, no al menos para mí. Se acercó hasta mí y se agachó un poco para quedar a mi altura.

_ Te dije perra que no aguantaría ninguna de tus tonterías y como está claro que no entiendes por las buenas, entonces te vamos a enseñar por las malas.

Tomó un mechón de mi cabello y se levanto, arrastrándome con él.

_ Con Paul no se juega, maldita zorra, si yo doy una orden entonces la cumples.

El primer golpe fue directo a mi mejilla derecha, luego la izquierda. Creo que los primeros cinco golpes fueron los peores, después mi mente estaba ida y ya no sentía casi nada. No era la primera vez que pasaba esto, pero estaba segura de que esta era una de las peores.

Normalmente, me ponía en posición fetal para tratar de protegerme lo más posible, pero estaba en un punto en el que ya no me importaba nada, ni siquiera los golpes. No sé exactamente en qué momento se detuvo, simplemente noté que la habitación se veía un poco borrosa y cada vez se oscurecía más. Quería cerrar los ojos y dejarme ir, la voz de Sam se escuchaba cada vez más lejos, me apretaba la mano, pero su tacto era cada vez más débil o yo no lo sentía, mis ojos estaban tan pesados, me sentía tan cansada que no escuché nada más y me dejé ir... por fin podía descansar un poco, por fin estaba en paz.

Black Love ✔ (Terminada y Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora